La
espuria e ilegítima Asamblea Nacional nombra al Defensor
del Pueblo y a la Fiscal General (candela pa´los pies) y
“desnombra” al Contralor y la oposición las únicas bolas
que maneja son las que anda colgando del arbolito de
Navidad. El remedo de parlamento reforma para imponer la
ridícula medida de una altísima multa al que nombre al
paralelo (como si prohibir que se nombre resuelve la
inflación y la devaluación) y la oposición lo único que
hace es cantar gaitas al Niño Jesús.
Aquí estamos ante una grave crisis política que hay que
profundizar. Uno de los poderes del Estado está abusando,
desde una condición monocolor y desde un origen ilegítimo,
y haciéndonos marchar hacia una posición sin retroceso. La
Asamblea Nacional está ejerciendo una dictadura
legislativa contra la cual hay que ir. La crisis es grave
y la única forma es enfrentarla, no dedicarse a contar las
12 uvas de la Noche Vieja.
Después de sus desaguisados, abusos y violaciones con la
reforma constitucional, esta Asamblea Nacional se ha
convertido en el corazón de un totalitarismo
parlamentario. Aquí no cabe la desmovilización. Aquí lo
que cabe es un recio combate exigiendo elecciones
parlamentarias anticipadas. A los que se llena la boca con
la palabra “reconciliación” cabría preguntarles qué
entienden por tal. ¿Sería, por acaso, determinar un
territorio donde los partidarios del gobierno hayan ganado
y llegar allí cantando villancicos y con unos ramos de
flores en las manos? No. Un cuerpo está reconciliado
consigo mismo cuando le funcionan el hígado y los riñones
para producir el desecho y una limpieza de toxinas. Un
cuerpo social está reconciliado cuando sus instituciones
funcionan con pluralidad y decencia. Reconciliación no es
omitir los enfrentamientos naturales de la democracia,
reconciliación es tener un organismo donde procesarlos. El
parlamento es los riñones y el hígado de una sociedad, el
lugar donde se procesan los grandes temas. Sin un
parlamento que merezca tal nombre no es posible la
reconciliación.
Hay que exigir la renuncia de esta Asamblea Nacional. Hay
que buscar por todos los medios la realización de
elecciones parlamentarias anticipadas. Hay que exigirla,
con presión de calle incluida, y marchar hacia un
enfrentamiento con este remedo de parlamento. Busquen las
maneras, incluyendo la posibilidad de solicitar la
realización de un referéndum consultivo. Señalen a la
Asamblea Nacional como lo que es, el cuello de la botella,
el lugar de los abusos, la imposibilidad de la
reconciliación.
Este totalitarismo parlamentario es inaceptable. Como es
inaceptable el sueño navideño de una oposición que se
imita a sí misma. Esta es una oposición menstrual puesto
que aparece una vez al mes. Aquí el combate es todos los
días, sin perder el hilo de la madeja, sin entregarse a
reposos no ordenados por los médicos. Estamos ante una
personalidad compulsiva a la que hay que vigilar. Sobre la
política hay que estar 24 horas y de noche, mientras se
duerme, hay que estar analizándola. Estos dirigentes de
ocasión están botando la pelota. Mientras tanto la
Asamblea Nacional “legisla” e Ismael salva votos como
arroz, en vez de estar coordinando, desde su posición “proposionista”,
con la “oposición” lo que hay que hacer para enfrentar al
totalitarismo parlamentario y así decidir –en medio de la
gran batalla- si se da el golpe de renunciar a los curules.
La batalla no ha terminado. Estamos enfrentando al perro
de tres cabezas de la mitología. Ariadna (2-D) dejó el
hilo para seguir por el laberinto, pero aquí hay
dirigentes políticos que no se dan cuenta que esto es una
tragedia y no un cuento navideño nórdico. Teseo tiene que,
bajo la solicitud de Ariadna (2-D), entrar en el laberinto
y plantarse frente al Minotauro. Si no lo hace habría que
recordarle la frase de Walter Benjamín: “No hay nada
trágico en la pantomima”.
tlopezmelendez@cantv.net