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El totalitarismo parlamentario
por Teódulo López Meléndez  
lunes, 17 diciembre 2007


La espuria e ilegítima Asamblea Nacional nombra al Defensor del Pueblo y a la Fiscal General (candela pa´los pies) y “desnombra” al Contralor y la oposición las únicas bolas que maneja son las que anda colgando del arbolito de Navidad. El remedo de parlamento reforma para imponer la ridícula medida de una altísima multa al que nombre al paralelo (como si prohibir que se nombre resuelve la inflación y la devaluación) y la oposición lo único que hace es cantar gaitas al Niño Jesús.

Aquí estamos ante una grave crisis política que hay que profundizar. Uno de los poderes del Estado está abusando, desde una condición monocolor y desde un origen ilegítimo, y haciéndonos marchar hacia una posición sin retroceso. La Asamblea Nacional está ejerciendo una dictadura legislativa contra la cual hay que ir. La crisis es grave y la única forma es enfrentarla, no dedicarse a contar las 12 uvas de la Noche Vieja.

Después de sus desaguisados, abusos y violaciones con la reforma constitucional, esta Asamblea Nacional se ha convertido en el corazón de un totalitarismo parlamentario. Aquí no cabe la desmovilización. Aquí lo que cabe es un recio combate exigiendo elecciones parlamentarias anticipadas. A los que se llena la boca con la palabra “reconciliación” cabría preguntarles qué entienden por tal. ¿Sería, por acaso, determinar un territorio donde los partidarios del gobierno hayan ganado y llegar allí cantando villancicos y con unos ramos de flores en las manos? No. Un cuerpo está reconciliado consigo mismo cuando le funcionan el hígado y los riñones para producir el desecho y una limpieza de toxinas. Un cuerpo social está reconciliado cuando sus instituciones funcionan con pluralidad y decencia. Reconciliación no es omitir los enfrentamientos naturales de la democracia, reconciliación es tener un organismo donde procesarlos. El parlamento es los riñones y el hígado de una sociedad, el lugar donde se procesan los grandes temas. Sin un parlamento que merezca tal nombre no es posible la reconciliación.

Hay que exigir la renuncia de esta Asamblea Nacional. Hay que buscar por todos los medios la realización de elecciones parlamentarias anticipadas. Hay que exigirla, con presión de calle incluida, y marchar hacia un enfrentamiento con este remedo de parlamento. Busquen las maneras, incluyendo la posibilidad de solicitar la realización de un referéndum consultivo. Señalen a la Asamblea Nacional como lo que es, el cuello de la botella, el lugar de los abusos, la imposibilidad de la reconciliación.

Este totalitarismo parlamentario es inaceptable. Como es inaceptable el sueño navideño de una oposición que se imita a sí misma. Esta es una oposición menstrual puesto que aparece una vez al mes. Aquí el combate es todos los días, sin perder el hilo de la madeja, sin entregarse a reposos no ordenados por los médicos. Estamos ante una personalidad compulsiva a la que hay que vigilar. Sobre la política hay que estar 24 horas y de noche, mientras se duerme, hay que estar analizándola. Estos dirigentes de ocasión están botando la pelota. Mientras tanto la Asamblea Nacional “legisla” e Ismael salva votos como arroz, en vez de estar coordinando, desde su posición “proposionista”, con la “oposición” lo que hay que hacer para enfrentar al totalitarismo parlamentario y así decidir –en medio de la gran batalla- si se da el golpe de renunciar a los curules.

La batalla no ha terminado. Estamos enfrentando al perro de tres cabezas de la mitología. Ariadna (2-D) dejó el hilo para seguir por el laberinto, pero aquí hay dirigentes políticos que no se dan cuenta que esto es una tragedia y no un cuento navideño nórdico. Teseo tiene que, bajo la solicitud de Ariadna (2-D), entrar en el laberinto y plantarse frente al Minotauro. Si no lo hace habría que recordarle la frase de Walter Benjamín: “No hay nada trágico en la pantomima”.

tlopezmelendez@cantv.net

 
 

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