El pragmatismo de Galbrait
Una mañana del mes de agosto de 1995, en pleno invierno
porteño, compré “La Nación” y “Clarín”, dos de los grandes
periódicos argentinos. En uno de ellos, no puedo recordar
cual, había una entrevista con John Kenneth Galbrait. Si
bien Buenos Aires estaba fría aquella entrevista calentó
el día. La frase que ahora me interesa es esta: “Si
conviene privatizar se privatiza, si conviene nacionalizar
se nacionaliza”. Semejante pragmatismo siempre lo he
tenido en mi mente a la hora de hablar de economía. La
conclusión es que no hay necesidad alguna de nacionalizar
la CANTV ni las empresas eléctricas. Nadie venga con
necesidades estratégicas fantasiosas ni con alegaciones de
seguridad salidas de laboratorios con las probetas
quebradas. Eso no conviene a la economía venezolana y
punto. El pánico financiero ha sido la respuesta.
Ley Habilitante o patada en el trasero
Pedir una Ley Habilitante a una Asamblea Nacional donde
todos los diputados son del gobierno equivale a una patada
en el trasero a todos sus integrantes. Equivale a
llamarlos inútiles e incapaces, a restregarles en el
rostro que no sirven ni para borregos. Más grave aún, el
hecho insólito de la petición, equivale, de hecho, a una
disolución del Poder Legislativo, uno ya mermado por la
masiva abstención, uno autoconsiderado de pensamiento
único, uno sumiso y genuflexo. Ni así se confía en él. Es
el principio según el cual toda práctica legislativa es
inútil, enervante e innecesaria. Se legisla por decreto,
lo que es más fácil. Esos borregos que cobren su sueldo,
con eso ya tienen bastante. Pedirle una Ley Habilitante a
un parlamento totalmente integrado por diputados
oficialistas es una aberración descomunal significante de
que ni siquiera las apariencias de una división de poderes
se mantienen.
Adiós al socialismo del siglo XXI
Chávez ha producido una tajante definición ideológica de
su rumbo, por lo que, para el gobierno, hablar de
socialismo del siglo XXI es absolutamente un fuera de
tono. Llamo la atención de los intelectuales chavistas que
habían propuesto un gran debate para definir
sustancialmente el contenido de la propuesta. Los invito a
seguir poniendo sobre la mesa sus ideas, a no callar, a
hacer las críticas necesarias a este retorno del
marxismo-leninismo ortodoxo. Es deber de los intelectuales
chavistas continuar definiendo lo que según ellos ha
debido someterse a profundo estudio. Es su deber continuar
en la producción de ideas.
Si los lectores miraron con atención mi artículo:
"Localizando extremistas" se deben haber dado cuenta
que todas las citas referentes a extremismos en el
gobierno eran tomadas del presidente Chávez. Es Chávez el
extremista y debe oponérsele un pensamiento socialista
realmente de este siglo, tarea que corresponde a los
intelectuales que han acompañado a este proceso. La
izquierda no puede volver a ser un coro que grita “Amén”,
debe mantener criterio propio y hacerlo del conocimiento
público. Por mi parte, desde mis limitaciones, he trazado
en los últimos meses un cuerpo doctrinario a lo que debe
ser una democracia del siglo XXI. He observado
coincidencias con lo que plateaban desde la otra acera.
Principios jurídicos, económicos y de concepción de la
política sobre los cuales podíamos ir a debatir
ampliamente. Una cosa está más clara que el agua: los
planteamientos que he hecho sobre democracia del siglo XXI
no tienen nada que ver con una reposición de un
marxismo-leninismo fracasado en la práctica y en los
hechos.
Las actitudes a tomar
Entiendo perfectamente que hay una situación de pánico en
la población. El discurso grandilocuente y estrafalario ha
producido una situación de incertidumbre como nunca antes
se había visto. Sin embargo, insisto en que hay que
mantener la cabeza fría. Ello pasa por desoír llamados a
manifestaciones. He visto una convocatoria a manifestar el
23 de enero en respaldo a RCTV. Eso, dada la nueva
situación, es una estupidez. La gente se queja de que ha
obedecido las órdenes de la oposición, que ha ido a
marchas y a protestas. Recuerden la famosa manifestación
“Con mis medios no te metas”. Esta no es hora de estar
tomando la calle ingenuamente. Quienes se colocan en esas
convocatorias no tienen la menor idea de lo que hacen.
Mantengan la cabeza fría y conforme se vayan produciendo
los hechos se producirán las respuestas. Por ejemplo,
desde que tengo uso de razón he estado oyendo hablar de la
reforma territorial. En verdad hay que admitir que
seguramente hay estados inviables y municipios que no
responden a un mínimo de racionalidad. Vamos a ver en que
consiste la propuesta.
Lo que había que hacer lo dije hace 3 años. Está en un
artículo donde resumo el intercambio de ideas con el
director de un diario. Voy a copiar a continuación parte
de ese texto simplemente para demostrar como se puede
planificar una defensa en las diversas áreas de la vida
cotidiana. No pongo lo de la defensa política porque
estaba, como es lógico, referida a los acontecimientos
puntuales de la fecha.
La defensa económica: Para mí fundamental. Nos
queda un resto de parque industrial y una red comercial
importante. Al gobierno, al menos en las primeras etapas,
le será sumamente difícil romper la estructura capitalista
privada. Debemos determinar como utilizar los restos del
parque productivo como mecanismo de defensa. El
empresariado debe reclamar como suyo la estabilidad del
empleo fijo y dar muestras de conciencia social. Ahora la
lucha en este campo no pasa por huelgas o paros que
debiliten la estructura privada, sino por su
fortalecimiento con medidas audaces.
La defensa cultural: Existen valores propios de
esto que llamamos venezolanidad. Debemos centrarnos en su
fortalecimiento. ¿Qué diablos hace el sector educativo,
aparte de reclamar salarios o anunciar paros? Debemos
procurar una integración de los maestros y profesores a
una actividad directa de reforzamiento de los valores que
contrastan de frente las pretensiones anticulturales del
régimen. No se han dado cuenta que sí existe una política
cultural, la de desmontar las referencias que
históricamente han servido de sustento al comportamiento
de los venezolanos. Cuando desmontas las referencias el
paciente se siente mareado, inseguro, perdido y tiende,
por naturaleza, a aceptar las nuevas referencias que el
régimen ofrece. Batalla importante la cultural.
La defensa social: Nos guste o no nos guste la
familia venezolana funciona de determinadas maneras. La
situación ha llevado a todos a refugiarse en el pequeño
círculo familiar o de amistades, a habilitar el “pequeño
refugio”. En este momento no estamos para una
contrarrevolución o contraofensiva sobre la sociología del
venezolano, sino para reforzar ciertos valores básicos.
Por ejemplo, los medios radioeléctricos tendrían en este
campo una misión clave. Ello incluye la alimentación,
mediante instructivos precisos sobre calorías y temas
conexos. Ello incluye la defensa ante escasez, ello
incluye instructivos sobre redes alternas de suministros.
Ello incluye el instructivo sobre gestos cotidianos de
comportamiento social. Y un largo etcétera. Es allí, en la
defensa social, que se deben plantar los medios privados.
Como podrá verse una defensa es posible, una sin
aspavientos y sin convocatorias a manifestaciones. Nada de
pánico, es la hora de la inteligencia. Fíjense bien que el
pánico es consecuencia del discurso incendiario y
desproporcionado, más que de medidas concretas. Ahora voy
a trabajar sobre la actualización de estas defensas que he
citado como ejemplo de un planteamiento de hace tres años.
Ahora hay que dejar de lado el dañino inmediatismo. Ahora
hay que poner en práctica la creación de redes y de redes
de redes de ciudadanos que se informan y analizan. Las
nuevas luchas exigen la abolición del ya, como consigna
gritada en forma de catarsis. Las nuevas luchas exigen un
aprendizaje de las formas inteligentes del combate
político.
tlopezmelendez@cantv.net