Político con gríngolas no es político. Estrategias y tácticas se modifican conforme a las circunstancias He dicho NO, pero también sé decir SÍ. La abstención como política deberá terminar el 3 de diciembre. De manera que hay que soltar, desde ya, una rotunda aceptación al más grave desafío que se nos presentará en el 2007: las elecciones para una Asamblea Constituyente.

Deberán convocar esa asamblea. Con la deslegitimación del 3 de diciembre deberán buscar formas alternativas de envoltorios. Necesitarán la primera gran purga para salir de unos cuántos diputados y de unos cuantos gobernadores. Deberán huir hacia delante para tratar de imponer en la Constitución un Estado socialista y la reelección presidencial indefinida. Y es allí donde hay que esperarlos. Es allí donde hay que dar la batalla del siglo. Hay que ganar esas elecciones y advertirles que una Constituyente, así como puede relegitimar diversas áreas de la administración, también puede dar por cesado el período del Jefe del Estado y convocar nuevas elecciones presidenciales. Es allí donde hay que preguntarle al pueblo si quiere un Estado socialista y el pueblo va a responder claramente que no.

A esa Asamblea Constituyente hay que ir con la mente muy clara. Si se ganan, como creo, habrá que hacer modificaciones constitucionales como eliminar la reelección presidencial, imponer la doble vuelta electoral para presidente y consolidar la descentralización. Si se pierden, lo que no creo, habrá que dar una dura batalla conceptual que no pasa por defender viejos conceptos o viejos privilegios. Si quieren debatir sobre el concepto de propiedad, bienvenido el debate. Si quieren discutir sobre socialismo del siglo XXI habrá que oponerles ideas renovadas sobre lo que debe ser una democracia del siglo XXI. Si quieren ir hacia un totalitarismo constitucional habrá que lanzarles al rostro concepciones de justicia social en libertad. Si se pierden, supuesto negado, y evitan el debate y tratan de imponer una aplanadora, pues fuera de allí y a buscar otras formas de lucha, que bastante existen.

Si quedan asustados y no convocan la Constituyente acelerarán la caída en barrena. En verdad el comienzo del fin es el 3 de diciembre con la “victoria” del presidente. Si no la convocan el desmoronamiento será progresivo e indetenible. Si la convocan hasta los “purgados” vendrán a acompañarnos en la búsqueda de una nueva democracia. No se puede hacer política esperando que el adversario se destruya entre sí. Hay que tener una política propia. No puedo prever cuantos o quienes llegarán como candidatos presidenciales hasta el 3 de diciembre y, en consecuencia, no puedo delinear una línea de acción para el día 4, pero lo que estoy viendo claro es que eso se va convirtiendo en secundario. Que hagan lo que quieran, la deslegitimación estará siempre presente, siendo la variación sólo de grados.

Independientemente, pues, de lo que suceda en el 2006 hay que estar listo para el 2007. Miren las encuestas. El país quiere vivir en democracia. Ganaremos la Constituyente y la ganaremos con el actual REP, con máquinas, con lo que sea, porque el país entero, incluyendo a miles de partidarios del chavismo, no van a aceptar un estado totalitario consagrado en la Constitución.

Déjense de estar convocando “marchitas”. Déjense de estar cantando ese bolero titulado “Condiciones”. Apenas el CNE proclame al presidente hay que manifestar la deslegitimación. Y de allí indeteniblemente hacia las elecciones del 2007. Si flaquean podemos perfectamente hacer una petición popular de convocatoria. No le tenemos miedo a un debate abierto sobre lo que deberá ser Venezuela en el siglo XXI. Queremos votar, queremos que la salida sea con apego a la ley. Si flaquean, tomemos nosotros la iniciativa. Aquí no se necesita un candidato presidencial unitario. Aquí lo que se necesita es un líder de la resistencia. Sólo que para entonces no será prioritario un líder, sino un conjunto de acciones mancomunadas impuestas por una dirección colectiva consciente. Ya lo dijo Chardin: “Nada hay en el mundo que resista el empuje convergente de un grupo de inteligencias organizadas”.

El comienzo del fin tiene fecha: 3 de diciembre de 2006. De allí en adelante el régimen entrará en picada. La sociedad venezolana debe saber que la gran batalla está a unos pocos meses. La sociedad venezolana debe saber que en el 2007 no podrá descansar ni un segundo. Se acerca la hora de la gran movilización democrática y pacífica. Hay que estar listo para la gran batalla. Política y conceptualmente. Coincidimos con el régimen en la necesidad de un cambio: ellos para hacer una dictadura constitucional abierta, nosotros para imponer nuevas reglas democráticas aptas para los tiempos de un nuevo milenio. Ellos para aplastarnos, nosotros para sacudirnos. Ellos para imponernos un yugo, nosotros para lanzar una proclama de justicia y de redención de los pobres. Frente al desafío la respuesta es un rotundo SÍ.

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