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think tanks en el desierto El futuro de las relaciones internacionales depende en extremo de los dilemas de la superpotencia americana. Sin embargo, muy a pesar de la imagen de un Bush guerrero e irreflexivo, la política exterior americana obedece a un profundo debate de ideas y opiniones; en donde intervienen investigadores, periodistas, políticos y profesores universitarios. Es una tradición en Washington que los actores de dicho debate se sucedan en diferentes cargos dentro de la administración, al ritmo de la alternancia entre demócratas y republicanos. En ese sentido, el Think Tank es una institución importante dentro del debate de la política exterior americana, que llena el vacío entre la teoría y el mundo de la acción. Los Think Tanks son una suerte de universidades sin estudiantes, que nacieron a principios del siglo XX, en plena era progresista. Pasando por la etapa en que los Estados Unidos comenzaron a tener responsabilidades mundiales, siguiendo por la fase de las recomendaciones operacionales, hasta la actualidad con los centros Nixon y Carter. Obviamente el debate, no se limita a los Think Tanks, pero estos son sin duda los lugares privilegiados para la incubación de la política exterior americana. La producción visible de los Think Tanks, está compuesta de libros y particularmente de artículos, tribunas y sites Internet. La no visible, circula a través de las redes de contactos personales en los niveles inferiores de la jerarquía, que influyen las decisiones de sus superiores. Las revistas especializadas en política exterior como Foreign Affairs y Foreign Policy entre otras publican las producciones de los Think Tanks; y para obtener un impacto inmediato lo más efectivo para un miembro que pretenda hacer valer su punto de vista e influir la toma de decisiones, es la publicación de un artículo en The New York Times o en el Washington Post. Hoy cuando nos preguntamos, hacia donde van los americanos y justo cuando la opinión internacional pretende personalizar y reducir a la esfera petrolera la orientación de la política exterior americana; nada más falso que imaginarse un Washington monolítico, en el momento en que, el debate de ideas está en plena ebullición, entre neoimperialistas, neoconservadores, aislacionistas, wilsonistas y multilateralistas. Debate por cierto que no se da ni en Bagdad, ni en París. Ya veremos como la arena del desierto iraquí afecta a las corrientes del pensamiento que nutren a la política exterior americana. |
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