Mitad
Maquiavelo, mitad Richelieu, Karl Rove, la eminencia gris
del presidente George Bush, finalmente renuncio a su cargo y
representa la baja política mas importante que ha sufrido el
presidente en su accidentada gestión.
La cabeza de Rove era de todos modos pedida
por la oposición demócrata y el personaje muy criticado en
la prensa por sus manipulaciones desde la Casa Blanca,
detrás del sillón del poderoso mandatario de la
hiperpotencia. Rove había sido acusado de difundir secretos
de la CIA que no seguían ciegamente la política de Bush para
justificar la guerra en Irak. También se le acusaba de
promover el despido de jueces estatales que no seguían las
directivas políticas pro republicanas emanadas de la Casa
Blanca y casualmente ideadas por el mismo. Igualmente, el
asesor presidencial se sirvió también de comunistas venales
ya obsoletos para difundir sus intrigas políticas.
Pero, en esta república, donde supuestamente
debería existir una clara separación del estado y la
Iglesia, Rove alimento el mesianismo de Bush, dócil y
primitivo, que sirve para alimentar los conflictos con otras
fuerzas mesiánicas de la actual globalidad.
El principal asesor del Presidente Bush, Karl
Rove, anunció que renunciará a su cargo de subjefe de
personal de la Casa Blanca el 31 de agosto. La renuncia de
Rove surge mientras se encuentra en el epicentro de varias
investigaciones del Congreso. El mes pasado, el Presidente
del Comité Judicial del Senado, Patrick Leahy, lo citó a
declarar sobre su participación en la politización del
Departamento de Justicia y en la destitución de nueve
fiscales estadounidenses. Hasta el momento, Rove ha ignorado
la citación y se ha negado a declarar, invocando el
privilegio ejecutivo.
Pese a su siniestra influencia, Rove, con
"rostro de bebe" mostraba un espíritu jovial y en una cena
de periodistas, sorprendió a los periodistas bailando
alegremente una mezcla de fox trot con rap. Pese a sus
esfuerzos por parecer simpático y la obvia protección
presidencial. Hace tiempo, este perseguidor de
intelectuales, políticos y jueces que no estaban con Bush,
tenía los días contados.
Dos semanas atrás, Rove no asistió a una
audiencia del Congreso sobre el supuesto uso indebido de
colaboradores de la Casa Blanca de cuentas de correo
electrónico del Comité Nacional Republicano. Rove le dijo al
Wall Street Journal que renunciará para pasar más
tiempo con su familia. Durante los últimos diecinueve años
ha trabajado como el asesor político más cercano de George
W. Bush, primero en Texas y luego en Washington. Durante
este tiempo se ganó el apodo de “el Cerebro de Bush”. En el
fondo era un "baby face" con mentalidad de Gestapo. Toda una
incongruencia para estos tiempos de apertura global.