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La guerra de los goles
por Ted Córdova-Claure
lunes, 5 junio 2006

 

No fue gol el chutazo de Hurst. Los ingleses siguen jactándose de que fueron campeones mundiales en 1966.

Pero la moderna tecnología revela lo contrario. Ante una rugiente multitud, en el estadio de Wembley en Londres, Inglaterra y Alemania disputaban la final del Mundial 1966. Corría ya parte del medio tiempo suplementario y estaban 2 a 2, cuando el delantero Geoffrey Hurst llevó la pelota con velocidad - la defensa germana estaba al ataque muy adelantada -, y penetró en el área defensiva disparando un cañonazo que pegó en la parte baja del travesaño y parecía que reboto detrás de la línea de gol y salió saltando, dando botes altos.

El portero Tilkowski, le dio un manotazo y botó el balón fuera de la cancha, pero ya el árbitro había concedido el gol ante la algarabía de los jugadores y público inglés, mientras los sorprendidos alemanes intentaban una protesta.

El referí de todos modos consultó al juez de línea, que era soviético, y este confirmó el gol. Inglaterra se puso adelante 3 - 2.

El repaso de la jugada por las cámaras televisivas en ese momento no aclaraba nada. Era difícil distinguir si la pelota tocó la línea o rebotó detrás de ella, lo cual era gol. Pero el desarrollo tecnológico de consolas de edición y los medios de la digitalización permitieron ésta semana a un experto inglés examinar la filiación de la jugada en film de 35 mm.

CNN dio la noticia y entrevistó al técnico, además de pasar el detalle filmado. Y el resultado es que la pelota pateada por Hurst no entró en el arco, detrás de la línea. Toco la línea pero con medio balón afuera, todavía en la cancha.

¿Cambia esta relación tecnológica el resultado? No. En fútbol prevalece una ley no escrita. Una vez que el juez sancionó algo, no hay vuelta. Además, faltando un minuto Inglaterra marcó su cuarto gol ante los ya desmoralizados alemanes.

Resultado final, 4-2. Inglaterra campeón mundial 1966. No hay vuelta. Es ya historia en la FIFA, y tema de conversaciones amargadas en las cervecerías muniquesas.

*  Site del autor: http://www.tedcor.com
 
 
 
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