A
los ojos de la comunidad internacional, así como para las
transnacionales petroleras y las reaccionarias editoriales del
venido a menos New York Times, entre otros medios internacionales;
la blanca y oligárquica oposición venezolana perdió unas
elecciones transparentes, y no reconoce su derrota. De un plumazo,
o de un chorro de petróleo, se desconoce así, el espíritu
democrático, conciliador, pacífico y hasta pendejo que durante
estos últimos años había sostenido la variopinta oposición
venezolana. De esa manera, se nos presenta hoy a los venezolanos
la tan idolatrada comunidad internacional, fanática y ciega,
carburando a punta de petróleo preferiblemente barato.
¿Se oponen ustedes a Hugo Chávez? por qué no votaron
mayoritariamente en su contra, en el pasado referéndum, nos
interrogan con arrogancia a través de editoriales foráneos. Y
claro está, ellos mismos se responden; si ustedes – la oposición –
no lo hicieron es porque no son mayoría y punto; y si gritan
fraude sin pruebas, es porque la oposición venezolana no es tan
democrática como creíamos aquí en Wall Street. Así de maniqueo y
sencillo.
La
comunidad internacional y sus asociados, saben muy bien lo que
están haciendo, el cálculo político-petrolero, ha sido desde
siempre la esencia de sus estrategias económicas. Y hasta se dan
el lujo de intimidar a la subdesarrollada oposición venezolana,
pidiéndole a ésta que presente pruebas del supuesto fraude,
sabiendo plenamente que ello será tan difícil, como probar los
acuerdos a los que llegó Hugo Chávez, con algunas
transnacionales.
Del mismo modo, a partir del 16 de agosto se ha venido instalado
en el espíritu de ciertos vespertinos venezolanos, así como en
algunos empresarios y políticos y demás candidatos a gobernadores
y alcaldes, una suerte de ambiente similar, al que había en Europa
por allá en 1938 luego de los acuerdos de Munich cuando el
rastrero y culilluo
egoísmo de Chamberlain y Daladier creyeron habérsela comido
delante de Hitler. En fin, dicho esto y junto a lo que hoy la
comunidad internacional le obsequia a Venezuela, es una muestra
mas de la complacencia que las democracias occidentales tuvieron
durante siglos ante las diversas formas de totalitarismo, ¿por qué
no iban a hacerlo con Chávez?
Como quiera que sea, y ante los múltiples obstáculos que le ha
venido poniendo el régimen de Chávez a la oposición democrática en
Venezuela, la comunidad internacional pareciera divertirse; pero
por ahora lo que hoy son solo trabas, chantajes y fraudes, en un
futuro cercano se convertirá sin duda en represión.
Así las cosas, la oposición venezolana a pesar de lucir hoy
defraudada y dividida, sabe que ante el nuevo posicionamiento y
fortalecimiento de la naciente y sutil dictadura de Hugo Chávez,
asistir bajo tales condiciones a las venideras elecciones
regionales, no sería solo poner la otra mejilla, sino se estaría
convirtiendo la oposición en un kamikaze electoral. Sin contar que
en el ínterin la Asamblea chavista habrá aprobado los textos, que
conformarán las herramientas legislativas necesarias para que se
imponga la revolución dentro de la revolución, como bien ha
reiterado Hugo Chávez.
Es
por ello, que se hace urgente un pronunciamiento por parte de la
Coordinadora Democrática, pero me temo que el mismo, nunca
llegará. En consecuencia, es el momento para que insurjan de una
vez por todas los nuevos líderes, que asuman las riendas y la
conducción de una firme y decidida fuerza de oposición. De lo
contrario, y como bien dijo William Ojeda, las próximas elecciones
serán elecciones a la cubana.