Que en una
dictadura el pueblo no pueda informarse y el dictador
hace lo que a él le da la gana, puede explicarse, pero no
así en la democracia, la situación debe ser, teóricamente,
distinta, en este sentido nuestra Constitución vigente
establece que “toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión”; este derecho comprende la
libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas
de toda índole. Es el punto nodal de todas las
libertades. Todo ciudadano tiene derecho a la libertad
de opinión, de decir lo que piensa y expresar lo que siente.
Ninguna
organización dedicada a la defensa de las libertades
señaladas en Venezuela o en el exterior ha llegado al punto
de decir que esas libertades se han perdido en el país. Pero
si han coincidido todas ellas en hacer notar su preocupación
por las dificultades que el ejercicio de esas libertades
públicas afronta en la actualidad la nación venezolana.
Tales dificultades están en su punto más alto desde la
restauración de la democracia en 1958. Se presagia un
peligro: la instauración de un régimen socialista para el
cual ya no hay norma civilizada que respetar.
En Venezuela, en
este tiempo, nos encontramos con situaciones límites, se
escamotea la realización del Estado de Derecho. Es por eso,
oportuno, mencionar lo sucedido con la señal abierta de RCTV
y lo que se ha hecho con las 34 emisoras y se pretende hacer
con las 206 restantes y Globovisiòn. Se trata el abatimiento
de la nación venezolana, de imponer una política de Estado
que sólo deparará abyección.
La censura nunca
sube de la sociedad o de la prensa hacia el poder, sino que
suele bajar del poder hacia la base. Es el poder, con sus
leyes y recursos políticos, quien tiene la fuerza para
imponer el silencio. De lo dicho se sigue que no se debe
confundir el ejercicio del derecho a la información con lo
que es una práctica opositora. La información abierta, sin
miedos ni cortapisas, es un nutriente indispensable para el
cuerpo de la república. La oposición se manifiesta, en
cambio, en función de estrategias orientadas a la conquista
del poder.
Como
prácticamente todos los medios masivos de comunicación y,
por cierto este diario también, reivindican la condición de
independiente, es necesario decir algo más: Las libertades,
ya citadas, contempladas sin cortapisas por la Constitución
de la Republica, no son para proteger sólo a los medios
independientes. Tiene el derecho de expresar su punto de
vista todo ciudadano, y todo tipo de diferencias que
creyeran útil los periódicos de partido o de facción
política. Y esto sin perjuicio de cualesquiera fueran sus
ideas.