La
esperanza
se
mantiene
viva por
Sixto
Medina
viernes, 5
junio 2009
En la
columna anterior dijimos: es importante mantener viva la
esperanza. Hoy queremos afirmar que la esperanza se mantiene
viva, pues, hay signos inequívocos en el país de una toma de
conciencia del ciudadano en relación a sus derechos. La
quiebra que hoy muestran las instituciones del Estado está
llevando al hombre de la calle, a los trabajadores, a los
profesionales y a la familia a defender su vida, a defender
lo que por ley le pertenece. A tomar en sus manos su propia
representación.
Es necesario seguir manteniendo la confianza; para ello hay
un requisito previo ineludible: lograr que los propios
venezolanos confiemos en que el país superara sus
dificultades. La confianza externa y la confianza interna no
son dos elementos disociados: un hilo sutil los une. No se
puede aspirar a suscitar la fe de los observadores externos
si previamente no alimentamos nuestra propia fe en el
destino de la república que habitamos.
Por eso el gran desafío que los venezolanos afrontamos
empieza por el fortalecimiento de un valor que, aunque
muchos no lo adviertan, es el que condiciona a todos los
demás valores que coadyuvan al bienestar de una sociedad.
Ese valor primario es la esperanza.
Pero la esperanza no es la fe ciega e irracional en que a la
vuelta de la esquina nos está aguardando un futuro mejor. El
optimismo que suelen sembrar los demagogos que se postulan
como líderes mesiánicos o providenciales y que proponen
soluciones y recetas mágicas- como el llamado socialismo del
siglo XXI- no tiene nada que ver con la esperanza en el
sentido que aquí le damos a esa estratégica palabra. Lo que
puede llevar a los venezolanos a recuperar la confianza en
sus propias fuerzas es la actitud esperanzadora que se nutre
de la valoración racional de los elementos objetivos con que
cuenta el país y la cuota de esfuerzo y trabajo genuino.
Por todas estas consideraciones, resultan auspiciosas las
conclusiones de un estudio de opinión publica de tres
empresas encuestadoras: Seijas, Keller e Interlaces. Las
encuestas muestran la cara de un país que sigue iluminado
por la esperanza. Se notan variantes de importancia. Si bien
la mayoría destaca posiciones críticas al liderazgo político
de la oposición y los errores reiterados de la conducción de
Hugo Chávez en el ejercicio de gobierno, al mismo tiempo se
forja en el seno de la sociedad una confianza, se emiten
señales claras de que, a pesar de los datos negativos de la
vida cotidiana, hay la posibilidad real de que Venezuela
saldrá adelante. La esperanza, pues, esta viva en nuestro
país: sólo falta que se potencie y se traduzca en hechos.