Además
de la correspondiente al adverbio de afirmación, la palabra si
tiene otras funciones, igualmente muy importantes. Una de ellas es
la de conjunción condicional, el llamado simplemente si
condicional. Este señala una condición necesaria para que se
dé algo, para que se produzca un efecto: ³Si sales temprano
podemos ir al cine². Para que podamos ir al cine es
necesaria la condición de que salgas temprano. ³Yo te
perdono si prometes portarte bien²; la condición para
perdonarte es que prometas portarte bien. ³Si no lo hubiese
visto, no lo creería²; la condición para creerlo es haberlo
visto. Obsérvese que este último ejemplo contiene una negación,
mientras los otros dos son frases afirmativas. Cuando si es
condicional no lleva acento.
Sí también puede ser pronombre personal, forma reflexiva de
tercera persona que se usa tanto en masculino como en femenino, y
en tal caso lleva tilde. Invariablemente se usa con una
preposición: ³Dejó la mejor parte para sí²; ³Tardó en
volver en sí²; ³Gasta mucho dinero en sí misma².
Cuando se usa con la preposición con adopta la forma
consigo, sin tilde: ³Trajo consigo a su hija²; ³Por más
que haga trampas, no las tiene todas consigo².
El sintagma de por sí señala algo que es así, de alguna
manera, sin tomar en cuenta otras maneras ni depender de nada: ³Él
de por sí es muy travieso, y si se junta con otros como
él, es el diablo².
A veces usamos sí para dar énfasis a una afirmación: ³Esta
casa sí es bonita². Aunque en este caso se trata del sí
afirmativo, lo propìamente afirmativo de la frase no es el
sí, sino el resto de la frase: ³Esta casa es bonita², pero el
sí le da fuerza a la afirmación. El énfasis es mayor si
agregamos que: ³Esta casa sí que es bonita².
³¿Supiste lo que le pasó a Fulano? Si yo se lo advertí, y
no me hizo caso². Más enfática es la frase si agregamos la
conjunción pero: ³¡Pero si yo se lo advertí, y no me
hizo caso².
También empleamos si (sin tilde) para enfatizar expresiones
de duda o de afirmación implícitas, con tono irónico o sarcástico:
³Si será tonto, que hasta dice que habla con los muertos²;
³Si supiera que dices la verdadŠ².
Con valor comparativo o hipotético usamos si (sin tilde)
precedido de la preposición como o de la conjunción que:
³Habla como si estuviera borracho²; ³Lo hizo mejor que
si lo hubiese hecho un profesional².
Con si también encabezamos frases desiderativas: ³Si
consiguiera un poco de pazŠ²; ³Si alguien me ayudaraŠ².
A veces empleamos si, repitiéndolo, con valor
distributivo: ³Si voy, te molestas; si no voy,
también². ³Si digo negro, tú dices blanco; si digo
blanco, tú dices negro; si no digo nada, te molestas².
Si seguido del adverbio bien forma una locución
adversativa equivalente a aunque: ³Quiero que vengas, si
bien, pensándolo mejor, puede que no convenga².
Si es también el nombre de la séptima nota musical: ³En
si bemol².
Todas estas formas de si derivan del vocablo latino sic
(así, de este modo), o de sus derivados, con excepción de la forma
pronominal, que deriva de sibi en Latín; y de la nota
musical, cuyo origen está en las iniciales de las palabras
Sancte Ioannes, las primeras que aparecen en el cuarto verso
de la primera estrofa del Himno de San Juan Bautista.