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CHAVEZ Y EL SINDROME DE ESTOCOLMO
Jueves, 15 de Agosto 2002

No cabe duda que las bondades de la democracia son inagotables; dicha infinita virtud en ocasiones condujo a que la democracia se mordiera su propia cola; provocando una serie de rupturas entre los ciudadanos y el Estado, entre los individuos y la política, haciendo desaparecer la solidaridad, atentando contra las libertades, decomisando la memoria y la historia; conformándose de esa manera una suerte de divorcio entre la República y la democracia.

Sin embargo, la democracia sigue su ruta de forma decisiva, nutriéndose de sus propias fuentes como lo son - entre otras - la división y autonomía de los poderes que la sostienen; en consecuencia y solo bajo esa óptica es que deberíamos interpretar la decisión que dictó el - tapa amarilla - TSJ; fallo mediante el cual se exoneró de responsabilidad penal por el delito de rebelión militar a un grupo de militares, que participaron en los hechos que condujeron a la salida del poder del presidente Chávez, el pasado 11 de abril.

Dicho de otra manera: "...una conversión súbita de la soberanía en Democracia; de suerte que, sin ningún cambio sensible, y tan solo a través de una nueva relación de fuerzas, los ciudadanos convertidos en Magistrados van de lo general a lo particular, de la ley a la ejecutoria..." esto no lo escribió el magistrado Franklin Arrieche, sino Jean-Jacques Rousseau, en 1762.

Ahora bien, dicho avance sin duda produce vértigo en aquéllos que pretenden gobernarnos desde la periferia de la democracia; los mismos que se creían la encarnación del pueblo, liderados por un golpista que pretendió imponer sus propios intereses como intereses comunes, creyendo que los ciudadanos nos habíamos despojado de la soberanía; soberanía ésta que por cierto ejercemos bajo la figura de la democracia y es a mi parecer allí donde esta el meollo de las contradicciones que atormentan al presidente Hugo Chávez. Este locuaz personaje, quiso dárselas de vivo y creyó que podría valerse de las bondades democráticas, para luego una vez en el poder, expropiarlo y hacerlo suyo; confundiendo fatalmente - para Chávez - dominio con mandato.

Así las cosas, Hugo Chávez es hoy un rehén de nuestra democracia y tendrá que negociar muy hábilmente para poder salir de sus captores institucionales; quizá un buen primer paso seria dejando las cosas de éste tamaño y acatar en su integridad la decisión del TSJ.

En 1973, en Estocolmo, en un asalto bancario, los ladrones retuvieron a los empleados del banco durante varios días. Al momento de la liberación un periodista fotografió el instante en que una de las rehenes y uno de los captores se besaban. Este hecho sirvió para bautizar como "Síndrome de Estocolmo" ciertas conductas de afecto entre captores y rehenes. En psicología, éste síndrome es una de las respuestas emocionales que puede presentar el secuestrado a raíz de la vulnerabilidad y extrema indefensión que produce el cautiverio. Estableciéndose, bien como nexo consciente y voluntario por parte de la víctima para obtener cierto dominio de la situación, o bien como un mecanismo inconsciente que ayuda a la persona a no sentir la amenaza de la situación o la agresión de los secuestradores.

¿ qué cree usted ? será Chávez un rehén voluntario o inconsciente.


luisdelion
© 2002