En la
Oposición,...¡nadie! -
por Rodolfo Schmidt
Oposición y
régimen, finalmente, coinciden en algo: “repudian y condenan”
el asesinato del fiscal Danilo Anderson, atentado fulminante
del cual la víctima ni siquiera llegó a enterarse.
Luego de los
actos y despliegues públicos no faltará que, con su nombre, el
régimen bautice alguna plaza o avenida “bolivariana”.
Méritos
suficientes hizo la víctima. Desde su llegada al Poder, hace
casi 6 años, se constituyó en implacable perseguidor del
régimen contra la disidencia política , distorsionando,de
manera grotesca y truculenta, la letra y el espíritu de la
Ley, manoseándola, pervirtiéndola ante la indignación general
de la colectividad.
Fue uno de los
personajes, tan necesarios como esenciales, en el
desmantelamiento del Estado de Derecho en Venezuela
Anderson fue de
esos que todo lo lograron gracias a la IV República,
profesión, reconocimiento y fortuna (léase Carrastrero y
Podríguez, por ejemplo) para cobrarse con saña y
resentimiento las oportunidades disfrutadas.
Anderson desató
la violencia del Estado contra la Sociedad civil. No fue un
hombre bien intencionado ni bueno y su muerte no deja vacíos
irreparables en la Sociedad. Este reportero no puede aplaudir
el atentado pero tampoco puede lamentar la ausencia de la
víctima.
Que se cuide
Capriles
El régimen está
claro: fue un “acto terrorista”. El terrorismo se caracteriza
-normalmente- por ser indiscriminado y aleatorio. En el caso
Anderson, fue quirúrgico y selectivo, organizado para
minimizar el eventual “daño colateral”. Pero el calificativo
de “terrorista” es necesario porque insinúa el rumbo de la
imputación. Para el régimen, la Oposición es “terrorista” por
definición. No vaya a sorprenderse ahora Henrique Capriles
Radonsky si la Fiscalía lo vuelva a llamar e imputar,...
por que tenía un “motivo”: la venganza personal por los 4
meses y medio de privación ilegítima de sus libertad.
“No se
acostumbraba...”
Cuando el régimen
asesinó -de manera premeditada- a 20 marchistas el 11 de
abril del 2002, ningún vocero oficial llamó a la “paz” y a la
“reflexión”.
Cuando el régimen
arremetió contra los “9 del Táchira” y los privó durante 16
meses de su libertad , ninguno llamó a la “reflexión”.
Cuando Danilo
Anderson, quién de “ambiental” tenía absolutamente nada,
embistió arbitrariamente contra los 400 de La Carmonada,
nadie del oficialismo llamó a la reflexión.
Cuando Anderson
fue despedazado, más allá de las posibilidades de
identificación visual- en la madrugada del 19 de noviembre,
todo el régimen -al unísono- llamó a la “reflexión” y a la
“paz”. “Esto no es lo que se acostumbra en Venezuela”,
dijeron.
Tampoco se
acostumbraba secuestrar a todos los Poderes públicos; no se
acostumbraba perseguir política y judicialmente a militares y
civiles disidentes; no se acostumbraba despojar a la Sociedad
civil a su derecho constitucional a la información, a la
expresión y a la opinión. No se acostumbraba robar con
alevosía dos elecciones seguidas.
Y tampoco se
acostumbraba asediar a la Alcaldía Mayor y caerle a balazos de
alto calibre (más de 1.100 impactos adornan las oficinas)
Ahora -luego de
sembrar la violencia verbal y física de manera sistemática
durante un sexenio- llaman a la paz, a la reflexión y a la
convivencia. Porque tienen miedo. Porque saben que mañana a
ellos les puede ocurrir el destino de Anderson, sea quienes
hayan sido los autores intelectuales y materiales del
atentado. Y la gente se pregunta: ¿quién tiene la capacidad
-logística, organizativa y financiera- para organizar y
ejecutar un atentado como este?. Que yo sepa,....en la
Oposición,..¡nadie!.
Como son las
cosas ahora, probablemente nunca lo sabremos quienes
decidieron “remover” o “liquidar” a Anderson pero -como en
el pasado- el régimen pasará a la ofensiva anti-oposición sin
presentar prueba de nada. Como nada se supo, por ejemplo, de
los atentados con explosivos contra las sedes de Colombia y de
España. Pero, hurgando un poquito, aflora en muchos la
convicción de que se hizo Justicia, por ahora anónima,
contra un pervertidor de la Justicia e implacable perseguidor
de la Sociedad civil y de las libertades en Venezuela.
En la morgue
“El Alcalde de Baruta se presentó en la
morgue de Santa Mónica para ofrecer sus condolencias a los
familiares de la persona asesinada y fue repelido por los
grupos Tupamaros y personas afectas al gobierno.
Habría que
recordar que, aunque H. Capriles fue acusado por el supuesto
asesinado, cuando fue liberado, sus primeras palabras hacia el
fiscal fue de reconocimiento por el buen trato físico que de
él había recibido.
Aunque Capriles
Radonsky manifestó que permanecería en el lugar a pesar de la
negativa de quienes vociferaban que se fuera, debió salir del
recinto a petición de los familiares .. aunque estos no eran
"los familiares cercanos".