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saddam el rapidito
por Luis DE LION
Viernes, 11 de Abril 2003


Te fuiste sin despedirte...al menos no formalmente; dado que, sí te diste el lujo de decirle adiós a tu martirizado pueblo, sometiéndolo al inclemente bombardeo de la coalición angloamericana, el cual pudiste evitar si hubieras dicho que no estabas dispuesto a dar la batalla, tal y como al final hiciste. Te limitaste, tan solo  a dar  la batalla catódica, al estilo del prócer del museo militar, mostrando al mundo unos videos que ni Vladimiro Montesinos y VTV juntos habrían sido capaces de producir.

 

Qué mal le hiciste quedar al honesto Chirac, al respetuoso de los derechos humanos Putin y al pobre Vicente Fox, ahora nadie quiere atenderle sus llamadas  a Washington. Le cortaste la nota a Fidel Castro, quien estaba poniendo un poquito de orden en el revuelto mar de la felicidad cubano. Y por último obligaste a Ramonet a cambiar una cuartilla del discurso que leería en Caracas durante las fiestas patronales del 11-A.

Qué falta de seriedad la tuya, con la gente que te quiere y aprecia.

 

A los profetas del desastre que hablaban de yihad, del nuevo Vietnam, del choque de civilizaciones y los comeflor de los escudos humanos, los dejaste a todos guindados de la brocha.

 

A los analistas - igualmente catódicos - de lo que ellos mismos titulan "mundo árabe", quienes se creen que porque se comieron un sandwich de Falafel en París ya son expertos del medio oriente, no había caído tu estatua cuando comenzaron a hablar de las trampas post Saddam. Estos amigos desconocen que desde El Cairo a Bagdad, todo el mundo quiere un cambio; en especial los jóvenes del medio oriente, al menos aquéllos que aspiran y sueñan con la modernidad y la democracia, no lo piensan dos veces antes de emigrar y en particular hacia los Estados Unidos. 

 

Sin embargo, Saddam tu salida cual corcho de limonada debe servir como preludio para que la inmensa mayoría de musulmanes se dé cuenta de que es tiempo de frenar la destrucción y denigración de su propia religión. Que el indetenible proceso de mundialización, necesita de ustedes para luchar contra el radicalismo y el oscurantismo. No le dejen toda la tarea a los americanos, son ustedes y nadie más, los encargados de construir la democracia musulmana, teniendo claro que el terrorismo es una maldición para cualquier religión; de esa manera el islamismo del siglo XXI será una religión perfectamente adaptada a la modernidad, apartada de dogmas intangibles.