Las profundidades del Atlántico
Sur, que tanto reclamara históricamente Bolivia para una
salida al mar, contienen petróleo brasileño y posiblemente
uruguayo, cuyos pozos prospectados desde ya reflotan, en
sentido figurado, a la IV Flota estadounidense. Estas
profundidades cargadas de oro negro también determinan un
clima de Guerra Fría en el Caribe, ya que la visita de la
armada rusa recuerda que los pozos venezolanos no están
flechados estratégicamente[1].
Ante la reactivación de la IV Flota del Tío
Sam, Rusia responde
marítimamente a las gentilezas que la OTAN le dispensa en
tierra firme, por medio de Georgia y Polonia[2].
Ya en un país continental, los separatistas cruceños vuelan
gasoductos que conducen el contenido de los pozos del anillo
energético latinoamericano (desde Venezuela hasta Bolivia,
pasando por San Pablo en Brasil)[3].
Tales efectos de los pozos sobre la superficie mundial no se
explicaría si este epitelio
político no contara con sus propios epicentros críticos.
Esas resonancias a distancia toman por centro
latinoamericano a Bolivia, donde las instituciones
democráticas debieran estar más fuertes que nunca, a raíz
del referéndum favorable al gobierno por casi dos tercios.
Subsidiariamente una alarma análoga proviene de Venezuela,
donde la situación del gobierno también debiera ser
comicialmente confortable[4].
Por consiguiente esta Guerra Fría se parece en mucho a una
Guerra de Ondas, que aparentemente no dejan de recordarnos
que las guerras post-Guerra Fría no tienen lugar[5].
De ahí que la composición de lugar sea necesariamente
alusiva y elusiva, como toda declaración. A diferencia de la
barrera que oponían los buques de guerra estadounidenses a
las ojivas nucleares que la Unión Soviética enviaba por mar
a Cuba, o la misma Cortina de Hierro que la gente atravesaba
a riesgo de su vida, los conflictos de hoy son efecto de
emisiones propicias. Estas no tienen ni pueden tener, desde
que existen lugares comunes de índole retórica,
profundidades extraíbles, pero sí reconocen, a la manera del
vuelo aéreo, “pozos de aire”, donde el fluido faltante se
siente en caída.
Tal el caso del énfasis que la declaración de
Tabaré Vázquez hace sobre las
instituciones democráticas en referencia a las tribulaciones
bolivianas[6].
Se subraya la índole democrático-institucional al inicio y
al final de la declaración, donde el piloto automático de la
interpretación siente que falta algo que dice reiteradamente
Chávez sobre EEUU. De la misma manera, la forma en que Lula
convoca a un pacto entre el cordero y el lobo, daría motivos
para un retiro espiritual dedicado a resiliencia democrática
de la crisis boliviana[7].
Estos pozos de aire discursivos encuentran sin embargo
intérpretes que los disciernen e incluso atraviesan sin
desgano. Por ejemplo, un artículo periodístico harto
comprometido en el estilo de izquierda con la Guerra Fría,
ve todo ventajas en ignorar el rol de EEUU e incluso al
propio Chávez[8].
Esta levitación declarativa produciría delicias estratégicas
que América Latina nunca conoció, aunque sí conoce la
facundia impugnadora de Fidel Castro y del propio Chávez
como el blasón mismo de su dignidad.
Tal levitación declarativa nos advierte que no digamos nada
sobre aquello de lo que todo el mundo habla, pero
abandonando en súbita caída de silencio la misma astucia en
el sentido opuesto, no calla sus temores hacia una
radicalización, en la propia izquierda, de sectores que
aprovecharían para marcar la cancha. De la hora de los pozos
a la hora de las poses, la concomitancia ideológica
desciende hasta la superficie política, por donde corren
incluso las voladuras de gasoductos que apuntan más abajo
aún.
El tránsito del pozo a la pose no admite límites positivos,
por lo tanto supone una “deslocalización”,
no tanto en el sentido folklórico de las costumbres, sino
más bien en el sentido propio de las costumbres[9].
Todo queda en todo, la pose llega hasta el pozo y el pozo es
fuente de pose, no por la vía de la tradición, sino por el
canal de la transmisión. Sería una pena que Latinoamérica,
efecto de un Pasaje a Occidente[10],
perdiera esta oportunidad de escanear
las capas geopolíticas de pueblos mestizos, etnias
sumergidas, fronteras dudosas y memorias insumisas que
quedan entre el pozo y la pose. Allí escoran y se hunden
todas las flotas, se desvían y capotan todos los misiles.
[1]
Fantini, C. “Nuevos vientos de
Guerra Fría” (11/09/08) El País, Montevideo. http://www.elpais.com.uy/08/09/11/pinter_369121.asp
[2]
Gorbachov, M. “Escudo
antimisiles en Polonia está pensado contra Rusia” (10/09/08)
El País, Montevideo http://www.elpais.com.uy/08/09/10/pinter_368956.asp
[3]
“Evo advierte a la oposición: "La paciencia tiene un límite"
(12/09/08) La República, Montevideo http://www.larepublica.com.uy/mundo/330861-evo-advierte-a-la-oposicion-la-paciencia-tiene-un-limite
[4]
“Vázquez y el Frente Amplio dieron "total respaldo" a Evo”
(13/09/08), La República, Montevideo.
[5]
La cursiva recuerda el título de
Baudrillard La guerra del golfo no tuvo lugar.
[6]
Presidencia de la República, Comunicado de Prensa (12/09/08)
http://www.presidencia.gub.uy/_Web/noticias/2008/09/bolivia.pdf
[7]
Bilbao, L. “Washington promueve la guerra civil en Bolivia”
(12/09/08), enviado en correo electrónico por Sirio López.
[8]
“La prioridad es la democracia de Bolivia” (14/09/08) La
República, Montevideo http://www.larepublica.com.uy/politica/331380-la-prioridad-es-la-democracia-de-bolivia
[9]
Balibar, E. (2006) “Cosmopolitisme
et Internationalisme:
deux
modèles, deux
héritages”
dans Philosophie
politique et
horizon
cosmopolitique, UNESCO, Paris, p.42.
[10]
Marramao, G. (2006) Pasaje a Occidente. Filosofía y
Globalización, Katz, Buenos
Aires.
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Profesor de la Universidad de la República de Montevideo
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