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Sobre la visita de Bachelet a Cuba y la defensa del castrismo
por Rafael Rincón-Urdaneta
sábado, 14 febrero 2009


I

A propósito de la visita de la Presidenta chilena, Michelle Bachelet, a Cuba y de su negativa a reunirse con la disidencia de la Isla, me pregunta mi primo Javier: “¿Será que los políticos pueden ser tan caraduras y justificar una dictadura dependiendo de la ideología a la que pertenecen?” Cuando me dijo que la visita en cuestión había sido criticada en el Imperio del Mal, y sabiendo que él vive en Miami, refugio de ratas contrarrevolucionarias, golpistas, neofascistas e imperialistas, supongo que los cuestionamientos vienen, mayormente, de la disidencia cubana y de venezolanos que no tuvieron adrenalina suficiente para experimentar la intensa sensación que produce el suicidio colectivo con la píldora del Socialismo del Siglo XXI. 

Pues sí, los políticos, en general, pueden llegar a ser muy caraduras. Pero también muchos periodistas, analistas y académicos, de una u otra manera vinculados con la política. En los académicos, el caradurismo y la deshonestidad intelectual son especialmente imperdonables, no porque deban ser “imparciales y objetivos”. No tienen por qué serlo. El conocimiento en las ciencias sociales tiene consecuencias políticas y se produce, entre otras cosas, de acuerdo a ideas, valores y creencias, también políticas. En las matemáticas la cosa es distinta, pero la política, como bien decía Otto von Bismarck, “ist keine exakte Wissenschaft” (no es una ciencia exacta). El académico caradura y deshonesto no es el que toma partido. Es el que simula objetividad científica mientras, en indumentaria de laboratorio, con cara de Nobel de Física y discurso teórico muy bien pensado, hace las declaraciones más militantes y absurdas. Y el peor es el que miente a sabiendas de que lo hace. Chomsky, en esto, es un maestro. Por ello, los buenos académicos, analistas o periodistas no son los que tratan de ocultar su postura para ser más creíbles (a veces con pretensiones de manipulación), sino los que mejores y más serios argumentos ofrecen

Explico esto porque, volviendo al tema, en Chile también se ha armado un revuelo más o menos escandaloso. Y las críticas no han sido lanzadas sólo desde la derechista Alianza por Chile, conformada por Renovación Nacional y por la Unión Demócrata Independiente, sino también desde el seno de la propia Concertación izquierdista, especialmente desde la Democracia Cristiana y por algunas individualidades militantes en otros partidos. Pero el Ejército Rojo de Salvación (ERS), constituido por políticos, analistas, periodistas y similares, todos de izquierda, salió en defensa, más que de la visita a Cuba, del propio castrismo, no sin antes tratar como traidores a los izquierdistas críticos de la Revolución Cubana. Los escudos antimisiles instalados para resistir la embestida de la derecha neofascista y bla bla bla… son dos: a. ¿Por qué no hay escándalo cuando una misión de negocios visita China, país que viola sistemáticamente los derechos humanos, y sí se protesta cuando se produce una visita a Cuba? b. La visita a Cuba obedece a “razones de Estado”. Con la metodología de Jack el Destripador, vayamos por partes. 

II

El ERS, a la primera cuestión, responde: no hay protesta por visitas a China porque están involucrados intereses económicos (egoístas, malsanos, malditos) de los ricos (los explotadores). Eso puede ser cierto, pero olvidan los defensores del proletariado que una eventual ruptura de relaciones con China, con la que Chile tiene ventajosas relaciones comerciales, podría dejar en la calle a un número alarmante de trabajadores. Además, en esta relación, la posición de Chile es sumamente débil. Ambos son argumentos de frialdad pragmática y sobre China habrá que decir en un próximo artículo. Mi tema de hoy es objetar la deshonesta comparación que hace el ERS entre Cuba y China que, con fines sólo didácticos (por favor, guatemaltecos, no me malinterpreten), ilustro con un juego de palabras: es como comparar Guatemala con Guatepeor. 

China tiene un régimen en el que conviven tensamente la apertura económica y un rígido esquema de restricción política. No es, ni por accidente, una democracia. Pero a mi juicio ya ha dejado de ser un régimen totalitario. La China maoísta, por fortuna, ya no existe. El Estado chino ha "cedido" ciertos espacios que, en un contexto totalitario, mantendría absoluta y totalmente controlados. No sé si atreverme a decir que China ha empezado a moverse desde el totalitarismo puro (ése de “todo dentro del Estado y la ideología oficial, nada fuera de ello”) hacia una forma autoritaria distinta, capaz de coexistir con el capitalismo y, por ende, de dejar ciertos espacios de libertad. No alivia demasiado, pero cualitativamente el cambio es innegable. 

Aún dejando por fuera un sinnúmero de situaciones, datos y hechos, puedo mencionar que los chinos viajan; salen y entran con bastante libertad, incluso en calidad de turistas y hasta pueden permanecer en el extranjero. Millones de chinos acceden masivamente a Internet, censurada, eso sí, pero ya emplean cotidianamente tecnología de punta e información (y a veces se las arreglan para violar los controles, dicho sea de paso). En materia económica, la situación de los chinos ha mejorado notablemente. Me cuenta Miguel Cabrera, un buen amigo cubano, que hay en China más de 60 millones de ricos, lo que equivale a la población de Gran Bretaña. Bueno, tienen ciertas condiciones favorables básicas: ya entienden el significado del término “propiedad privada”, fundamento de la libertad en general, y gozan de un nivel de libertad económica nada despreciable. Eso sin contar que muchos chinos residentes fuera del país invierten hoy en China. Por otra parte, aunque muchos chinos (porque no todos) son aún tratados como esclavos en las empresas (sospecho que más en las chinas que en las extranjeras), tales tratos han mejorado significativamente con el tiempo. Es una tendencia inevitable y una consecuencia de la apertura al mundo y de la presencia de capitales, ejecutivos, trabajadores y turistas extranjeros.  

¿Que en China se violan los derechos humanos? Pero naturalmente. Todos los días. Hay opositores en calidad de presos políticos y bastante censura. Y que no se olvide el 1989 de Tiananmen… más que suficiente. Pero la tendencia de años muestra avances positivos, mas no estancamiento o retroceso. Esto no es óptimo, pero práctica y fríamente es mucho mejor que nada. Pareciera que China está, muy pero muy lentamente, abriendo la válvula de la libertad. Al menos eso espero y hay hechos observables que respaldan esa tesis. Y si no lo está haciendo a consciencia, pues el capitalismo, aún con sus naturales (y humanas) imperfecciones, podría fortalecer los derechos de los ciudadanos y tensar aún más la difícil convivencia capitalismo - autoritarismo. El capitalismo da acceso a la propiedad y libertad económica, entre otras cosas. Da poder, cosa que no existe en el comunismo fuera de la clase gobernante.  

¿Y qué pasa con Cuba? Allí rige el totalitarismo comunista puro y duro, sin muestra alguna de flexibilización o tránsito hacia algo mejor o menos perverso. Miente descaradamente quien lo niega. El régimen chino actual es de partido único (bueno, hay más partidos “democráticos”, pero no creo que “importunen” mucho), cambia de presidente y, al menos, más gente mete la mano en el plato. Pero el de Cuba es personalista. No hay relevo del Líder antes de su muerte y se hace lo que manda su soberano antojo. Esto es bastante peor que el sistema de partido único, que es ya una aberración.  En Cuba no hay válvula de libertad que se esté abriendo, ni rápida ni lentamente. Raúl, como que da señas de cierto pragmatismo y de menor tozudez, pero no hay nada claro. Cuba, tierra que Fidel considera una granja de su exclusiva propiedad, lleva medio siglo de represión sin tregua y de absoluto estancamiento en todos los sentidos (también en los aspectos que siempre han sido estandartes de la revolución, como la salud pública y educación). 

Por otra parte, los cubanos no viajan. Ellos escapan. Partir en balsa improvisada, como alma que lleva el Diablo, hacia el inmundo capitalismo yankee no obedece a arrebatos de locura colectivos ni es una demostración del desarrollo de la ingeniería náutica cubana. Y es que los movimientos migratorios son una prueba bastante sólida. ¿Por qué hay tantos cubanos fuera la Isla? ¿Por qué los cubanos huyen despavoridos del Paraíso? Si Cuba es tan feliz, libre y democrática, ¿por qué tan severas prohibiciones para salir? ¿Por qué no emigran chilenos, estadounidenses, panameños o alemanes en masa a Cuba? ¿Por qué los países que más reciben inmigrantes son todos desarrollados, capitalistas y, además, regidos por democracias liberales? ¿Casualidad? 

En Cuba tampoco hay acceso a información, fuera de la publicada en un par de medios audiovisuales o impresos, todos estatales y muy bien controlados ¿Internet? Para los turistas que visitan la Isla, de muy mala calidad, por cierto. Nada de tecnología de punta fuera del palacio de gobierno. La penosa situación económica de los cubanos no tengo que describirla. ¿Educación? En realidad, adoctrinamiento. Las escuelas cubanas, todas estatales y controladas, son centros de formación castrista donde a los pequeños se les inculca la alabanza al Profeta y la creencia de que deben sus almas y existencias a Fidel. Se alfabetiza para poder leer lo que el gobierno quiere que se lea. ¿Deporte? Todos los días algún feliz deportista (o artista) en el extranjero, al parecer fuera de sí, deserta. Curioso. ¿Salud? Asumamos que sea excelente: ¿Se necesita en Alemania, en Dinamarca, en Noruega y en Canadá un Fidel para tener salud de primera? ¿El costo de tener salud (también educación) debe ser la libertad? En el capitalismo me sale, en este sentido, “más barato” y, además, me dan factura para control contable y para cambios y devoluciones. Todos los "privilegios sociales" de los cubanos se disfrutan dentro de la celda o, mejor dicho, de esa versión caribeña de Alcatraz diseñada por el Archirecto en Jefe. 

III

Pero cuando el ERS se siente acorralado, aparece el comodín dorado: el "bloqueo". Pero ¿sufre efectivo bloqueo un país que, según cifras oficiales, comercia con más de 100 naciones en todo el planeta? Castro y sus fieles hablan de “bloqueo” como si hubiese una total obstrucción militar por tierra, mar y aire para impedir el acceso de bienes (de “alimentos y medicinas”, para hacerlo más dramático) y provocar una masiva mortandad. Pero los cubanos se están muriendo, con nosotros, de aburrimiento. El rayadísimo disco del bloqueo - en realidad se trata de un embargo en respuesta a expropiaciones sin pagar ejecutadas por Castro contra empresarios estadounidenses en los años 60 - es el recurso retórico para ingenuos más efectivo y manoseado que existe. Se usa para salvar de culpas al Profeta y para endilgárselas a la Casa Blanca, morada del Mal. Y, por si fuera poco, la política exterior castrista está inspirada en la práctica de la sanguijuela: antes con la mano metida en el bolsillo de la Madre URSS y hoy (junto a Bolivia, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, Argentina, entre otros) con las dos en los bolsillos venezolanos… y ni contar que, en 2008, EEUU vendió a Cuba más de 700 millones de dólares en alimentos. 

IV

Con respecto a las “razones de Estado", debo decir que a veces las hay, y realmente legítimas. Y cuando son puro cuento, los políticos usan el término como ese cotidiano "por razones ajenas a mi voluntad...". Pero me causan extrema sospecha la emotiva ceremonia en homenaje a Allende y los discursos de halago al castrismo. Pero lo mejor fue el ataque de Bachelet, durante un foro de empresarios en La Habana, - adivinen – al “bloqueo”, que debe levantar inmediatamente EEUU a un gobierno antiestadounidense… ¡Caramba! Es decir, la Cuba de Castro se declara oficialmente antiestadounidense – que si fuera más poderosa declararía la guerra - y es incapaz de, valientemente y como buena revolucionaria de Socialismo o Muerte, asumir dignamente las consecuencias. Quiero destruir al Imperio, pero éste ha de facilitar mi objetivo. Y, como remate, explicó la mandataria que al famoso bloqueo se deben las penas económicas y sociales del pueblo cubano. No a la quincuagenaria dictadura totalitaria comunista, ni al manejo minuciosamente torpe de la economía, ni al bloqueo en versión doméstica que Fidel ha impuesto a los cubanos para que no tengan libertades económicas y políticas. No. Se deben al Imperio del Mal. Pues habría que proponer a Castro, adicionalmente, acuerdos de libre comercio, como los que tiene Chile en abundancia y que han contribuido a exportar mucho, a abaratar algunos costos y a surtir el mercado de bienes diversos.  

Todo esto, ya para finalizar (¡¡¡por fin!!!), deja claro que el ardid de defender a la Revolución Cubana metiendo a los chinos en el cuento es para tontos, que a veces parecen disfrutar de su condición de tontos. La carta china no puede ocultar el profundo desprecio del castrismo por los derechos humanos y la libertad. Y así como es hábito de parte de la izquierda usar a EEUU como comodín milagroso, la China traidora, la que cometió la bajeza de abrazar el capitalismo y de no suicidarse con el comunismo puro, también es útil. Porque China, desde que es capitalista y amiga de los empresarios, mas no de los partidos comunistas y de los guerrilleros, sí que viola los derechos humanos. No antes, cuando era maoísta. 

Por otra parte, recuerdo que en Chile, y en tantos otros países, es un interés nacional el cuidado y la promoción de la democracia (liberal – representativa) y de la libertad. De hecho, eso está perfecta y claramente establecido, no sólo en los documentos nacionales más importantes, sino también en los principios de la Organización de los Estados Americanos, que funciona, por cierto, muy satisfactoriamente como salón de fiestas y encuentros sociales, cuando no como circo de espectáculos vergonzosos. Pero si se animara alguien a repasar tales postulados, se apreciaría cuán interesante hubiese sido reunirse con la disidencia cubana para conocer sus inquietudes y proyectos. Pero quienes sugirieron una reunión con ésta ya tienen boleto, comprado y confirmado, de ida y sin regreso al Averno. 

Conclusión: En lo política y económicamente práctico, e incluso en lo ético, es bastante más aceptable mantener relaciones con un régimen que se ha abierto al mundo y que ha mostrado, durante al menos 3 décadas, cambios insuficientes pero concretos, que apoyar apasionadamente a la estancada y cruel Cuba castrista, imitada hoy por Venezuela. Pero, en fin, en nombre de los pobres y del sueño comunista de la sociedad perfecta, se puede cometer y aplaudir cualquier barbaridad.

rincon.i.urdaneta@gmail.com

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