I
A propósito
de la visita de la Presidenta chilena, Michelle Bachelet, a
Cuba y de su negativa a reunirse con la disidencia de la
Isla, me pregunta mi primo Javier: “¿Será que los
políticos pueden ser tan caraduras y justificar una
dictadura dependiendo de la ideología a la que pertenecen?”
Cuando me dijo que la visita en cuestión había sido
criticada en el Imperio del Mal, y sabiendo que él vive en
Miami, refugio de ratas contrarrevolucionarias, golpistas,
neofascistas e imperialistas, supongo que los
cuestionamientos vienen, mayormente, de la disidencia cubana
y de venezolanos que no tuvieron adrenalina suficiente para
experimentar la intensa sensación que produce el suicidio
colectivo con la píldora del Socialismo del Siglo XXI.
Pues sí,
los políticos, en general, pueden llegar a ser muy
caraduras. Pero también muchos periodistas, analistas y
académicos, de una u otra manera vinculados con la política.
En los académicos, el caradurismo y la deshonestidad
intelectual son especialmente imperdonables, no porque deban
ser “imparciales y objetivos”. No tienen por qué serlo. El
conocimiento en las ciencias sociales tiene consecuencias
políticas y se produce, entre otras cosas, de acuerdo a
ideas, valores y creencias, también políticas. En las
matemáticas la cosa es distinta, pero la política, como bien
decía Otto von Bismarck, “ist keine exakte Wissenschaft”
(no es una ciencia exacta). El académico caradura y
deshonesto no es el que toma partido. Es el que simula
objetividad científica mientras, en indumentaria de
laboratorio, con cara de Nobel de Física y discurso teórico
muy bien pensado, hace las declaraciones más militantes y
absurdas. Y el peor es el que miente a sabiendas de que lo
hace. Chomsky, en esto, es un maestro. Por ello, los buenos
académicos, analistas o periodistas no son los que tratan de
ocultar su postura para ser más creíbles (a veces con
pretensiones de manipulación), sino los que mejores y más
serios argumentos ofrecen.
Explico
esto porque, volviendo al tema, en Chile también se ha
armado un revuelo más o menos escandaloso. Y las críticas no
han sido lanzadas sólo desde la derechista Alianza por
Chile, conformada por Renovación Nacional y por la Unión
Demócrata Independiente, sino también desde el seno de la
propia Concertación izquierdista, especialmente desde la
Democracia Cristiana y por algunas individualidades
militantes en otros partidos. Pero el Ejército Rojo de
Salvación (ERS), constituido por políticos, analistas,
periodistas y similares, todos de izquierda, salió en
defensa, más que de la visita a Cuba, del propio castrismo,
no sin antes tratar como traidores a los izquierdistas
críticos de la Revolución Cubana. Los escudos antimisiles
instalados para resistir la embestida de la derecha
neofascista y bla bla bla… son dos: a. ¿Por
qué no hay escándalo cuando una misión de negocios visita
China, país que viola sistemáticamente los derechos humanos,
y sí se protesta cuando se produce una visita a Cuba?
b. La visita a Cuba obedece a “razones de Estado”.
Con la metodología de Jack el Destripador, vayamos por
partes.
II
El ERS, a
la primera cuestión, responde: no hay protesta por visitas a
China porque están involucrados intereses económicos
(egoístas, malsanos, malditos) de los ricos (los
explotadores). Eso puede ser cierto, pero olvidan los
defensores del proletariado que una eventual ruptura de
relaciones con China, con la que Chile tiene ventajosas
relaciones comerciales, podría dejar en la calle a un número
alarmante de trabajadores. Además, en esta relación, la
posición de Chile es sumamente débil. Ambos son argumentos
de frialdad pragmática y sobre China habrá que decir en un
próximo artículo. Mi tema de hoy es objetar la deshonesta
comparación que hace el ERS entre Cuba y China que, con
fines sólo didácticos (por favor, guatemaltecos, no me
malinterpreten), ilustro con un juego de palabras: es como
comparar Guatemala con Guatepeor.
China tiene
un régimen en el que conviven tensamente la apertura
económica y un rígido esquema de restricción política. No
es, ni por accidente, una democracia. Pero a mi juicio ya ha
dejado de ser un régimen totalitario. La China maoísta, por
fortuna, ya no existe. El Estado chino ha "cedido" ciertos
espacios que, en un contexto totalitario, mantendría
absoluta y totalmente controlados. No sé si atreverme a
decir que China ha empezado a moverse desde el totalitarismo
puro (ése de “todo dentro del Estado y la ideología oficial,
nada fuera de ello”) hacia una forma autoritaria distinta,
capaz de coexistir con el capitalismo y, por ende, de
dejar ciertos espacios de libertad. No alivia demasiado,
pero cualitativamente el cambio es innegable.
Aún dejando
por fuera un sinnúmero de situaciones, datos y hechos, puedo
mencionar que los chinos viajan; salen y entran con bastante
libertad, incluso en calidad de turistas y hasta pueden
permanecer en el extranjero. Millones de chinos acceden
masivamente a Internet, censurada, eso sí, pero ya emplean
cotidianamente tecnología de punta e información (y a
veces se las arreglan para violar los controles, dicho sea
de paso). En materia económica, la situación de los
chinos ha mejorado notablemente. Me cuenta Miguel Cabrera,
un buen amigo cubano, que hay en China más de 60 millones de
ricos, lo que equivale a la población de Gran Bretaña.
Bueno, tienen ciertas condiciones favorables básicas: ya
entienden el significado del término “propiedad privada”,
fundamento de la libertad en general, y gozan de un nivel de
libertad económica nada despreciable. Eso sin contar que
muchos chinos residentes fuera del país invierten hoy en
China. Por otra parte, aunque muchos chinos (porque no
todos) son aún tratados como esclavos en las empresas
(sospecho que más en las chinas que en las extranjeras),
tales tratos han mejorado significativamente con el tiempo.
Es una tendencia inevitable y una consecuencia de la
apertura al mundo y de la presencia de capitales,
ejecutivos, trabajadores y turistas extranjeros.
¿Que en
China se violan los derechos humanos? Pero naturalmente.
Todos los días. Hay opositores en calidad de presos
políticos y bastante censura. Y que no se olvide el 1989 de
Tiananmen… más que suficiente. Pero la tendencia de años
muestra avances positivos, mas no estancamiento o retroceso.
Esto no es óptimo, pero práctica y fríamente es mucho mejor
que nada. Pareciera que China está, muy pero muy lentamente,
abriendo la válvula de la libertad. Al menos eso espero y
hay hechos observables que respaldan esa tesis. Y si no lo
está haciendo a consciencia, pues el capitalismo, aún con
sus naturales (y humanas) imperfecciones, podría fortalecer
los derechos de los ciudadanos y tensar aún más la difícil
convivencia capitalismo - autoritarismo. El capitalismo da
acceso a la propiedad y libertad económica, entre otras
cosas. Da poder, cosa que no existe en el comunismo fuera
de la clase gobernante.
¿Y qué pasa
con Cuba? Allí rige el totalitarismo comunista puro y duro,
sin muestra alguna de flexibilización o tránsito hacia algo
mejor o menos perverso. Miente descaradamente quien lo
niega. El régimen chino actual es de partido único (bueno,
hay más partidos “democráticos”, pero no creo que
“importunen” mucho), cambia de presidente y, al menos, más
gente mete la mano en el plato. Pero el de Cuba es
personalista. No hay relevo del Líder antes de su muerte
y se hace lo que manda su soberano antojo. Esto es bastante
peor que el sistema de partido único, que es ya una
aberración. En Cuba no hay válvula de libertad que se esté
abriendo, ni rápida ni lentamente. Raúl, como que da señas
de cierto pragmatismo y de menor tozudez, pero no hay nada
claro. Cuba, tierra que Fidel considera una granja de su
exclusiva propiedad, lleva medio siglo de represión sin
tregua y de absoluto estancamiento en todos los sentidos
(también en los aspectos que siempre han sido estandartes de
la revolución, como la salud pública y educación).
Por otra
parte, los cubanos no viajan. Ellos escapan. Partir en balsa
improvisada, como alma que lleva el Diablo, hacia el inmundo
capitalismo yankee no obedece a arrebatos de locura
colectivos ni es una demostración del desarrollo de la
ingeniería náutica cubana. Y es que los movimientos
migratorios son una prueba bastante sólida. ¿Por qué hay
tantos cubanos fuera la Isla? ¿Por qué los cubanos huyen
despavoridos del Paraíso? Si Cuba es tan feliz, libre y
democrática, ¿por qué tan severas prohibiciones para salir?
¿Por qué no emigran chilenos, estadounidenses, panameños o
alemanes en masa a Cuba? ¿Por qué los países que más reciben
inmigrantes son todos desarrollados, capitalistas y, además,
regidos por democracias liberales? ¿Casualidad?
En Cuba
tampoco hay acceso a información, fuera de la publicada en
un par de medios audiovisuales o impresos, todos estatales y
muy bien controlados ¿Internet? Para los turistas que
visitan la Isla, de muy mala calidad, por cierto. Nada de
tecnología de punta fuera del palacio de gobierno. La penosa
situación económica de los cubanos no tengo que describirla.
¿Educación? En realidad, adoctrinamiento. Las escuelas
cubanas, todas estatales y controladas, son centros de
formación castrista donde a los pequeños se les inculca la
alabanza al Profeta y la creencia de que deben sus almas y
existencias a Fidel. Se alfabetiza para poder leer lo que el
gobierno quiere que se lea. ¿Deporte? Todos los días algún
feliz deportista (o artista) en el extranjero, al parecer
fuera de sí, deserta. Curioso. ¿Salud? Asumamos que sea
excelente: ¿Se necesita en Alemania, en Dinamarca, en
Noruega y en Canadá un Fidel para tener salud de primera?
¿El costo de tener salud (también educación) debe ser la
libertad? En el capitalismo me sale, en este sentido, “más
barato” y, además, me dan factura para control contable y
para cambios y devoluciones. Todos los "privilegios
sociales" de los cubanos se disfrutan dentro de la celda o,
mejor dicho, de esa versión caribeña de Alcatraz diseñada
por el Archirecto en Jefe.
III
Pero cuando
el ERS se siente acorralado, aparece el comodín dorado: el
"bloqueo". Pero ¿sufre efectivo bloqueo un país que,
según cifras oficiales, comercia con más de 100 naciones en
todo el planeta? Castro y sus fieles hablan de “bloqueo”
como si hubiese una total obstrucción militar por tierra,
mar y aire para impedir el acceso de bienes (de “alimentos y
medicinas”, para hacerlo más dramático) y provocar una
masiva mortandad. Pero los cubanos se están muriendo, con
nosotros, de aburrimiento. El rayadísimo disco del bloqueo -
en realidad se trata de un embargo en respuesta a
expropiaciones sin pagar ejecutadas por Castro contra
empresarios estadounidenses en los años 60 - es el
recurso retórico para ingenuos más efectivo y manoseado que
existe. Se usa para salvar de culpas al Profeta y para
endilgárselas a la Casa Blanca, morada del Mal. Y, por si
fuera poco, la política exterior castrista está inspirada en
la práctica de la sanguijuela: antes con la mano metida en
el bolsillo de la Madre URSS y hoy (junto a Bolivia,
Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, Argentina, entre
otros) con las dos en los bolsillos venezolanos… y ni contar
que, en 2008, EEUU vendió a Cuba más de 700 millones de
dólares en alimentos.
IV
Con
respecto a las “razones de Estado", debo decir que a veces
las hay, y realmente legítimas. Y cuando son puro cuento,
los políticos usan el término como ese cotidiano "por
razones ajenas a mi voluntad...". Pero me causan extrema
sospecha la emotiva ceremonia en homenaje a Allende y los
discursos de halago al castrismo. Pero lo mejor fue el
ataque de Bachelet, durante un foro de empresarios en La
Habana, - adivinen – al “bloqueo”, que debe levantar
inmediatamente EEUU a un gobierno antiestadounidense…
¡Caramba! Es decir, la Cuba de Castro se declara
oficialmente antiestadounidense – que si fuera más poderosa
declararía la guerra - y es incapaz de, valientemente y como
buena revolucionaria de Socialismo o Muerte, asumir
dignamente las consecuencias. Quiero destruir al
Imperio, pero éste ha de facilitar mi objetivo. Y, como
remate, explicó la mandataria que al famoso bloqueo se deben
las penas económicas y sociales del pueblo cubano. No a la
quincuagenaria dictadura totalitaria comunista, ni al manejo
minuciosamente torpe de la economía, ni al bloqueo en
versión doméstica que Fidel ha impuesto a los cubanos para
que no tengan libertades económicas y políticas. No. Se
deben al Imperio del Mal. Pues habría que proponer a Castro,
adicionalmente, acuerdos de libre comercio, como los que
tiene Chile en abundancia y que han contribuido a exportar
mucho, a abaratar algunos costos y a surtir el mercado de
bienes diversos.
Todo esto,
ya para finalizar (¡¡¡por fin!!!), deja claro que el ardid
de defender a la Revolución Cubana metiendo a los chinos en
el cuento es para tontos, que a veces parecen disfrutar de
su condición de tontos. La carta china no puede ocultar el
profundo desprecio del castrismo por los derechos humanos y
la libertad. Y así como es hábito de parte de la izquierda
usar a EEUU como comodín milagroso, la China traidora, la
que cometió la bajeza de abrazar el capitalismo y de no
suicidarse con el comunismo puro, también es útil. Porque
China, desde que es capitalista y amiga de los empresarios,
mas no de los partidos comunistas y de los guerrilleros, sí
que viola los derechos humanos. No antes, cuando era
maoísta.
Por otra
parte, recuerdo que en Chile, y en tantos otros países,
es un interés nacional el cuidado y la promoción de la
democracia (liberal – representativa) y de la libertad.
De hecho, eso está perfecta y claramente establecido, no
sólo en los documentos nacionales más importantes, sino
también en los principios de la Organización de los Estados
Americanos, que funciona, por cierto, muy satisfactoriamente
como salón de fiestas y encuentros sociales, cuando no como
circo de espectáculos vergonzosos. Pero si se animara
alguien a repasar tales postulados, se apreciaría cuán
interesante hubiese sido reunirse con la disidencia cubana
para conocer sus inquietudes y proyectos. Pero quienes
sugirieron una reunión con ésta ya tienen boleto, comprado y
confirmado, de ida y sin regreso al Averno.
Conclusión: En lo política y
económicamente práctico, e incluso en lo ético, es bastante
más aceptable mantener relaciones con un régimen que se ha
abierto al mundo y que ha mostrado, durante al menos 3
décadas, cambios insuficientes pero concretos, que apoyar
apasionadamente a la estancada y cruel Cuba castrista,
imitada hoy por Venezuela. Pero, en fin, en nombre de los
pobres y del sueño comunista de la sociedad perfecta, se
puede cometer y aplaudir cualquier barbaridad.
rincon.i.urdaneta@gmail.com