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Consolidando la estupidez política: medio siglo de castrismo
por Rafael Rincón
viernes, 12 diciembre 2008


"Recuerden que Cuba todavía está en transición y la Revolución Cubana tiene 50 años, es decir, no se ha consolidado". Así lo expresó el ex fiscal venezolano Isaías Rodríguez, presentando la perpetuidad en el poder de un hombre, de un pensamiento único y de un proyecto de eterna duración como la cosa más normal en una sistema que está "instalando la verdadera democracia". 

Si una revolución es la tentativa violenta de derribar las autoridades políticas existentes y de substituirlas con el fin de efectuar profundos cambios en las relaciones políticas, en el ordenamiento jurídico constitucional y en el ámbito socioeconómico, cabe preguntarse: ¿qué demonios es lo que Fidel no ha podido consolidar en medio siglo? 

Cuba es, siendo generosos, un país social, política y económicamente detenido en el tiempo, no por bloqueo imperialista alguno, que no existe (basta ver las estadísticas oficiales de comercio de Cuba con más de un centenar de países), sino por el que el propio Fidel ha impuesto a una sociedad a la que trata como su rebaño personal y a la que debe contener por la fuerza para que no huya despavorida del paraíso terrenal. Eso está bastante más que consolidado, gracias, además, a la complicidad de quienes aman las revoluciones mientras se produzcan lo más lejos posible y mientras mantengan activo el mercado de las ideas políticas que les dan de comer. 

La consolidación de algo se espera y se produce mientras ese algo tenga cosas por lograr. Y en tanto hecho posible en lo "no concluido", la consolidación tiene sentido. Pregunto entonces: ¿Qué es lo que no está concluido en una paralizada Cuba, en un país cuya clase gobernante totalitaria no puede ser más groseramente conservadora y tozuda? ¿Contra quién está aún luchando la Revolución Cubana? ¿Contra el sistema capitalista que, por su naturaleza flexible, tiene infinitas posibilidades más que el castro-comunismo de adaptarse a los tiempos y de sobrevivir a las peores crisis, mientras el anticapitalismo lleva décadas jurando que está enterrado? ¿Lucha Fidel contra la opresión imperialista cuando SU isla es una prisión flotante, un Alcatraz de 11 millones de reos? ¿Qué revolución puede estar consolidando un Estado cuyas políticas exterior y económica tienen como principal pilar la mendicidad internacional? ¿O será que está consolidando, ahora junto a Nicaragua, Bolivia y otros gobiernos vividores (grupo al que se ha sumado la Costa Rica del ex crítico Oscar Arias), un sistema de “cooperación económica” internacional inspirado en la práctica de la sanguijuela? 

Yo creo que lo único que no se ha consolidado en Cuba o, mejor dicho, en la monarquía sin corona de los Castro, es la sensatez, por no decir algo más despectivo. Y no me digan que tratamos de imponerle a Cuba un concepto de desarrollo ajeno a su cultura y deseos, cuando el Comandante no se atreve a permitir la libre salida de personas del país por el riesgo a quedarse sin un alma sobre la que pueda mandar. ¿O es que acaso arrojarse en balsa improvisada hacia Miami, tierra de perdición capitalista, y evadir tiburones es el deporte nacional de los cubanos o una demostración del avance de la ingeniería náutica revolucionaria?

rincon.i.vrdaneta@gmail.com

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