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Venezuela país inviable
por Rafael Poleo
viernes, 29 agosto 2008


Hace unos cinco años, en este espacio escribí una crónica basada en un poco difundido informe de la Agencia Mundial de la Energía sobre el futuro del petróleo. Tan voluminoso era ese informe que su lectura me consumió las nueve horas de un vuelo de regreso de Europa. En lo substancial, el informe decía que para el año 2010 el petróleo ya no sería capaz de mantener en funcionamiento la sociedad industrial. Por lo tanto, había que buscar fuentes alternas de energía. Pues bien: las naciones industrializadas tomaron en serio el contenido de ese informe, y esa fuente alterna está lista para ser utilizada en gran escala a partir del año 2015, lo cual es muy mala noticia para las naciones productoras de petróleo.

La dificultad que hasta ahora se había presentado para adelantar esos estudios era el alto costo de esas fuentes alternas. Ese obstáculo desapareció por sí mismo cuando el petróleo pasó el precio de 70 dólares el barril -ya está por el doble de eso. Ese aumento no es detenido por quienes pudieran hacerlo, porque el alto precio del petróleo les permite acometer en cómodas condiciones económicas las investigaciones que han llevado a la industrialización de fuentes alternas de energía. Esos que pudieran detener los altos precios y no lo hacen, son los Estados Unidos, único país realmente fuerte del planeta, según las cifras objetivas, que son implacables. En efecto, Estados Unidos consume más petróleo que China, la India, Rusia, Japón y Alemania juntos. Esto da idea de cuál es realmente la primera potencia del planeta, la misma que para su beneficio decide que el dólar baje en relación con las otras monedas de referencia, como el euro, tema que sería de alguna otra crónica.

Nuestro comentario de hace cinco años sobre el eclipse del petróleo como fuente de energía no era necesariamente pesimista. Consideraba que eso abría camino al gas y la orimulsión, fuentes en las cuales Venezuela es también muy rica. No consideré entonces que las naciones industrializadas, especialmente la mamarra de potencia industrial y tecnológica que es Estados Unidos, tomarían tan en serio el tema del calentamiento global. Pues sí lo han hecho. Será porque no les queda más remedio. Si, como se pronostica, la temperatura del planeta sube 2 grados, en las próximas décadas veremos la desertización de regiones como la Amazonia, escasez crítica de agua y una elevación de 4 a 6 metros en el nivel del mar, lo cual será causa de inundaciones pavorosas y la desaparición de ciudades como Miami y hasta de naciones como Holanda. Los combustibles fósiles (petróleos y betunes, más gas y carbón) son los principales responsables de este calentamiento global, lo cual pone a las naciones que realmente lo son en la disyuntiva de utilizar otras fuentes de energía o subirse a los cerros para desde ahí ver como desaparecen las naciones sin capacidad para prever el futuro.

Como consecuencia de esta situación y dentro de su estrategia para enfrentarla, Estados Unidos ya no explora en busca de petróleo. No le interesa. Prefiere importar uno de cada nueve barriles del petróleo que consume. Igualmente, hace tiempo dejó de construir refinerías que no tendrán tiempo de amortizarse, porque antes de que eso ocurra la gasolina habrá sido substituida como combustible automotor. Su trabajo lo harán pequeñas celdas de hidrógeno no contaminante.

Todo eso está listo y viene porque sí. Este mundo va a cambiar. El gobierno actual de Venezuela no es que desdeña estas realidades, sino que las ignora como ignora casi todo lo que hay que saber para gobernar una nación que sobreviva a los cambios que vienen. Como vamos, Venezuela entrará en la clasificación de “países inviables” que las naciones industrializadas tienen en el bolsillo y donde se incluyen pueblos que los expertos consideran destinados a la servidumbre y/o la extinción, como Haití y Zimbawe.

Puede comprenderse que los políticos venezolanos, empezando por ese gran político y fatal estadista que es Hugo Chávez, no tengan tiempo para enterarse de estas cosas, dicho sea sin rastro de ironía. Arrastrado por la soberbia típica del ignorante con poder, Chávez ha excluido de su entorno a cualquiera que por saber lo que viene pueda incomodarlo mostrándole la necedad de sus aspiraciones hegemónicas. Aunque, como no se trata de conocimientos esotéricos, es posible que entre quienes manejan PDVSA haya algunos que lo sepan. Esos se están preparando para el futuro, pero sólo en lo personal: roban a dos carrillos, colocan el dinero en el exterior y así aseguran la supervivencia suya y de sus familias en algún lugar del mundo industrializado. Se joderán serán los otros, chavistas y no chavistas, que crean en la eternidad de la bonanza.

Lo que está haciendo Chávez al divertir hacia su proyecto político los recursos financieros y humanos con que podríamos prepararnos para lo que viene, disminuye hasta nivel crítico las posibilidades de que Venezuela se incluya en la lista de las naciones que sobrevivirán. Esto explica el desdén conque Estados Unidos mira la conducta de Chávez. El alocado comandante les está preparando a Venezuela para que El Imperio, que existe y es maluco, le ponga la mano definitivamente una vez que la ignorancia de sus gobernantes la haya llevado a la postración. Con una industria energética desarrollada en sentido inverso a la realidad tecnológica y al mercado, liquidada como productor de alimentos y endeudada hasta la coronilla después de despilfarrar la más enorme fortuna que podía imaginar un país de ciegos, Venezuela no tendrá qué llevarse a la boca. Los mismos chavistas implorarán que El Imperio nos adopte como colonia, ofreciéndole nuestros hidrocarburos para lo único que servirán: plásticos y fertilizantes. Será el ALBA que Chávez quiere, pero alba de un nuevo colonialismo.

Es lamentable que los partidos de oposición no aparezcan como factor en este cuadro inminente. Por eso hemos jurungado a los expertos petroleros más conspicuos de AD y Copei, Arturo Hernández Grisanti y Humberto Calderón Berti, para que abandonen sus actividades de lucro o esparcimiento y cumplan con su responsabilidad de ilustrar a sus partidos sobre estos temas. Pero está visto que quienes se beneficiaron manejando el petróleo en “La Cuarta” son los maestros de quienes lo manejan en “La Quinta”. Aquellos les enseñaron a éstos que uno lo que tiene es que salvar su pellejo, bien lejos de este país en riesgo de ser clasificado como inviable.

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  Artículo publicado originalmente en el semanario Zeta


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