La
prensa de éste martes 22 julio 2008, registra un parpadeo de
reacción en el país político sobre la ruinosa compra de
armamento que Chávez lleva a Rusia, como precompra del
respaldo que ese país le daría a nuestro Mugabe en el caso,
muy probable, de las dificultades que pudiera tener en las
Naciones Unidas. Hablaron AD, Copei y Ledezma. Primero
Justicia no se mete en lo hondo y Un Nuevo Tiempo está
ocupado en la defensa de sus posiciones a los efectos de
alcaldías y gobernaciones.
No se puede, como en otros casos, decir que es poco y tarde.
Tarde no es, pero sí muy poco. De la socialdemocracia y la
democracia cristiana, movimientos fundamentales en la
política de Occidente, tenemos derecho a exigir un análisis
riguroso, político, militar y financiero, del irresponsable
propósito que Chávez lleva a Moscú. Lo dicho por los
dirigentes de oposición en sus declaraciones habituales de
los lunes no podemos tomarlo sino como un anuncio de que sus
equipos especializados están sobre el tema, preparando unos
documentos sólidos y claros en los cuales se precise la
inconveniencia política y financiera de este nuevo
disparate, en el cual Chávez potencia todo el daño que le ha
hecho a este pobre país en esta aciaga década.
Esta esperanza no es sino una muestra de respeto por lo que
son Acción Democrática y Copei (Partido Popular, como ahora
quiere que le digan). A Primero Justicia podemos perdonarle
la ignorancia, ya que nunca tuvo responsabilidades de alto
nivel. A Un Nuevo Tiempo podemos aceptarle la explicación
implícita de su afán electoral. Pero a AD y Copei PP, por
las ideologías que representan, por su tradición de Estado,
por el equipo de técnicos que esa tradición supone, por
tantas cosas más, tenemos que exigirle que asuman la defensa
del futuro venezolano.
Ya antes hicimos observaciones parecidas a propósito de la
destrucción de PDVSA. Nos preguntamos si están vivos Arturo
Hernández Grisanti (AD) y Humberto Calderón Berti (Copei), a
quienes por sus altos desempeños y porque me consta como
amigo de los dos que he sido, le conocemos dominio
excepcional del tema energético. Derecho tenemos a exigirle
a estos dos antiguos pero no decrépitos expertos petroleros
y super-involucrados militantes de AD y Copei (PP, pues, qué
buena vaina con ese PP), la elaboración de textos concretos
en los cuales se denuncie al país la destrucción de nuestra
única fuente cierta de riqueza. Y no me digan “Por qué te
metes con Arturito o deja quieto al gordo Calderón”. Es
natural que a ellos, expertos calificados con toda una vida
de militancia partidista, apelemos quienes creemos en que
ciertas responsabilidades son para toda la vida, no nada más
para cuando los mangos están bajitos.
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Artículo publicado originalmente en el diario El
Nuevo País |