Más
de medio siglo chapoteando en el pantano político no le
alcanza a este humilde cronista para entender la conducta de
Copei y Petkoff frente al dilema electoral del 2 de
diciembre.
Copei escuchó esta semana a expertos que han estudiado el
tema de la manipulación electoral. Expusieron cómo, antes de
abrir las mesas, ya el Gobierno se cogió cuatro millones de
votos. Los políticos aceptaron que los técnicos tienen
razón, pero… Copei irá a votar de todos modos, “porque los
partidos son para eso”. ¡Y uno que creía que los partidos
eran para mucho más!
Petkoff no es más consistente en su defensa de esta rara
manera de hacer oposición poniendo las nalgas, la cual
arranca en la entrega del Congreso en 1999, pasa por la
Coordinadora Democrática y la elección presidencial del
2006, y llega a esta nueva ordalía de la reforma
constitucional. Al doctor Petkoff le he leído su teoría
sobre la acumulación de fuerzas, dentro de la cual considera
logros importantes la constitución de Un Nuevo Tiempo y
Primero Justicia como resultado de la campaña del 2006. Es
positivo que Rosales haya alcanzado dimensión nacional. Un
poco menos que Borges usara esa campaña para eliminar la
competencia externa de Copei y la interna de Leopoldo y
Blyde. Pero no le veo la dimensión histórica a esos
objetivos personales o de grupo, ni creo valgan el precio de
afianzar al régimen nazi-fascista en terrenos que ahora le
permiten dar el paso definitivo hacia la consolidación del
Estado totalitario en manos de un peligroso megalómano.
Y hay un punto en el cual a Petkoff debemos llamarlo a
respeto. Es eso de que la gente no tiene bolas para
protestar, ya que no lo hizo en fiascos anteriores. ¡Un
momento! El error de la gente fue hacer caso a los políticos
mangasmeadas. Cuando la Coordinadora, se le aquietó
prometiéndole que el fraude se protestaría en los
tribunales. En cuanto al 2 de diciembre…”No toques ese vals/
Cierra ese piano…”.
Y sigamos. Para la nueva experiencia sado-masoquista Petkoff
cuenta con la vigilancia en las mesas. Según él, la clave
está en los testigos. ¡Menos mal que ya encontramos a
quiénes echarles la culpa! Me pregunto si será por soberbia
o por táctica que ignora las razones técnicas que operan en
contrario. Por qué Petkoff no habla ni ha hablado de un
Registro Electoral que en 5 años ha pasado de 6 millones a
16 millones de votantes. Allí hay peculiaridades como las de
ciudadanos cincuentones cuyas cédulas de identidad empiezan
a partir de los 20 millones, pueblos con más votantes que
población, barrios donde votan 24 mil personas cuando sólo
hay 2.000 habitantes…Y pare de contar. En cuanto a los
testigos con quienes cuenta el doctor Petkoff, 300 mil son
aristobuleros provistos por el Ministerio de Educación,
entre ellos 80 mil “educadores interinos” –agentes chavistas.
Mucho más tienen en sus carpetas esos expertos a quienes no
se quiere escuchar porque ponen el caldo morado. Sirva esta
nota carente de propósito para reconocer su dedicación y
honrar la valentía conque se han distinguido de la debilidad
moral predominante.
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Artículo publicado originalmente en el diario El
Nuevo País |