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(Foto
Paulo Pérez Zambrano) |
Este
fin de semana estaremos participando nuevamente en un evento
democrático. Dirán ustedes, que dadas las condiciones, junto al
chantaje del régimen contra los empleados públicos,
así como la poca confianza que transmite el CNE, los reparos
tienen en su concepción muy pocos ingredientes democráticos. Pero
ahí vamos, con una extraña mezcla de entusiasmo y desconfianza.
Es cierto que los reparos estaban contemplados en el reglamento;
pero igualmente es verdad que a medida que pasó el tiempo el CNE
se fue deslegitimando al comportarse como el brazo ejecutor de los
designios de Miraflores, con la eliminación de firmas, las datas
chimbas, la reforma del reglamento y de Luis Tascón el sapo mas
grande de Venezuela - como lo llamara recientemente Pompeyo
Márquez –, y cuanta triquiñuela se le ocurriera a los esbirros del
CNE.
Por ello, la oposición actuando en legítima defensa, se ha
organizado con valentía y ha preparado su participación y
asistencia a dichos reparos, de forma clara y objetiva. De igual
forma, la presencia y labor de los observadores internacionales,
constituye un aspecto vital en el buen desenvolvimiento de las
jornadas de reparo, así como también una garantía de transparencia
al momento de contabilizar las firmas.
No obstante, la pelota sigue estando del lado del CNE, y como para
los venezolanos las jornadas electorales son una vieja y buena
costumbre, el CNE deberá por respeto a todos y para preservar la
tranquilidad social del país, anunciar los resultados de la
jornada de reparos lo más rápido y de la manera mas nítida
posible, y no solo porque lo reducido del universo de
participantes así lo permite, sino por el carácter crucial que
tienen dichos reparos para la supervivencia de nuestro tambaleante
sistema democrático.
No cabe la menor duda que la gran mayoría de los venezolanos,
tanto chavistas, como de oposición, están de acuerdo en que
nuestras diferencias políticas se resuelvan, por la vía electoral.
Es solo un grupo muy reducido, prácticamente una cuadrilla de
aduladores, la que pregona – son tan cobardes, que dudo que la
prefieran - una salida violenta; y claro está que dicha banda está
encabezada por Hugo Chávez, quien llegó paradójica y
lamentablemente al poder por vía electoral; gracias a la estupidez
cometida por parte de un electorado incauto, que esperamos – vista
la crisis actual - haya escarmentado; y se hayan hecho una idea
mas responsable y seria de lo que son unas elecciones, tal y como
escribiera recientemente Rafael Arráiz Lucca “antes de denostar de
los políticos, y de despacharlos a todos como corruptos, antes de
acabar con los partidos desde la atalaya de los medios, pensemos
en lo que tenemos, y lo que tendríamos al perderlo”.
Finalmente, ha llegado el momento de reparar, para remediar el
daño, y así emprender el rescate verdadero de nuestra democracia,
y de esa manera llevar adelante la reconstrucción de un país que
le pertenece a todos. De igual manera,
deben tener presente los actuales líderes de la oposición,
embarcados en ésta ardua tarea contra el negligente, corrupto y
pre-totalitario régimen de Hugo Chávez; que si bien el camino ha
sido largo y tortuoso, hay que persistir con el coraje y el
pragmatismo mostrado, desde hace un año, cuando se firmó el
Acuerdo al que se llegó en la Mesa de Negociación y Acuerdos.
No habrá sido, sino gracias a una actitud persistente y valiente
de todas las fuerzas representadas en la Coordinadora Democrática,
el que estemos a punto de desembocar en una salida electoral, muy
a pesar de los obstáculos puestos por un régimen cuya mala fe no
tiene parangón en la historia política venezolana.