Ramadán Sangriento
por Luis DE LION
jueves, 13 nov 2003

Iraq vive hoy momentos de incertidumbre, tras múltiples atentados terroristas; y pareciera que la rápida victoria de las fuerzas de coalición, estaría padeciendo una lenta degeneración. Pero si escribo en condicional, es porque creo que a pesar de la escalada terrorista de éstas ultimas semanas; se vislumbra, desde que salió del poder Hussein, un nuevo escenario geopolítico y religioso, en donde no habría espacio para el sueño de Ben Laden.

El surgimiento de éste nuevo espacio proviene de Irán, del nuevo Irán que desde 1997 le ha otorgado el poder político a Khatami, luego de dos procesos electorales, de sufragio universal bastante transparentes; mientras el poder religioso sigue en manos del chiíta Alí Khameini. Ese renacer democrático le hizo entender a los Ayatolas, que para subsistir hay que adaptarse a los nuevos aires.

En el vecino Iraq los hermanos Al Hakim (el mayor acaba de morir en un atentado) ejercen el liderazgo chiíta, corriente mayoritaria dentro de la población iraquí. Estos líderes chiítas han visto con buenos ojos la labor de las fuerzas de coalición; y sería fácil imaginar que en unas hipotéticas elecciones organizadas por los Estados Unidos, Iraq pasaría a ser una segunda gran nación chiíta.

Esta posibilidad, futura e incierta, pero democrática; podría constituir un duro revés para Ben Laden y Al Qaeda, y para evitarlo se han puesto manos a la obra, en sociedad (los kamikazes son importados) con agentes del extinto servicio secreto iraquí. Así atacaron, las sedes de Naciones Unidas y de la Cruz Roja en Bagdad; a la nueva policía iraquí, han evitado que los niños iraquíes asistan a la reapertura del año escolar y sabotean el restablecimiento de algunos servicios públicos. Sin contar, los ataques contra las fuerzas de la coalición, que van dejando un elevado saldo de soldados muertos, contabilidad que hace babear de regocijo a la causa antiamericana.

Mientras tanto, los líderes iraníes siguen hilando muy fino la confección de éste nuevo espacio chiíta, y el reciente acuerdo que permite las inspecciones occidentales del parque nuclear iraní son un ejemplo. De lograrse el cometido, Irán e Iraq, naciones chiítas, dispondrían de mas petróleo que Arabia Saudita, así como también tarde o temprano – en particular Irán – desarrollaría su fuerza de disuasión nuclear, que junto a Israel y La India, cercarían a Pakistán igualmente potencia nuclear, y territorio predilecto de Al Qaeda.

Pero de ese lado del mundo nada es sencillo, y Ben Laden sigue siendo popular. En Bagdad se rumora que una vez culminado el Ramadán, será difundido un nuevo video de Ben Laden, relanzando la Jihad e invitando para próximos atentados en febrero 2004 en plena peregrinación a La Meca.

Mientras en Occidente, donde no hay espacio para un arrogante mas, desde Washington la soberbia sigue apestando y en París la petulancia se convirtió en parálisis.