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La negativa influencia de Chávez
en el conflicto colombiano

Pedro Vargas Nuñez
jueves, 31 enero 2008


El presidente venezolano Hugo Chávez se empeña en interferir, ¨mediar¨ dice él, en el conflicto colombiano. Lo que no percibe el Presidente Chávez es que su intervención en el mismo está causando un escalamiento del conflicto y no lo que él piensa: buscando una solución pacífica.

¨La historia nos enseña que la paz está al alcance de la mano, cuando existe una voluntad política independiente y soberana¨, decía uno de los últimos comunicados de la Cancillería venezolana al gobierno colombiano. La historia y la teoría, para los que estudian Resolución de Conflictos y Negociaciones, enseña precisamente lo contrario: que la paz no está al alcance de la mano.

Si la paz fuera así de fácil, sencillamente no habrían conflictos alrededor del mundo, que los hay, y muchos: Sudan, Israel-Palestina, Sri-Lanka, Uganda, Somalia, Chipre, Costa de Marfil, Congo, Liberia, Chechenia y Congo, solo para nombrar algunos de ellos.

Lo que la historia nos enseña es que cuando se quiere solucionar un conflicto de manera tan simplista, generalmente fracasa, como han fracasado las últimas negociaciones de paz en Colombia (por ejemplo, en 1999 y 1992). La buena voluntad no ha bastado para que el conflicto se resuelva, al contrario, después de las negociaciones hay una escalada del mismo, como ha sido la constante en todos ellos alrededor del mundo.

La liberación de las dos secuestradas no fue una negociación ni un triunfo del ¨Mediador¨, sino un acto unilateral de las Farc. Si la liberación fue un triunfo de la mediación, entonces el presidente Francés Sankozy fue mejor ¨mediador¨ ante el gobierno colombiano: pues logró que cerca de 200 guerrilleros salieran de las cárceles colombianas a mediados del año pasado.

Si la ¨mediación¨ del presidente Chávez hubiera sido efectiva, hubiera sido una puerta para futuras negociaciones, pero el efecto fue el contrario: las Farc y el gobierno están más distantes que nunca. Las puertas están más trancadas que nunca y el odio, el rencor, la desconfianza entre las partes están es su cenit. Lo que se espera por las continuas declaraciones y acciones del presidente Chávez y su gobierno al darle el estado de beligerancia a las Farc, es una escalada del conflicto colombiano con más muertes, más desolación y más barbarie.

El presidente Chávez muestra un total desconocimiento acerca de conflictos y como solucionarlos. Cree que un conflicto tan largo y complejo como el colombiano solo requiere buena voluntad y altruismo por parte del presidente colombiano y ¨Tirofijo¨. El presidente venezolano obvia los largos años de resentimientos, odios, desconfianza, muerte y guerra entre los actores del conflicto.

Además, el presidente Chávez no puede ser mediador ni facilitador en un conflicto tan complejo cuando confunde lo más básico en resolución de conflictos y negociaciones: proceso de paz con proceso de negociación. No es lo mismo. Además, el presidente Chávez no debería tratar de hacer en algo tan delicado como el conflicto colombiano lo que no sabe hacer como persona: mediar, conciliar, construir consensos y mostrar tolerancia y respeto por los otros.

En un artículo que escribí para una revista aquí en los Estados Unidos y que va a ser publicado en el mes de febrero, los diferentes analistas y expertos en resolución de conflictos que entrevisté, algunos de ellos con más de 30 años de experiencia en el tema, afirmaron que tarde o temprano el gobierno colombiano y los grupos guerrilleros se tienen que sentar a negociar, que va a ser un proceso de paz de años (mínimo 10 años si se comienza desde ahora mismo), que se tienen que contratar expertos en resolución de conflictos, en paz y en negociaciones.

Así mismo, que se tiene que educar a los líderes del gobierno sobre la paz (que la guerra no se va a ganar por las armas y aceptar que los grupos guerrilleros ingresen a la política), lo mismo que a los grupos guerrilleros (que no van a alcanzar el poder por las armas y si quieren ver esos cambios estructurales que tanto necesita el país, deben ingresar al escenario político).

Además, se debe educar a la población en general sobre las dificultades de un proceso de paz, sobre las concesiones que tiene que hacer el Estado, de ver a los guerrilleros en política; todo esto acompañado de un proceso nacional de reconciliación. Estas son solo algunas de las ideas para hacer de Colombia un país vivible.

Según algunos expertos en resolución de conflictos, sentar en una misma mesa a la guerrilla y gobierno colombiano en esta etapa del conflicto es lo mas perjudicial ya que no haría sino reafirmar el odio que los unos tienen del otro (para el gobierno la guerrilla son terroristas, y para las Farc, el gobierno es un paraco). Se necesita algo más complejo como canales secretos y paralelos entre las partes que negocian (y que sirvió mucho para los acuerdos de Oslo entre Israelíes y Palestinos, en 1993), para comenzar un proceso de paz.

Una negociación, que no es lo mismo que un proceso de paz, es una tarea para la ONU con sus expertos, para los noruegos quienes han mediado en estos temas en diferentes conflictos en el mundo. En Colombia no se puede improvisar ni jugar más con la paz. La próxima vez que se inicie un proceso de paz en el país tiene que ser con la asesoría y la experiencia de gente que conoce y ha estado en diferentes conflictos en el mundo, con reglas claras, que las hay, de lo que se debe y no se debe hacer. Y ni aún así, se garantiza éxito. Y ese experto en resolución de conflictos y negociaciones no es Chávez.

Cualquier cosa que se haga diferente a esto muy posiblemente va a fracasar y traer más miseria, barbarie y crueldad para los colombianos. Un experto en negociaciones me dijo una frase muy al estilo del presidente Chávez: ¨La guerra es una mierda¨. Y yo lo creo firmemente.

Y con todo respeto para el presidente Chávez: George Bush no se despierta todos los días pensando en él, como él lo cree. Para los estadounidenses está primero el Medio Oriente, después China, después Asia en general, después Europa, después África (por la pobreza y violencia); después, no, no Latinoamérica, señor Presidente; en orden de importancia viene el polo norte (por aquello del calentamiento global), y después, ahí si, Latinoamérica, incluida Venezuela.

Si el presidente Chávez le quiere hacer un favor a Colombia y no agravar más el conflicto, debería hacerse a un lado y no tratar de intervenir más en el conflicto colombiano. Sin embargo, y a raíz de las últimas y continuas declaraciones del gobierno venezolano, estoy empezando a dudar de que el objetivo del presidente Chávez no sea el de empeorarlo. Es propio de las mentalidades intolerantes el todo o el nada: si no se pudo ayudar con la paz, entonces hagamos lo contrario.


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