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Lula, el Partido de los Trabajadores y Chávez 
por Pompeyo Márquez  
domingo, 24 junio 2012


En unas desconsideradas declaraciones con la mayoría del país el Partido de los Trabajadores del Brasil, PT, partido gobernante, insiste en apoyar a Chávez. Aparentemente fueron pedidas desde aquí ante el anuncio de Capriles de que gobernaría con el estilo Lula. Veamos.

Lula tenía como vicepresidente al textilero más próspero de América del Sur. Se alió, además con el partido del expresidente Sarney y mantuvo una apertura al diálogo y de respeto a la oposición. Mantuvo las políticas de su antecesor Fernando H. Cardoso y una apertura a la inversión extranjera de EEUU, en lugar destacado y garantía a la inversión privada nacional. A los “sin tierra” les dijo: No quiero invasiones pues eso trastornaría el programa  “Hambre Cero”.

Cuando termina su primer periodo declara: he recibido la economía número 10 a escala mundial y entrego la octava. En su reelección fue sometido a una legislación especial para reglamentar su actuación como candidato-presidente y al terminar su segundo mandato había conducido a Brasil al quinto lugar de la economía mundial. No ofreció construir el socialismo, ni acabar con el capitalismo. En la esfera internacional desempeñó un papel destacado y Brasil entra a formar parte de un poderoso grupo con India, China y Sur África, y asume las posiciones de las naciones emergentes. Convierte a su país en una potencia que se agranda con descubrimientos petroleros. Reduce la pobreza extrema en proporción importante. Y sin hablar de paraísos terrenales se comporta como un gobernante democrático, de profundas raíces nacionalistas; declara que es una BOBERIA seguir achacando al imperialismo yanqui nuestras dificultades. Y así por el estilo.

Chávez se comporta de una manera diametralmente diferente a la de Lula y al propio PT. No ha atendido ni una sola de las recomendaciones o consejos que en forma chistosa le hecho el propio Lula. Chávez es un autócrata militarista con una obsesión de poder. Lula se negó a un tercer periodo. Y llegó a decir que fue lo mejor no haber ganado antes porque no tenía claro su papel de gobernante.  Ese ofrecimiento de Chávez de conseguir al margen de la Constitución su socialismo estatista y autoritario nada tiene que ver con lo que se hace en Brasil con la presencia, ahora de la Rouseff.

La Venezuela democrática, la que quisiera unos resultados parecidos a nuestro gran vecino persevera en su camino de construir un país democrático. Allá los del PT.

 
 

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