Chávez se empeña en no ver lo
que está sucediendo a su alrededor. Se ubica fuera de la
realidad. Tiene un país que es una ficción. Su gran
problema es que lo desprecia, quiere conducirlo hacia una
confrontación, hacia la violencia, hacia el abismo. Se
empeña tercamente por sus ansias de permanecer
indefinidamente en el poder y no examina la serie de
fracasos que en el orden nacional e internacional está
obteniendo. Su talante es autoritario, déspota. Es mentira
que favorece al pueblo. Sus medidas van contra los niveles
de vida de la inmensa mayoría de los venezolanos. Cree que
sembrando arroz ahora, después de casi once años en el
poder puede enmascarar que Venezuela era exportadora hace
unos años y ahora es importador. Se refiere a Apure, once
años después, como si estuviera comenzando a gobernar. El
Alto Apure era la tercera zona productora de cacao, se
comenzó un ensayo y se paralizó. Es la mejor zona para la
palma aceitera. Se explotaba una pequeña siembra, e
incluso se inició la construcción de una fábrica
procesadora y se paralizó. Se intentó proliferar siembra
de peces en lagunas existentes, y se paralizó. Y así por
el estilo.
Pero lo más grave es en la
esfera política. Se resiste a gobernar para todos. No se
da cuenta que sus políticas para minorías y las quiere
implantar a ¡“sangre y fuego”! apoyado en una camarilla
militar que encontró a sus musiquitas para gobernar por
imposiciones de leyes que aprueba a través de sus
incondicionales en la AN.
No tiene la capacidad para
gobernar. Él manda pero no gobierna, no administra, de
allí que los asuntos de la República vayan tan mal, se
haya despilfarrado tanto dinero y se haya elevado la
corrupción a grados proporcionales a la suma malgastada.
Lo único que creemos es que
siente miedo a una derrota que está cerca. El 2010 perderá
la AN y en 2012 será derrotado por un movimiento lo más
amplio posible que lucha por cambiar cívicamente esta
situación y dotar al país de un gobierno unitario
respetuoso de la Constitución, de las libertades, de los
derechos humanos, de respeto a la disidencia, de la
justicia social. Ese futuro está cerca hoy más que ayer.
Es su fantasma. Hay flautas que ya no le suenan. Pongamos
lo referente a la “invasión norteamericana”. Es un
discurso alejado del verdadero contexto continental. No
son vientos de guerra sino profundos deseos
integracionistas y de paz lo que mueve al continente. Lo
decimos lejos de toda arrogancia: Chávez está es minoría;
Chávez es derrotable. De nada le valdrá su prepotencia y
ventajismo electoral. Lo ha venido haciendo y se topa con
más de cinco millones que le dicen: tienes el sol a tus
espaldas. Y no es exageración que esos cinco son hoy
muchos más. Son mayoría.