El artículo publicado por el
diario TAL CUAL del excomandante y dirigente del FMLN de
El Salvador, Joaquín Villalobos (13/7/9) y las
declaraciones de la vicepresidenta del Congreso de
Honduras, Mary Flores, (UN 12/7/9) insisten en temas que
están en el centro de la situación que se vive en el país
centroamericano. El título del artículo de Villalobos es
elocuente: “¿Aislar a Honduras o Parar a Chávez? Y el
titular que encabeza las palabras de la diputada Flores es
revelador de un aspecto clave de la crisis: “Tememos una
invasión de tropas de Venezuela o Nicaragua”.
Es evidente que Chávez ha ido
demasiado lejos en su acción intervencionista y luce como
generador importante de la crisis. Una amenaza directa de
derrocar al gobierno de Micheletti. El envío del avión
portando a Zelaya y la forma como dirigió personalmente la
“operación” según confesó el propio Chávez al explicar su
no asistencia a la sesión especial con motivo del 5 de
julio. Esto a posteriori de la acción militar. Pero
estamos en presencia de algo in´rdito en la región: una
acción militar que no concluye con una “junta militar” ni
con el desconocimiento del orden constitucional. Todo lo
contrario, como lo demuestra el curso de los
acontecimientos, han sido resguardados los poderes civiles
y se mantiene la promesa de la salida electoral. La idea
de la “consulta” tiene un sello made in Alba; el
financiamiento y traslado del material que se iba a
utilizar tenían procedencia chavista. Dejemos el cuento
hasta aquí.
Lo determinante es encontrar
soluciones al problema y no crear unos nuevos. Un
elemental ejercicio de imaginación nos permite pensar cuál
sería el clima que se crearía mediante la imposición de un
presidente que tiene en contra a la mayoría y todos los
poderes lo adversan. Fue desacertada la actuación de la
OEA cuando condenó, expulsó, bloqueó sin mediación. Privó
la conducta confrontacional de Chávez que pidió no
diálogo. A partir de allí puso en marcha todo un mecanismo
intervencionista.
Como recalcan Villalobos y
Mary Flores cuanto le costó a Centroamérica alcanzar un
clima de paz. Las experiencias de Contadora y del grupo de
Apoyo, convertido luego en grupo de Río, tiene la
valoración de haber puesto fin en su oportunidad a los
conflictos armados internos e intraregión. Todo se logró
por la negociación y el uso de la diplomacia. Ahora no se
debe retroceder.
No a la intervención, fuera
las manos de Honduras, ni un soldado venezolano a la zona
en conflicto. Que el Presidente Arias actúe y mediante
acuerdos se alcance la mejor solución para la convivencia
de los hondureños y de los centroamericanos entre sí.