Michael
Reid es el editor de la América para la revista The
Economist desde 1990. Es un amplio conocedor de América
Latina. Este año publicó un libro titulado: Continente
Olvidado: la batalla por el alma de América Latina Este es
un largo e intenso debate sobre el lugar que le debe
corresponder a nuestro Continente en el escenario
mundial. Comparan el desarrollo de A.L. con Asia y África
e incluso con el que sostienen las antiguas Repúblicas
dependientes de la URSS que se incorporan a la gran
Europa.
El suplemente
económico de El Nacional (19/3/8) trae una interesante
entrevista de Valentín Hernández con el autor. Allí
expresa numerosos conceptos que, de manera resumida, los
limitamos a los siguientes: “América Latina es el mejor
ejemplo de democracia y crecimiento entre los países en
desarrollo y qué bien harían los políticos estadounidenses
y europeos en prestarle más atención, así como darle mayor
importancia estratégica”. Agrega:
…Latinoamérica
se encuentra en su mejor momento histórico en cuanto a
democracia y desarrollo económico...” Se remite a
consideraciones sobre el mundo islámico, al “crecimiento
astronómico de China e India” África “es vista como una
cicatriz que genera cargo de conciencia.”
El único
peligro que observa es el “...Populismo autocrático que
ejemplifica Hugo Chávez, el cual tiene una visión
diferente -a mi juicio errónea- de las prioridades que
necesitan la región”.Se refiere a los resultados del
referéndum, analiza la situación venezolana con gran
objetividad. Las iniciativas de Chávez “son insostenibles
en el tiempo y no contribuyen al desarrollo de Venezuela
Habrá que leer el libro
“Experto chino
afirma que la producción comunal no es viable”. El juicio
lo emite Dennos Yang, director de Investigación del Centro
de Economía y Negocios de China y experto en economía
mundial, quien además afirma: la producción comunal
fracasó en China. A 30 años de las reformas económicas en
mi país, podemos decir que la economía colectiva no es la
forma exitosa de hacer negocios”.Añadió: “El milagro chino
tiene su origen justamente tras abolir el control de
precios, lo que permitió a agricultores e industria
alimenticia obtener incentivos que fueron invertidos para
aumentar su producción. Una segunda fase fue desterrar las
viejas políticas que privilegiaban la agricultura comunal
para dar paso a unidades productivas familiares”… “El
resultado fue que en los primeros años de las reformas el
valor total de la producción china creció el 42 por
ciento, afirma Yang, quien no duda en decir que la
congelación de precios es el principal obstáculo para el
crecimiento económico, pues se limitan las inversiones
necesarias para elevar la producción”. (El Mundo, 17/3/8)
¡El
que tenga ojos que vea!