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Persistencia en el error
por Pompeyo Márquez  
miércoles, 16 enero 2008


El examen que se hace Chávez sobre su fracaso como gobernante no es atribuible sino a las orientaciones básicas que él personalmente, trata de imponerle, autocráticamente, a una sociedad que rechaza mayoritariamente tal visión de país.

En el mundo operan 192 gobernantes ninguno de ellos, salvo Chávez, está pregonando que va a destruir desde las bases al capitalismo. Incluso ninguno de sus amigos. En China y en Vietnam, por ejemplo, se ha producido un viraje hacia un “socialismo de mercado” que cada día apunta en otra dirección. China se ha convertido en la tercera economía del mundo no a partir del ¡socialismo! sino de la más grande inversión extranjera. El heroico Vietnam es hoy el país del sudeste asiático con mayor ritmo de desarrollo gracias a esas inversiones extranjeras.

Hagamos un paseo por América Latina y el Caribe. Es conocida la anécdota. Cuando Lula fue invitado por vez primera a la reunión en Davos de las principales economías del mundo se planteó un debate en el PT sobre su pertinencia de asistir. Después de largas horas de discusión Lula anunció que iba a defender a la décima economía mundial. Cada visita de Lula a Venezuela reporta varios miles de dólares a favor de su país. En esta parte del Continente hay gobernantes socialistas pero ninguno está planteando rechazar la inversión extranjera, incluida en lugar preferencial la norteamericana.

El caso más dramático para Chávez es el debate que se adelanta en Cuba. El centro es como lograr nuevos niveles de vida dado lo que puede considerarse como un gran fracaso después de 49 años de “socialismo”.Este país apunta: hacia una apertura no precisamente hacia el reforzamiento de una “economía socialista a la cubana” Argentina y Nicaragua marchan en una dirección de relaciones con Estados Unidos.

Venezuela no tiene casi inversiones de lo que ahora llama “burguesìa nacional” y está de última en la escala de receptor de inversiones extranjeras. Su aparato productivo está destruido y los ensayos practicados han terminado en rotundo fracasos. Se “construye” una economía de puertos.

Chávez anuncia persistir en estas direcciones equivocadas. Tomemos las misiones. No deben seguir siendo “rojas, rojitas”. Son dádivas clientelares Tomemos la corrupción. Una administración supercentralizada en las manos de un hombre, sin rendición de cuentas, que tiene una regaladora de plata que no se puede auditar; donde no hay rendición de cuentas.”.

Chávez pide que se abandone el calificativo de terrorista a las FARC pero descalifica a quienes disienten de él. No cree en el pluralismo, Sueña con una Venezuela roja, rojita. Y más de la mitad del país le dice NO.

 
 

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