En
la esfera oficial se viven momentos de pequeñeces, porque
ni siquiera se les pueda catalogar de venganza. Hace unos
días pasé por el Parque que llevaba el nombre de Jóvito
Villalba. Ahora se llama Ali Primera. Si se quería rendir
justiciero homenaje al cantautor Alí, compañero de estudio
de mi hijo Ivan, amigo de todos mis afectos se hubiera
podido construir otro Parque o hacerlo con alguna
Institución Cultural. Digo yo.
Jóvito Villalba escribe
páginas brillantes en la lucha contra la satrapía
gomecista. Es uno de los héroes de la generación del 28.
Sufre cárcel, con grillos en los pies. Y exilio en
Trinidad. México y otros países. Emerge en 1936 como uno
de los principales dirigentes estudiantiles, y del país.
Después de la muerte del
tirano en diciembre de 1935 se destaca como el principal
tribuno popular al frente de la Federación de Estudiantes
de Venezuela. Organización desde la cual se impulsa la
creación de los partidos, sindicatos y demás
organizaciones populares.
Los años 36 y37 son años clave
en la Historia de la República. Ese eminente historiador,
periodista y estadista llamado Ramón J. Velásquez autor de
dos grandes recopilaciones que lo consagran como
historiador es el autor de la Historia del Pensamiento
Político de los siglos XIX y XX. Le dedica, en la del
siglo XX, tres volúmenes al año 36. Quien tenga curiosidad
por investigar, informarse o simplemente leerlos
encontrará allí la figura estelar de Jóvito Villalba. Yo
lo recuerdo en sus arengas públicas y en los patios de la
casa de la Federación de Estudiantes situada de Palma a
Miracielos. Lo recuerdo al frente de la manifestación del
14 de febrero de 1936, cuando marché por vez primera y
cuando adolescente oí aquella arenga a favor de la
libertad de expresión y cómo lo recibía López Contreras y
semanas después el anuncio del Programa de Febrero y del
cambio de Gabinete con la incorporación de figuras
democráticas como Rómulo Gallegos, Mariano Picón Salas,
Alberto Adriani. Lo recuerdo cuando salió de la cárcel del
Obispo después de una nueva detención. No olvido su rostro
en las banderillas del Flandes cuando fue nuevamente
expulsado por López Contreras después de la huelga contra
la Ley de Orden Público, junto con otros 46 luchadores.,
algo parecido a la Ley policíaca y represiva que acaba de
imponer el autócrata. .Lo recuerdo como se agigantó, junto
con Mario Briceño Iragorrri, en las elecciones de 1952,
cuando José Vicente Rangel era su secretario, denunciando
los crímenes de la dictadura pérezjimenista.. Lo recuerdo
al frente de URD, su desprendimiento ante Larrazábal en
1958. Lo recuerdo en el Congreso. Nos encontramos en el
Senado de la República-Fue un Parlamentario de excepción.
En fin, un luchador permanente
por la democracia, contra los autoritarismos y las
dictaduras militaristas. Un constitucionalista ejemplar
como Profesor Universitario.
Jóvito cumplió 100 años de
haber nacido este año. La Historia le hará justicia. La
Historia tarda pero no olvida. Los hechos son los hechos.
Nadie los puede borrar- No lo duden.