El
curso de la crisis política va enseñando que se está
rompiendo la polarización entre chavismo y antichavismo.
La polarización se plantea en estos momentos entre
democracia, libertad y justicia social contra intentos
cada día más crecientes de implantar un autocratismo
continuista
Los planes del adversario están suficientemente claros.
Nadie debe llamarse a engaños. Existen fuerzas, incluso en
sectores del propio oficialismo, para derrotar tan
siniestros propósitos.
Las leyes que se están
aprobando intentan crear un cerco “legal” para la
represión. Entre ellas, vamos a destacar una: la mal
llamada Ley de Inteligencia y contrainteligencia. Recuerdo
a la Ley de Orden Público aprobada en 1936 y que generó la
huelga de junio de repudio a ella.
La lucha contra las
inhabilitaciones inconstitucionales a las cuales se ha
prestado el Contralor Russian tiene que ser emprendida con
fuerza y lograr que el pronunciamiento del Tribunal
Supremo de Justicia sea consecuente con las
jurisprudencias que existen al respecto. En lo camino
hacia la victoria de noviembre este combate que lo ha
asumido el movimiento estudiantil con gran sentido de la
oportunidad política debe ser acompañado por todos los
demócratas del país. Forma parte, también, del combate
permanente por conquistar elecciones libres.
En esta dirección la
disidencia debe pasearse por la idea de formar un centro
de dirección política que tome en cuenta las experiencias
pasadas para no cometer los mismos errores. Pero es una
necesidad ese Centro de Dirección Política para hacerle
seguimiento colectivo a la crisis, a sus incidencias, a lo
que puede originarse con la victoria de noviembre y sus
alcances que no deben ser otros que los obtenidos el 2 de
diciembre cuando se derrotó el intento de implantar una
flagrante violación a una Constitución que declara que
Venezuela es democrática para siempre, alternativa,
descentralizada, solidaria. No fue una casualidad que el
autócrata iniciara su intento dictatorial a partir del
artículo 11 de la Constitución negando en la práctica los
principios fundamentales que establecen los diez primeros.
El gran movimiento que está en
desarrollo debe tener presente el RESPETO A LOS RESULTADOS
DEL 2D y de la Constitución.
La perspectiva es reconciliar
a los venezolanos y venezolanas y reconstruir a un país
donde sus Instituciones y su aparato productivo están
destrozados. El esfuerzo será muy grande y en consecuencia
ni un sólo partido, ni un sólo sector y mucho menos un
solo hombre podrán salir airosos de tan tremendo
compromiso.
Formar una nueva mayoría es el
desiderantum de quienes queremos vivir en democracia,
libertad y con justicia social.