El
debate político oculta lo que está sucediendo en la esfera
económica. El gobierno desdeña las críticas que a su
actuación se le están formulando.
El aparato productivo está
destruido Lo que sucede en PDVSA ya no se puede ocultar.
No basta que una audiencia cautiva grite hasta el delirio
cuando Chávez se atribuye el alza del petróleo más allá de
los 80 dólares.
No bastan tampoco los
reiterados planes que anuncia después de casi nueve años
gobernando según los cuales Venezuela se convertirá en una
potencia. Un ejemplo: el del gas. No ha extraído ni un pié
cúbico de gas ni construido un kilómetro de gasoducto. Por
el contrario, tiene que importar gas de Colombia y pagar
trescientos millones de dólares por el gasoducto
construido por Uribe. La escasez de gas doméstico es un
dolor de cabeza para millones de familias en todo el país.
Pero pasó la línea amarilla al
referirse al desarrollo petroquímico que se ampliará en
las comunas. Me acordé del “salto adelante” de los chinos.
Visité varias aldeas donde se fabricaba acero. Pero éste
no resistía el menor esfuerzo. Tuvo que venir Den Xiaoping
para sacar a China de la nefasta “revolución cultural” con
su librito rojo y el pensamiento de Mao.
Lo que sucede con la
“cooperativización forzosa”. Tenemos el cementerio más
grande de cooperativas O la forma como se ha llevado la
cogestión. O los fundos zamoranos, los saraos, la ruta de
la empanada, los gallineros verticales. O el trueque. O un
desarrollo endógeno en plena era de la globalización. O
las restricciones al desarrollo industrial.
Todos estos fracasos los
oculta el fabuloso ingreso petrolero y lo que cobra Vielma
Mora. Más el endeudamiento externo e interno. Todo ello
permite un presupuesto paralelo, la regaladora y el
despilfarro...
Se jactan del crecimiento de
la economía venezolana. Cierto. Pero no es fruto de un
esfuerzo generador de riqueza, es fundamentalmente en el
ámbito de los servicios. Proliferan los centros
comerciales y escasean las fábricas y se reduce la
producción agroalimentaria. Aumenta el consumismo y crece
la corrupción. Disminuye el desempleo y aumenta el empleo
informal. No hay signos de generación de riqueza. La
pobreza de las exportaciones y la elevación de las
importaciones.
Con la modificación de la
Constitución, el reforzamiento de una autocracia
militarista y al grito importado de “patria, socialismo o
muerte” no se solucionan los problemas. La salida está en
la democracia con justicia social y la reconciliación de
los venezolanos.