En la pequeña república de
Honduras se ha dado un golpe de Estado y su protagonista ha
sido el presidente Manuel Zelaya. Las otras instituciones
del país, el Congreso, el Tribunal Supremo y las Fuerzas
Armadas, evitaron el triunfo del golpe y depusieron al
gobernante.
A quienes están condicionados por su ideología o por el
pensamiento dominante les basta ver a un militar en traje de
combate en un conflicto para escoger bando: siempre con los
que gritan al militar. Esto está ocurriendo en América y
Europa a cuenta de la crisis política en Honduras. Los
medios de comunicación, en su decadencia continua, no pasan
del encadeno de imágenes y de titulares, sin ninguna
explicación o ningún análisis, no han ido más allá de la
superficie.
La realidad es que Manuel Zelaya se había puesto él mismo en
la ilegalidad al pretender organizar un seudo referéndum
ilegal (esto a los españoles nos suena, ¿verdad?). Zelaya,
que llegó a la presidencia de Honduras después de ganar las
elecciones de 2005 como candidato del Partido Liberal,
decidió hace meses unirse a la revolución bolivariana: más
petróleo, más poder, más apoyo de la izquierda… El
presidente golpista ha vinculado a su país al ALBA (agosto
de 2008[1]) y ha participado en reuniones con el venezolano
Hugo Chávez, el ecuatoriano Rafael Correa, el boliviano Evo
Morales, el nicaragüense Daniel Ortega y algún testaferro
enviado por los hermanos Castro. Seguramente en esas
reuniones Chávez, Morales y Correa le instruyeron sobre cómo
hacerse con el poder absoluto: convocatoria de una asamblea
constituyente que derogue la constitución vigente y
establezca una nueva a medida del líder revolucionario.
Chávez hizo derogar la Constitución que él juró (y contra la
que se sublevó) y aprobar otra en 1999. La anterior prohíbia
la reelección inmediata del presidente; ésta en cambio no,
pero fijaba un límite de dos mandatos de seis años cada uno.
Entonces, 2012 estaba muy lejos, pero ya se sabe que “no hay
plazo que no se cumpla”, como dice El Tenorio. Ahora 2012
está muy cerca y el militar paracaidista que no ha sido
capaz ni de vencer a sus camaradas está convencido de que es
imprescindible para la humanidad, de modo que trató de que
se suprimiese ese tope. En diciembre de 2007 los venezolanos
rechazaron la enmienda en referéndum. Pero eso no disuadió a
Chávez de sus planes totalitarios: un año después, nuevo
referéndum con mayor control sobre los votantes y en esta
ocasión se aprobó la reforma. ¡Qué casualidad!
LA REVOLUCIÓN PERMANENTE DE ZELAYA
Zelaya, que lejos de ser un izquierdista no es más que el
típico compañero de viaje de los revolucionarios, iba a
ejecutar el mismo plan en Honduras. En marzo pasado[2], su
Gobierno aprobó un decreto que a petición de 400.000
ciudadanos, para organizar una consulta popular con la
finalidad de que los hondureños se pronunciasen sobre la
convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que
dicte y apruebe una nueva Constitución política. La pregunta
era la siguiente: “¿Está usted de acuerdo que en las
elecciones generales de noviembre de 2009 se instale una
cuarta urna[3] para decidir sobre la convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente que apruebe una nueva
Constitución política?”. La fecha de celebración, no más
allá del último domingo de junio de este año. La consulta,
como no es un referéndum, no era de cumplimiento obligatorio
por las instituciones y no tenía ningún mecanismo de
supervisión.
La oposición y las demás instituciones del país han acusado
a Zelaya, cuyo mandato concluía en enero de 2010, de buscar
la remoción de obstáculos a su reelección[4]. La
Constitución hondureña vigente, aprobada en 1982 después de
varios años de dictaduras militares, impone taxativamente un
solo mandato presidencial de cuatro años, sin permitir la
reelección en ningún caso[5]. En el título sobre la reforma
de la Ley Fundamental, se prohíbe cualquier reforma que
pretenda derogar los límites al estatus de la
presidencia[6].
En cuanto el Gobierno promulgó el decreto comenzó una
batalla legal entre el presidente, sus partidarios y los
contrarios a la consulta[7]. A inicios de junio, el Gobierno
de Zelaya ordenó a las Fuerzas Armadas vigilar y movilizar
todo el material necesario para la consulta o encuesta. El
23, el Congreso, donde el Partido Liberal, al que pertenece
Zelaya, tiene la mayoría (62 diputados de 128), aprobó una
ley que impide la realización de estas consultas 180 días
antes y después de las elecciones generales. Ante las dudas
del jefe del Estado mayor Conjunto para cumplir unas órdenes
presidenciales que podían ser inconstitucionales, el
presidente le destituyó el 24 de junio. Al día siguiente, el
fiscal general anunció que presentaría un recurso de amparo
ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,
para restituir en su cargo al jefe del Estado Mayor, porque
no se habían cumplido ninguna de las tres causas legales de
remoción que aparecen en la Ley Constitutiva de las Fuerzas
Armadas.
Unas horas después, ese mismo día, los cinco miembros de la
Sala Constitucional del Supremo –apoyados por el pleno de
magistrados del tribunal- admitió los recursos del fiscal y
suspendió la destitución del general Romeo Vásquez
Velásquez. También el día 25, los magistrados del Tribunal
Supremo Electoral dictaminaron que la encuesta no puede ser
realizada por el Ejecutivo por no tener atribuciones. Los
tres magistrados se desplazaron junto a varios fiscales del
Ministerio Público, una base de la Fuerza Aérea, donde
dejaron en calidad de prueba judicial todo el material
adquirido por el Gobierno para la realización de la
encuesta.
Horas más tarde, el presidente Zelaya irrumpió en la base
acompañado de docenas de manifestantes y retiró en dos
camiones las urnas, papeletas y demás utensilios. Con tropas
militares en torno al Congreso Nacional, el presidente
Roberto Micheletti presentó un proyecto para anular la
destitución del general Vásquez Velásquez y solicitar su
inmediato reintegro. El vicepresidente del Legislativo,
Ramón Velásquez Názar, presentó una moción para que se
nombrase una comisión investigadora sobre los excesos
administrativos y el desacato a la ley por parte del jefe
del Estado.
El viernes 26, el general Vásquez retiró a los soldados de
las calles y Zelaya afirmó que el peligro de golpe había
pasado. El sábado, el presidente se dedicó a solucionar los
últimos detalles de la consulta ilegal. La noche del sábado
27 al domingo 28, horas antes de que se abriesen las urnas,
varios pelotones de soldados tomaron la residencia
presidencial y expulsaron a Zelaya a Costa Rica.
El domingo, el presidente del Congreso fue elegido por la
casi unanimidad de los diputados presidente interino de la
República, hasta 2010[10].
ENFADO DE CHÁVEZ Y ESTUPIDEZ DE LOS PROGRES
La deposición de Zelaya ha causado la ira del caudillo Hugo
Chávez y de los otros miembros del ALBA. El presidente de
Ecuador, Rafael Correa, llamó a la sublevación de “los
maestros y los obreros” y a la sedición en las Fuerzas
Armadas hondureñas: “Los soldados jóvenes y los oficiales no
comprometidos con la oligarquía no tienen por qué obedecer
órdenes ilegales, y por eso a rebelarse contra esa cúpula
corruptas”[11]. ¡Dos golpistas como Fidel Castro[12] y Hugo
Chávez protestando contra la destitución de Zelaya!
La Organización de Estados Americanos (OEA), el presidente
de Estados Unidos, el presidente del Gobierno de España y
los medios de comunicación han mostrado su apoyo a Zelaya,
sin pararse a pensar más allá de la dicotomía presidente
civil bueno, militar malo.
La estupidez ha llevado al periódico español progre por
excelencia a concluir así su editorial del 29 de junio[13]:
Pero sea cual fuere el conflicto de ideologías en
Iberoamérica, algo ha de quedar claro: los problemas de la
política los solventan los políticos, y el Ejército,
calladito y encerrado en sus cuarteles.
Sólo le ha faltado añadir que se les pueden echar cacahuetes
a los militares.
¿Qué proponen El País y demás progres que deben hacer las
autoridades de un país cuando una de las figuras políticas
principales se decanta por la ilegalidad? ¿Dialogar hasta el
anochecer?, ¿llegar a un acuerdo “como sea”?, ¿recurrir al
Tribunal Constitucional y aguardar una sentencia?
Tal vez el Congreso hubiera debido ordenar a las Fuerzas
Armadas la detención del presidente para salvaguardar los
escrúpulos de los bienpensantes occidentales. Tal vez… Pero
el responsable de la crisis en Honduras ha sido Manuel
Zelaya y éste había decidido quemar etapas en su plan de
subversión constitucional.
Por ahora, el presidente golpista y sus aliados están
derrotados. Sólo la presión internacional sobre las
autoridades legítimas hondureñas podría convertir en
victoria este fracaso. Esperemos que en Washington y en
otras capitales el sentido común no haya desaparecido.
Devolver a Zelaya el poder del que se ha mostrado indigno
equivaldría a dar la llave de la celda al preso al que se
acaba de meter en ella.
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[1] http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7581000/7581472.stm.
[2] http://www.minuto59.com/primera-pagina/zelaya-convocara-referendum-en-honduras-para-elaborar-una-nueva-constitucion/.
[3] En ese día los hondureños votarán en tres urnas para
elegir la presidencia de la república, los miembros del
Congreso y los alcaldes. La cuarta urna debía de ser la
reservada para el referéndum sobre la convocatoria de una
asamblea constituyente.
[4] http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?id=LgfR119EKJU=.
[5] Artículo 4 de la Constitución de la República de
Honduras: “La forma de gobierno es republicana, democrática
y representativa. Se ejerce por tres poderes: Legislativo,
Ejecutivo y Judicial, complementarios e independientes y sin
relaciones de subordinación. La alternabilidad en el
ejercicio de la Presidencia de la República es obligatoria.
La infracción de esta norma constituye delito de traición a
la Patria”.
[6] Art. 347: “No podrán reformarse, en ningún caso, el
artículo anterior, el presente artículo, los artículos
constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al
territorio nacional, al período presidencial, a la
prohibición para ser nuevamente Presidente de la República,
el ciudadano que lo haya desempeñado bajo cualquier título y
el referente a quienes no pueden ser Presidentes de la
República por el período subsiguiente”.
[7] Seguimos el relato publicado en el diario Los Tiempos,
de Colombia. http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/proyecto-de-reeleccion-impulsado-por-el-presidente-manuel-zelaya-fractura-a-honduras_5552631-1
[11] http://www.minuto59.com/internacional/jefes-del-alba-llaman-a-rebelion-contra-golpistas-de-honduras/
[12] http://www.eluniversal.com.mx/notas/608040.html.
[13] http://www.elpais.com/articulo/opinion/vuelta/golpe/elpepuopi/20090629elpepiopi_1/Tes.