“No
soy Cristo ni un filántropo, soy todo lo contrario de un
Cristo”
No comprendemos cómo en un período
histórico en el que la violencia se ha convertido en algo
más que detestable existan "pacifistas" que elaboren
apologías de Ernesto Guevara, un individuo que
independientemente de doctrinas e ideologías fue uno de
los teóricos más consecuentes que tuvo la violencia como
práctica política en uno de las etapas mas convulsas de
Nuestra América en el pasado siglo XX.
Su identificación con una de
las personalidades mas despiadadas de la historia moderna la
hace notar en una carta que dirige desde Costa Rica a su tía
Beatriz el 10 de
diciembre de 1953. “En El Paso tuve la oportunidad de pasar
por los dominios de la United Fruit convenciéndome una vez
más de lo terrible que son esos pulpos capitalistas. He
jurado ante una estampa del viejo y llorado camarada Stalin
no descansar hasta ver aniquilados estos pulpos
capitalistas.”
El individuo que algunos
pretenden presentar como un ser justiciero y de profundo
espíritu cristiano, le escribió una carta a su madre,
el 15 de julio de
1956 desde una prisión mejicana, “No soy Cristo ni un
filántropo, soy todo lo contrario de un Cristo. Lucho por
las cosas en las que creo con todas las armas de que
dispongo y trato de dejar muerto al otro para que no me
claven en ninguna cruz o en ninguna otra cosa”.
Un
ejemplo de su voluntad violenta y en cierto sentido sádica
se aprecia en una carta que dirigió a su primera esposa
Hilda
Gadea, que se encontraba en Lima, Perú. Escribe el 28 de
enero de 1957, “Querida vieja: Aquí
en la selva cubana, vivo y sediento de sangre, escribo estas
ardientes líneas inspiradas en Martí. Como un soldado de
verdad, al menos estoy sucio y harapiento, escribo esta
carta sobre un plato de hojalata, con un arma a mi lado y
algo nuevo, un cigarro en la boca”.
La disciplina que imponía entre sus
hombres era inflexible y cruenta. Su falta de sensibilidad y
misericordia se aprecia en un relato de su libro "Pasajes"
en el que describe con orgullo cómo encontró moribundo a un
combatiente rebelde que cumpliendo órdenes suyas fue
desarmado a la primera línea del frente, en el
enfrentamiento de la ciudad de Santa Clara, para adquirir un
fusil, ya que le había castigado quitándole el suyo porque
se había quedado dormido en una guardia.
Su conducta con los militares del antiguo
régimen fue todavía más cruel y le llevó más allá de lo que
cualquier jacobino pudiera considerar una justa justicia. En
Santa Clara fue el responsable de los primeros fusilamientos
sin juicios ya que simples denuncias podían llevar al
inculpado a la muerte.
La Cabaña, su primer mando después del
triunfo insurreccional, fue el lugar donde más ex militares
y colaboradores de la dictadura derrocada fueron ejecutados.
Según la periodista Hart Phillips, de New York Times, unos
"400 en los dos primeros meses"; y testimonios del
periodista Tetlon del London Daily Telegraph "en ocasiones
funcionaban cuatro tribunales simultáneamente, sin abogados
ni testigos de descargos, llegando a juzgarse, contemplando
la pena capital, hasta 80 personas en juicios colectivos".
Relata que él (Guevara) ordenó personalmente, entre otras,
la ejecución del teniente José Castaño Quevedo, cuyo único
crimen fue ocupar la dirección del Buró para la
Represión de Actividades Comunistas, BRAC., ya que en el
proceso no se efectuaron demandas contra el teniente.
Como reseña interesante puede destacarse
que en 1959, Guevara creó una fuerza subversiva en Bolivia
a través del embajador cubano en La Paz, José Tabares del
Real. Este esfuerzo desestabilizador se extendió hasta junio
de 1961 y se desarro1ló contra el gobierno democrático de un
político de fuerte aval revolucionario, Hernán Siles Suaso.
Más tarde intentó organizar una
revolución en Argentina para la que se alió con elementos
peronistas. Este brote abortó cuando las autoridades
argentinas descubrieron dos escuelas de guerrilleros y
detuvieron a un instructor militar cubano, José Ramón
Alejandro. Posteriormente las autoridades bonaerenses
presentaron documentos que mostraban que la Embajada de Cuba
en Buenos Aires era un centro subversivo que dirigía Guevara
desde La Habana. Años después, a través de Jorge Ricardo
Masetti. fundador de Prensa Latina, organizó una fuerza
guerrillera identificada como Ejército Guerrillero del
Pueblo, que según algunos analistas incurrió en los errores
tácticos que el "Che" repetiría, en Bolivia. Junto a Masetti,
muerto en el Chaco argentino, el Che moriría en el Chaco
boliviano, cayeron dos oficiales del ejército cubano que
habían sido hombres de confianza de Guevara: Hermes Peña
Torre y Raúl Dávila.
No cabe duda de que Ernesto Guevara
poseía una inmerecida reputación en los aspectos teórico y
práctico en la guerra de guerrillas que Castro no tenia. Fue
uno de los propiciadores de la Conferencia Tricontinental de
La Habana a principios de 1966, que sería, según sus
planes, el vector para las Revoluciones que
convulsionarían América, Asia y África.
Sus
frecuentes y largos viajes por el extranjero en los que
profería incendiarios discursos revolucionarios lo fueron
convirtiendo en una especie de vocero de la Revolución
Mundial y sus contactos directos con Ben Bella, Gamal Abdel
Nasser, Sekou Toure, Josehf “Tito” Broz, Ahmed Sukarno y
la cúpula del poder de la Republica Popular China y Viet
Nam acrecentaban su prestigio de individuo comprometido con
cambios políticos radicales.
Sin embargo este hombre que mataría y
moriría por sus convicciones asume durante su juventud una
conducta inexplicable. Nunca participó activamente contra
los movimientos fascistas y antijudios que existían en
Argentina, ni tampoco se vinculó a los que combatían
directamente la dictadura de Juan Domingo Perón.
A pesar de su condición de
miembro de
la Federación Universitaria de Buenos Aires, organismo
dirigido por socialistas y comunistas, no hace vida
militante ni se le conocen artículos o discursos en los que
exponga sus opiniones sobre los problemas que enfrentaba su
país en aquellos días. En una palabra, no se le conocen
acciones en contra de los actos de fuerza del gobierno de
Juan Domingo Perón.
En enero de 1965 Guevara visita la
República del Congo, Brazzaville, y le ofrece colaboración
a Massemba Debat en las guerrillas que éste esta creando en
el Congo Kinshasa.
Debat acepta, y a su regreso a Cuba
informa a Fidel Castro, que considerando que era una manera
de aumentar su protagonismo político y la hegemonía de la
Revolución le facilita los medios y recursos para que la ya
cruenta guerra africana se acentuara. Guevara parte con un
contingente de 125 guerrilleros cubanos, perfectamente
entrenados y mejor armados, todos veteranos de la lucha
insurreccional contra el régimen de Fulgencio Batista.
Llegó a Kinshasa después de atravesar el
lago Tanganica, seis meses más tarde, diciembre del 65
regresa a La Habana con el resto de su contingente.
Decepcionado de las guerrillas congolesas. De todas sus
fracasadas acciones bélicas la menos conocida es esta del
Congo. En el país africano cometió errores tácticos y
estratégicos que repetiría en Bolivia.
Pero bien, para aseverar su apostolado
de violencia reproduzcamos algunos de sus planteamientos:
A) Durante su intervención en la
Asamblea General de Naciones Unidas el 11 de diciembre de
1964, expresó: “Nosotros tenemos que decir aquí lo que es
una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el
mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y
seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha
es una lucha a muerte. Nosotros sabemos cual sería el
resultado de una batalla perdida y también tienen que saber
los gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy
en Cuba.”
B) Táctica
y Estrategia de la Revoluci6n Cubana. Revista Verde Olivo
Prensa Latina 8-10-68. Distribuido por Prensa Latina,
numero 3054. “El camino pacífico está eliminado y la
violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas
habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse
la ruta de
la liberación aunque sea a costa de millones de víctimas
atómicas".
C)
Crear dos, tres... muchos Viet Nam... es la consigna.
Revista Tricon- tinental, 16-4-67, órgano de la
Tricontinental de Solidaridad, OSPAAAL. "El
odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo,
que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser
humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y
fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así;
un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo
brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la
lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total.
Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto
de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los
mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo
sentir una fiera acosada por cada lugar que transite.
Entonces su moral irá decayendo. Se hará más bestial
todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que
asoma.
Fuentes.
Ernesto Che Guevara, Mito y Realidad. Enrique Ros.
Pasajes de la Guerra Revolucionaria.Ernesto Che Guevara.
Che. Jon Lee Anderson.
Documentos, cartas, discursos y ensayos de Ernesto Guevara.
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Pedro Corzo, es
periodista y presidente del Instituto de la Memoria
Histórica Cubana contra el Totalitarismo, que tiene en
producción, con la direccción del cineasta Luis Guardia,
un documental sobre Ernesto Guevara. |
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