La República de
Venezuela, democrática y federal, está siendo destruida para
darle paso a un estado socialista a la cubana,
castro-comunista, que el pueblo rechaza. Desaparecen valores
fundamentales. Se liquida la libertad en todas sus
manifestaciones, la propiedad, la seguridad de las personas
y de los bienes, la justicia, el equilibrio y la separación
entre las distintas ramas del poder público, la
subordinación del poder militar a la autoridad civil. Jamás
habían estado más vulneradas tanto la soberanía nacional
como la integridad territorial de la República, ni tuvimos
nunca un presidente tan alejado y en línea contraria al
cumplimiento de los deberes del cargo. Lo mismo podemos
decir de la fuerza armada regular, de la mercenaria y
miliciana y hasta de las bandas que, uniformadas o no,
siembran el terror en nombre de esta revolución corrompida
de la cabeza a los pies.
Las
múltiples intervenciones de Chávez desde las elecciones del
15F para acá y las acciones concretas del gobierno en el
área agroalimentaria demuestran que no exagero. La crisis
del arroz muestra tanto la ineficacia como la deshonestidad
del régimen. Pretenden desviar hacia el sector privado la
responsabilidad por la escasez presente y futura de
alimentos insultando, expropiando, tomando por asalto y
robando a discreción. En el caso concreto del arroz, Polar
solo maneja cerca del 6% del mercado y Mary alrededor del
23%. El gobierno controla el 60% y para supuestamente evitar
el desabastecimiento importó 230.000 toneladas de arroz y
repartió subsidios a supuestos productores para generar unas
300.000 toneladas que ya deberían estar en el mercado. El
punto es averiguar dónde están el arroz supuestamente
importado y el producto de los subsidios. Pues,
sencillamente no existen. Bandas de delincuentes, fungiendo
de intermediarios, importadores y de productores, se roban
el dinero amparados por el alto gobierno desde donde se
roba, se secuestra y se mata en nombre de la revolución. Las
cifras son de la última memoria del ministerio para la
alimentación. Ojala CASA y PDVAL puedan dar una explicación.
La
corrupción es tal que en las propias oficinas de la Misión
Cultura unos cubanos fueron despojados de Bs. F 26.000
(veintiséis millones de bolívares antiguos) y lograron
“salvar” US$ 300.000 que tenían en un maletín. Los acababan
de retirar del banco, supuestamente para pagar trabajadores
extranjeros a su cargo. Esto confirma la putrefacción de un
régimen que tenía como aliados claves en Cuba al ex
canciller Pérez Roque y al ex vicepresidente Carlos Lange,
“indignos” ambos según el castrismo. El golpe no fue solo
contra Fidel, sino especialmente contra Chávez a quién
habían proclamado como el otro presidente de Cuba. Liquidar
este régimen es una cuestión de dignidad. La única guerra
imposible de ganar es la que no se libra. Esta guerra ya
empezó. O la peleamos o perdemos la República. La naturaleza
del problema no es electoral.
oalvarez@telcel.net.ve