Consolidar
la unidad
democrática por
Oswaldo
Alvarez
Paz
lunes, 9
febrero
2009
Venezuela esta próxima a sucesos
que condicionarán su existencia por mucho tiempo. La
votación del próximo 15-F es una oportunidad para iniciar la
reversión hacia lo positivo las negativas tendencias de esta
década. No somos ingenuos. Conocemos la magnitud de los
peligros existentes antes, ese día y en los inmediatamente
posteriores. La maquinaria del fraude está montada. También
los esquemas de represión y violencia personal e
institucional para imponer la voluntad reeleccionista del
Presidente. Más que la democracia es la República lo que
está en peligro. Lo primero ha venido desapareciendo gracias
al golpe de estado de ejecución progresiva del
estado-gobierno en contra de la nación que deberían
representar. Lo segundo ha sido más sutil, pero eficiente en
la destrucción de la estructura institucional y de las bases
jurídicas y políticas que le han servido de fundamento.
Venezuela vive al borde del abismo. Hasta los más idiotas
entienden que el odio y la división conducen a la guerra.
Soy uno de los que creen que ya empezó, aunque su verdadera
naturaleza sea difícil de precisar.
Sin embargo, la sociedad democrática ha madurado. Está más
unida y mejor preparada que en los procesos anteriores para
enfrentar los peligros y derrotarlos en nombre del cambio
anhelado. Hay convicción, mística, conciencia de la urgencia
para resolver el caos. Esta semana será terrible con
relación a la guerra de encuestas, a las acciones abiertas y
encubiertas en contra de la unidad democrática, a las
campañas de rumores y desinformación para confundir. Pero,
ni estas cosas, ni muchas otras, podrán detener la voluntad
general de la nación de pronunciarse masivamente a favor del
NO que identifica a quienes quieren ponerle punto final a lo
actual. Esto incluye a unos cuantos millones de personas
decepcionadas de Chávez que abandonan, activa o pasivamente,
las organizaciones oficialistas o que, simplemente, están
frustradas por el fracaso del régimen, hartos del disimulo y
la mentira, de la verborrea inútil del “comandante” y, en
fin, fatigados de esta farsa de la que solo recuerdan la
ineficacia y la corrupción como estilo de gobierno. La
unidad democrática es mucho más que la unión de grupos
opositores para un acto de votación. El domingo puede
concretarse el inicio de la reconciliación de Venezuela
consigo misma.
En la calle hay decepción. La historia no se detiene ni con
la represión ni con el crimen. El NO del 15-F será un
castigo moral y político a la felonía, a la cobardía y a la
traición. La esencia de nuestro planteamiento es la unidad.
Construir una síntesis diferente y superior a cuanto existe.
Levantar una gran causa a la cual servir, una gran verdad
que sirva de norte a un pueblo entero. No puede ser un
proyecto personalista ni personal. Hay que acabar con todos
los “Mesías” potenciales o reales, sin desconocer la fuerza
de los liderazgos honestos existentes. Todos a votar NO y a
defender la voluntad popular.