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Confianza en el futuro de Venezuela
por Oswaldo Alvarez Paz
lunes, 18 febrero 2008


La seguridad de que el régimen chavista llega a su final se apodera de la inmensa mayoría de los venezolanos. Crece en progresión geométrica en la medida en que se profundizan los disparates del Presidente. No por disparatados dejan de ser graves, muy peligrosos para la integridad de la República y retadores para la sociedad democrática. Sin embargo, esta justificada convicción de que caminamos hacia el desenlace despierta incertidumbres en muchos de cuantos creen y quieren llegar a él lo antes posible. En todas partes nos plantean básicamente dos inquietudes. La primera tiene que ver con la disposición a actuar de la gente. ¿Qué hay que hacer? ¿Cómo y donde puedo ayudar? Son preguntas que se repiten dentro y fuera de Venezuela. Todos pueden ser útiles en actitud de resistencia activa organizando básicamente lo que nos rodea. Familia, amigos íntimos, compañeros de trabajo, vecinos agrupados en pequeños núcleos dispuestos a actuar de acuerdo a las circunstancias e instrucciones que irán recibiendo oportunamente, con o sin relación con grupos similares con la misma disposición. Hablando, convenciendo sobre la necesidad del cambio radical que se avecina e invitando progresivamente a participar en la lucha. No deben esperarse líderes mesiánicos acatados universalmente por todos los sectores. El liderazgo es y será plural, unido solo por los principios fundamentales de la democracia y el objetivo de lograr el cambio necesario. Lo demás dependerá de cada uno y de cada sector, organizado o no.

La segunda interrogante que nos formulan propios y extraños se refiere a lo que viene después. Sale Chávez y ¿qué pasará? A ellos les decimos con propiedad que pocas veces en nuestra historia republicana hubo tanta disponibilidad de recursos humanos como ahora. Este régimen se ocupó de marginar criminalmente la meritocracia en todos los sectores de la vida nacional. De cerrarle puertas al talento y a la cultura. Pero nuestros profesionales y técnicos, la gente competente desechada o nunca convocada a servir por los bárbaros, existen, están allí disponibles y ansiosos de ser útiles en la etapa del renacimiento democrático. La inmensa mayoría ha logrado sobrevivir con dignidad, sin humillarse y con la frente en alto. Dentro o fuera del país continúan siendo ejemplo y referencia de progreso y honestidad.

No hay nada que temer. Venezuela tiene gente suficientemente capacitada para salir adelante. Hay ideas, planes y proyectos concretos para la recuperación del país en todas las áreas devastadas en este tiempo de ignorancia, ineficiencia y corrupción sin límites. Se podrá trabajar desde el primer día en materia de seguridad y defensa, orden público, manejo del negocio petrolero, reconstrucción de la infraestructura institucional y física, salud, educación, relaciones internacionales, etc, etc. Nuestra fe tiene base y sustento. Nuestras Universidades, públicas y privadas, solo esperan el llamado. En mejores manos, imposible.

oalvarez@telcel.net.ve


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