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2008, año definitivo
por Oswaldo Alvarez Paz
lunes, 7 enero 2008


Colombia acaba de dar otra prueba de la fortaleza de su institucionalidad democrática. Convertida desde hace tiempo en el muro de contención más serio y firme a los propósitos expansionistas de Hugo Chávez en el continente, peón fundamental del tablero internacional castro-comunista, su gobierno paró en seco el avance impulsado desde Venezuela y desenmascaró, una vez más, al narcoterrorismo de las FARC y a quien pareciera despuntar como uno de sus líderes y voceros fundamentales. Las FARC y Chávez recibieron un duro golpe. La clarísima intención desestabilizadora en contra del Presidente Álvaro Uribe busca derrocarlo o construir una fuerza política-electoral que comprenda desde la extrema izquierda que se mueve en democracia hasta las propias FARC hacia el 2010, quedó en situación muy comprometida con el ridículo fracaso de la operación Enmanuel. Lo sucedido es un claro mensaje a propios y extraños. El mundo libre y los auténticos demócratas de nuestros países tenemos la obligación de cerrar filas al lado de Colombia y su gobierno, responsable y apto en la defensa de la libertad.

Solo fanáticos irracionales o mercenarios interesados, sea cual sea su nivel y calificación, podrán justificar o defender a un régimen que, como el de Chávez, se desmorona progresivamente. Queda claro que Venezuela esta siendo destruida por la venalidad y mediocridad que la gobierna en nombre de un proyecto revolucionario que el pueblo ha rechazado de hecho y de derecho. Los resultados del 2D-07, el fracaso de la intervención en el conflicto colombiano y los recientes cambios en los equipos superiores del gobierno, han despertado serios temores en lo que hasta ahora ha sido su entorno sobre los juicios que se le vienen encima a esta izquierda estéril e inmoral, protagonista del más terrible fracaso de que tenga memoria el continente americano.

Se trata de los bárbaros más caros de la historia. En menos de una década empantanaron la vida pública, desprestigiaron a la izquierda decente y democrática, embarcaron a los más pobres traicionando la fe de sus más humildes seguidores y despedazaron la institucionalidad republicana. En estas condiciones será imposible alcanzar la paz y la reconciliación anheladas por la inmensa mayoría. El régimen, al elegir el terrorismo, el odio y la muerte en lugar del diálogo y la vida, es el obstáculo mayor para alcanzar esos objetivos. El pueblo venezolano, pacífico y cívico, ejercerá su derecho a la legítima defensa. Nadie podrá censurarlo. Esta es la tarea que nos convoca al comienzo del año. Mario Vargas Llosa decía en alguna oportunidad que “no es nada fácil combatir desde el realismo y el pragmatismo que caracteriza a la sociedad democrática, a creyentes inflexibles dispuestos a destruirla”. Estoy seguro que Venezuela saldrá de esta pesadilla este año y junto a Colombia será faro orientador de la libertad y la democracia. Todos estamos convocados a este esfuerzo histórico e inaplazable.

oalvarez@telcel.net.ve


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