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El encanto de la mujer fatal
por Roberto Palmitesta


Un thriller erótico de Brian de Palma, revive el mito de la mujer sensual, intrépida e insensible que lleva a su perdición a un hombre enamorado .

Una llamativa película del veterano Brian de Palma, Mujer Fatal, (Femme fatale), está atrayendo al público por su alta dosis de suspenso y acción, gracias a una intrigante trama salpicada de escenas eróticas y efectos especiales, usados para apelar a los gustos modernos. Sin embargo, escasean ciertos elementos clave del género del film noir en el cual fueron pioneros Hitchcock, Lang, Wilder y Huston en Hollywood, o Reed, Crichton, Truffaut y Clouzot en Europa. Los cinéfilos recordarán que, en efecto, éstos crearon el modelo de la mujer fría y calculadora, que logra manipular sentimentalmente a algún incauto para fines egoístas.

Vampiresas del pasado

En la historia, Cleopatra y Mata Hari simbolizaron la mujer fatal, pero en el cine norteamericano recordamos a varias vampiresas célebres como Marlene Dietrich en El angel azul, Mary Astor en El halcón maltés, Barbara Stanwyck en Doble indemnización, Lana Turner, Clara Calamai y Jessica Lange en las tres versiones de El cartero llama dos veces, Rita Hayworth en Gilda, Marilyn Monroe en Niágara, Kim Novak en Vértigo, Ava Gardner en Los Asesinos, y –más recientemente- Kathleen Turner en Fuego en el cuerpo, Kim Basinger en L.A. Confidencial y Sharon Stone en Instintos básicos. Sin olvidar al arquetipo latino de mujer fatal que fue Maria Félix en La mujer sin alma, Amparo Grisales en De mujer a mujer, Mayra Alejandra en Carmen, o Gina Lollobrigida en La mujer de paja.

En Mujer fatal le tocó el papel de víctima de la vampiresa a un fotógrafo de luminarias -especie conocida como paparazzi-, quien se ve atraído por una bella modelo con un pasado turbulento, enredándose así en una serie de intrigas y crímenes. Ambientado en la Francia actual, el filme se inicia con un robo de joyas planeado durante el festival de Cannes, cuando la policía está ocupada protegiendo a las celebridades. Interpreta acertadamente el personaje central la ex modelo y actriz norteamericana de origen holandés, Rebecca Romijn-Stamos, conocida desde hace poco por papeles secundarios en cintas de acción como X-Men , Austin Powers y Rollerball, a los cuales progresó desde sus breves apariciones televisivas en las series Friends y Just Shoot me, y en la biografía ‘no autorizada’ del editor de Playboy, Hugh Hefner. Esta vez la llamativa rubia despliega todos los encantos físicos que la hicieron famosa en portadas de revistas y campañas publicitarias, al escenificar un osado striptease para engatusar al fotógrafo (el siempre talentoso Antonio Banderas) y luego una erótica escena con obvias connotaciones lesbianas, que se hacen siempre más frecuentes tanto en la televisión como en el cine. No hay duda que el director –también autor del guión- quiso aprovechar al máximo la fórmula infalible de combinar la acción con el erotismo.

Sin embargo, los críticos deploraron ciertas incoherencias que a veces rayan en la ridiculez, algo bastante frecuente en tramas que deben contar una historia de misterio e intriga, aunque algunos maestros del género lograban ser bastante convincentes gracias a un serio y depurado tratamiento cinematográfico. Las cintas de Hitchcock, por ejemplo, casi siempre se basaban en historias difícilmente factibles en la vida real, pero su acertada selección actoral y el ritmo apropiado de la narración lograban generar una tensión psicológica que se convirtió en su renombrado ‘suspenso’ (incidentalmente, un término acuñado por el director inglés y que se convirtió en su distintivo publicitario). Así, vimos obras maestras del género como Recuerda, La ventana indiscreta, Extraños en un tren, Vértigo, Los pájaros y Psicosis, películas con un suspenso estilizado que marcaron la pauta para futuros cineastas.

Tras los pasos del maestro

Uno de éstos es, precisamente, el director de Mujer Fatal, Brian de Palma, quien impactó a los públicos desde su clásico del horror, Carrie (1976), donde debutó una juvenil Sissy Spacek y que resultó una de las mejores adaptaciones de un libro de Stephen King. Influenciado grandemente por las técnicas de Hitchcock, de Palma las empleó profusamente -sin esconder su fuente de inspiración- en ‘thrillers’ como Blow-out (con un excelente John Travolta) y más exitosamente en Vestida para matar, que muchos consideran su mejor película. Sin pena, de Palma demostró luego hasta tal punto su admiración por Hitchcock que llegó a copiar íntegramente en Obsesión la trama básica de Vértigo, e incluso utilizó en algunas de sus cintas a la música compuesta por Bernard Herrmann, el autor de la banda sonora de tantas cintas de Hitchcock, un recurso criticable por su evidente oportunismo y poca originalidad.

A falta de buenos temas de suspenso, de Palma se dedicó de lleno al cine policial realizando dos obras muy taquilleras como Los intocables, sobre el cazador de criminales Elliott Ness (con un convincente Kevin Costner), y Cara Cortada, la historia de un refugiado cubano que dominó brutalmente el negocio de la droga en Florida, un filme impactante gracias a la caracterización un experto en papeles de mafiosos como Al Pacino. Pero si bien la mayoría de sus filmes no lograban entusiasmar a los críticos, al menos atraían al público por su técnica meticulosa y enredadas tramas, aunque ocasionalmente confrontó fracasos comerciales como en La hoguera de las vanidades y Ojos de víbora.

Siempre ansioso de capitalizar su experiencia en filmes de acción, de Palma encontró un rentable filón fílmico en Misión Imposible, antes una exitosa serie televisiva, y cuya fórmula parece inagotable después de inspirar dos episodios a fines de los 90, con otra secuela en camino para el 2004, siempre con Tom Cruise en el papel principal.

De Palma en decadencia

Pero de Palma no tardó en regresar al su género preferido, el suspenso, y con Mujer Fatal nos presenta una nueva muestra de su especialidad, aunque complicó demasiado el guión con detalles que exigen demasiada concentración y credulidad de un espectador acostumbrado a argumentos más simples y realistas. Insistiendo en imitar a su ídolo, se expuso nuevamente a que los críticos lo comparen con el desaparecido maestro, quedando obviamente en desventaja el pupilo. Aunque parece un riesgo calculado, no faltó quien le diera bajísimas calificaciones a Mujer Fatal, considerándola como una de sus obras menos logradas, llena de recursos efectistas y trillados (pantalla dividida, cámara lenta, panorámicas en círculo), además de una sensualidad pesada que –lejos de ser excitante- contrasta con el sugestivo erotismo light del cine de Hitchcock.

No hay duda que de Palma sigue aprisionado bajo la larga sombra de Hitchcock, y difícilmente se librará del lastre creado por su ambiciosa manía. Así, en lugar de construir un estilo propio o experimentar en nuevos derroteros, de Palma prefirió refugiarse en técnicas y filones probados, convirtiéndose en una fábrica de cintas escapistas y triviales. Es una lástima, porque al principio parecía ser el lógico sucesor del legendario ‘mago del suspenso’, quien nos diera muchas muestras del mejor suspenso cinematográfico. Esta apreciación se confirma nuevamente con Mujer Fatal, un filme interesante gracias a su temática, su lujosa producción y un buen trabajo actoral –especialmente el de Banderas- pero que peca por una falta de coherencia y seriedad, distando mucho de figurar entre los clásicos del género.