¡Que hermosa
es la vida
cuando se
mira a través de estos cristales!
Dan ganar de
irse tras sus hilos invisibles
ser lirio ser
espuma
ser fragancia
o ser amor
Luis
Mariano Rivera
Un
19 de agosto Luis Mariano Rivera inició una travesía que no
concluirá: la aventura de ir al hallazgo de la vida, en sus
más pequeñas y diminutas manifestaciones, como una manera
de encontrarse a si mismo, parte de una especie maravillosa
y maravillada, capaz de trascender las cercas para remontar
el vuelo del corazón hasta los confines de lo
extraordinariamente humano.
Su difícil,
tortuoso, desolado andar por tierras ajenas y espacios de
otros, no fue obstáculo para que construyera una residencia
cancunchú en el centro mismo de su desesperanza. Su signo
y su clave es ese poder creador de transmutar la pena por el
aleteo del vuelo tucusito, y de descubrir en cada objeto la
verdadera esencia de su ser y devenir.
No le hizo falta
escuela ni títulos académicos para que su canto se hiciera
melodía y su palabra verso de agigantías. Su obra tiene la
dimensión de los poetas llamados mayores.
El problema real
reside en que no hay tal distincion ni tal diferencia. La
creación es lo que define al hombre y puede expresarse de
muchas maneras. Y como la historia hasta ahora no le permite
desarrollar ese poder creador de manera
individual-colectiva, sino que lo cerca y limita, escinde y
espanta hasta el punto de que no es capaz de reconocerse a
si mismo, entonces unos toman la palabra por otros.
La literatura y
el arte son accidentes de la historia. De modo alguno son
manifestaciones o expresiones de privilegiados actores. Y
sólo adquirirán su sentido mayor cuando el hombre en su
totalidad, liberado de toda atadura, deje correr libre su
pasión creadora, su ternura contenida, su mirar de niño, su
esencia de observador del universo y de los pasajes más
diminutos que construyen las hormigas en sus tareas de
sobrevivencia y reproducción.
Luis Mariano
hasta hoy se le ha mantenido bajo las cercas de una tal
llamada cultura popular, que no es más que una trampa, para
no invadir el espacio de los 'consagrados'. Para no tener
que repensar el sentido y función del arte y del creador,
para no tener que enfrentar un poder vital que está mucho
más allá de libros, museos, bibliotecas y lienzos.
Luis Mariano es
la mejor expresión del hombre pájaro que atiende a las
dimensiones simétricas del vuelo. El hombre flor que
reconoce en cada pétalo la magia de una tierra florecida. El
hombre canto que traslada a las cuerdas infinitas de su
cuatro melodias que resuenan dúlcimas en el interior de
antiguas sinfonías y corales.
El hombre
hermano que es capaz de encontrar belleza y sabiduría en
cada gesto de la mujer que se dobla bajo el haz de leñas o
que se curte al sol para recoger los peces de las atarrayas,
o el sentir del campesino que comparte sus penurias como si
fuese la celebración de su abundancia.
Festejarlo no
puede tener otro sentido que el de encontrarlo en la hondura
de sus amaneceres y de alli salir a medirnos el traje de lo
humano que el bordó para nosotros con los estambres de las
flores, las hojitas de los nidos, el silbido de los sapitos,
el sabor de las cerecitas, el paisaje de la vida, asomado
tras cada camino reseco y devastado.
Sobre su vida y
su obra escribimos nuestra tesis doctoral, recogida en un
libro titulado: La trampa engaño de la cultura.
Aproximación a Luis Mariano Rivera. Un trabajo que se
hizo pacientemente y hurgando en los solares de Luis Mariano
y en el corazón de la Negra, su amada compañera, la cuerda
de su alegría. Antes habíamos tenido el privilegio de
publicar sus poemas, recogidos en un libro titulado:
Cantos de fragancia, amor y tierra.
En este nuevo
agosto invitamos a conocer estos materiales, a abrir la
discusion sobre estos temas, o simplemente, a escuchar sus
melodias, a leer sus versos, a recorrer sus pasos como una
convocatoria a la vida, el amor y la celebración.
merysananes@gmail.com