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Para reflexionar sobre el 3D - 2006
por Mery Sananes
jueves, 7 diciembre 2006

 

Algunos lectores nos preguntan sobre las bases y fundamentos que nos llevaron desde un inicio a anunciar que el GP no sería derrotado en las elecciones del 03D-06. Esto lo hemos mantenido por un largo tiempo. No estamos ante un régimen democrático y se impone actuar en consecuencia. Por ello, cuando se anuncia el proceso electoral presidencial para  el año en curso, señalamos que no habría cambio sino continuación del GP en sus funciones de conductor de la farsa llamada socialismo del siglo XXI.  

El 02/01/06  iniciamos esta prédica y la mantuvimos hasta el día anterior del  fraude-trampa que ahora adquiere otra dimensión y otra forma. No nos basamos en encuestas sino en el análisis-examen de los contenidos de la Historia Actual y del propio comportamiento de los actores.  

Esto nos llevó a afirmar que, en efecto, el 03D-06 se abriría un nuevo período en la cronología del chavismo, definido por la relegitimación del GP, la profundización de su ‘prédica socialista’ y antiimperialista, y de los métodos propios que ha venido aplicando quien reiteradamente ha insistido en que su tarea es acabar con las instituciones democráticas existentes para dar paso a un nuevo acontecer. 

Pero esa ‘nueva realidad’ no existe. El ‘proceso revolucionario’ se ha caracterizado por extender y hacer crecer las graves deficiencias, fallas y errores de la llamada cuarta república. Lo único novedoso es el discurso y la renovación de un discurso populista que ha permitido darle un nuevo cariz a las promesas-ofrecimientos, la tarifa-recompensa que exige a cambio la total adhesión a quien suministra la dádiva. En esto se sigue la vieja escuela adeca que tuvo su momento estelar en 1945, y luego en el violento bipartidismo que gobernó este ex-país desde 1958 al 1998. 

Y para simular esta realidad concreta, el ‘proceso’ se ha dedicado a crear una especie de ‘polo’ internacional ‘revolucionario’ que tiene como objetivo fundamental catapultar al GP como líder mundial de un movimiento de liberación, que no ha sido capaz de liberar aún a nadie del sojuzgamiento de la explotación, la utilización y la miseria. Algo que tiene más que espacio en un mundo signado por la guerra, las desigualdades y las leyes del imperio del capital, al cual no escapa ninguno de los reductos ‘revolucionarios’, sea cual sea su expresión local. 

Estamos, y lo hemos reiterado, ante un conflicto de gigantescas proporciones entre quienes administran, dirigen y se benefician de los grandes capitales mundiales. Aquí no hay ninguna opción para el hombre como colectivo, con derecho a una vida con mínimas condiciones de subsistencia. Aquí, en la propia raíz de este devastador acontecer, nadie apuesta al hombre, a su preterida condición. Se apuesta al beneficio, al poder, a la acumulación, al dominio global. 

Por ello, los opuestos se juntan a la final en sus objetivos, sus procedimientos, sus técnicas y su capacidad criminal. El hombre, como ha ocurrido hasta ahora en la historia de la humanidad, está excluido como actor. 

Nada de esto parecen comprender las llamadas oposiciones y  muchos quienes, como ayer, en las más diversas coordenadas de este planeta, se han puesto del lado de las causas que creyeron y creen más justas. 

La ubicación, en esta polarización a la que nos han conducido de manera tramposa y engañosa, no pasa por ideología o comprensión alguna de lo que ocurre.  Transita por la emoción, por la capacidad intrínseca del hombre, de sacrificarse por lo que cree es un ideal. 

Más allá de él, se levanta la violencia más criminal, como la forma de conducir este mundo, a colocar sus capitales en las manos de quienes se los han apropiado. Esta es la gigantesca tragedia del mundo. 

Y en nuestro caso particular, y en cuanto se refiere a este expaís, las oposiciones han sido el principal aval-soporte de este régimen tramposo. O no entienden o no quieren entender. Su visión no va más allá de ubicarse  en los planos en los que tengan acceso a algún poder de negociación. Y eso pasa por las más atroces de las complicidades. 

Los sacrificados son los de siempre, los que se colocan en la primera fila, los que no tienen nombre, los que carecen de dolientes, llámense los masacrados del 27F-89 o los masacrados en las cárceles, en las calles,  en los barrios, en los hospitales, de esta ‘revolución’ que jamás ha alcanzado el calificativo ni de bonita ni de pacífica. 

La ignorancia, consciente o no, la capacidad de negociación-complicidad, de esas oposiciones, llegó tan lejos en la tarea que le fue encomendada de legitimar, avalar, ‘democratizar’ al GP y su régimen, que contribuyeron con su gesto no sólo a hacer creer que este es un pueblo ‘chavista’, sino que además siempre lo ha sido. 

La fiesta democrática ahora demostró  que hasta las smartmatic son confiables, que las captahuellas   son el mejor instrumento para garantizar la pureza de las elecciones y que basta conformarse con el 54% de las cajas auditadas, para demostrar la honestidad-transparencia de un proceso eleccionario, que resulta la envidia de todos los países del mundo. 

Estamos seguros de que ahora no sólo exportaremos ‘la revolución’ sino el sistema electoral que le permite ocupar un lugar privilegiado en el universo de los demócratas. Gracias, oposiciones, por los favores concedidos.  

A estas alturas, hay que poner hasta en duda el fraude del 15Ag.-04, cantado por el mismo gobierno, porque el chavismo cuenta con más de siete millones de votos reconocidos como pulcros y limpios por la propia oposición. 

El panorama hoy no debe sorprender a nadie. Pero impone tareas mucho más complicadas y difíciles para ese colectivo dejado a su suerte, tanto por los negociadores chavistas como por quienes dicen adversarlo. Tal vez ahora se pueda avanzar en dirección a una acción colectiva, consciente y organizada, de carácter y condición horizontal, que nos permita apartarnos de los dos polos de una misma historia de atraso, miseria y crimen, y construir un movimiento con la gente, de condición pacífica, para construir una nueva opción a lo queda aquí de país. 

Conviene recordar asimismo que esta victoria del GP, es también un nuevo paso hacia un  proceso de implosiones que ya ha marcado huellas. Vamos hacia una estabilidad en el marco de la más profunda inestabilidad. Y es allí donde debería estar la fuerza capaz de abrir otros caminos. Porque ante su ausencia-silencio se consolidará en el reino de la permanencia la maquinaria destructora  que avanza a pasos agigantados.

merysananes@gmail.com

 
 
 
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