¿Cómo fue
que
Medellín
redujo la
violencia?
por
Marino
González
martes, 17
junio 2008
La
ciudad más violenta del mundo. Así se conocía a Medellín.
Decenas de miles de muertes violentas se produjeron en esta
ciudad colombiana en la última década del siglo pasado.
Decir Medellín era sinónimo de muerte, inseguridad,
narcotráfico, violencia. Ya no es así.
A través del esfuerzo concertado de su población, Medellín
derrotó a la violencia. En el sitio web de la Alcaldía de
Medellín se pueden encontrar algunas pistas para enfrentar
la inseguridad ciudadana, ahora que Venezuela es considerada
como uno de los países más violentos.
En el año 2002 en Medellín ocurrían 184 homicidios por cada
100.000 habitantes. En una ciudad de 2 millones de
habitantes eso significaba alrededor de 3.600 homicidios al
año. Según las cifras oficiales, en apenas un año la tasa de
homicidios fue reducida a la mitad. En el año 2007 la tasa
de homicidios era casi nueve veces menor, esto es, 26,3
homicidios por cada 100.000 habitantes. ¿Cómo lo hicieron?
El eje central fue modificar los factores que influían en la
violencia de la ciudad. Al igual que muchos problemas
públicos, el secreto no es tan difícil de imaginar. Se trata
de identificar los factores más influyentes y actuar sobre
ellos de manera sostenida y a través de acuerdos de toda la
sociedad. Es claro que sin un marco nacional contra la
violencia el éxito no hubiera sido tan rápido.
Dentro de las medidas a destacar se encuentra la elaboración
del Manual de Convivencia Ciudadana con la participación de
25.000 ciudadanos. También la firma del "Pacto Social de
Civilidad" respaldado por más de 20.000 firmas.
Desarrollando programas de formación ciudadana se lograron
sensibilizar casi 600.000 ciudadanos sobre los contenidos
del Manual de Convivencia Ciudadana.
También se logró la firma y ejecución de 24 Pactos
Ciudadanos en los proyectos estratégicos de la ciudad. Estos
pactos persiguen el uso adecuado de los espacios públicos y
el equipamiento de los pro! yectos u rbanos. Otro logro fue
la modernización de los organismos de seguridad y justicia.
Se crearon nuevas estaciones de policía y se adecuaron
otras. Se creó el Centro de Investigación de Explosivos. Así
mismo se establecieron la Unidad Permanente de Derechos
Humanos y la Unidad Permanente de Justicia.
La ciudad se preocupó por la formación para el trabajo y la
inserción laboral. Más de 12.000 jóvenes se beneficiaron de
estos programas. El número de jóvenes capacitados se
multiplicó por cien en menos de cuatro años.
Otra prioridad de este esfuerzo de la ciudad fue la
reconciliación y la paz. El regreso a la legalidad de los
desmovilizados se basó en el acompañamiento psico-social y
la educación, entre otras intervenciones. Todo ello con
verificación por parte de la OEA y de la Organización
Internacional de Migraciones. Como resultado, más de la
mitad de los 4.000 desmovilizados estaban estudiando en el
año 2007. Casi el 80% de los desmovilizados recibían
acompañamiento psico-social para ese mismo año.
Todo este esfuerzo sólo fue posible por el acuerdo de muchos
sectores. La ciudad de Medellín se cansó de aceptar la
violencia. Con el liderazgo de sus autoridades y la suma de
muchas instituciones y personas, la ciudad es hoy más segura
y un centro de atracción para la inversión en Colombia. Es
una ciudad reconciliada y en paz.
En
menos de seis años. Demostración clara de que las políticas
públicas pueden ser exitosas aún en las condiciones más
adversas. Evidencia de que no hay que esperar muchos años
para conseguir mejorías. Es cuestión de ponerse de acuerdo y
actuar en consecuencia. Sigamos el ejemplo de Medellín.
Dejemos de ser la ciudad más violenta de América Latina.