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Mentiras,
medios y política ¿Quién dijo que gobernar era algo fácil? Al menos la interrogante es valida solo para los líderes democráticos, porque a decir verdad para Castro, Pinochet y Hussein, entre otros que nunca se vieron sometidos a ejercer un mínimo de transparencia en sus actos, tiranizar a sus pueblos fue una tarea relativamente fácil. Excepcionalmente cuando un dictador justifica sus decisiones, lo hace bien sea para cuidar su imagen, o para limpiar – de ser posible - su conciencia; pero en el fondo los dictadores no le rinden cuentas a nadie. Sin embargo, en la actualidad, para los pichones de tirano, la empresa no es tan fácil; la Democracia se ha ido regando a través del mundo cual plaga, y los tiranitos deben respetar a sus pueblos. Un ejemplo de la obligación que tienen los demócratas de decir la verdad, lo constituye la candente polémica que viven Bush y Blair respectivamente. Aparentemente, Bush habría mentido para justificar su intervención en Irak; y el affaire Kelly no hace sino aumentar la sospecha de que Blair y su entorno, habrían redundado sobre el peligro iraquí. Desde ya podemos vislumbrar que ambos pagaran electoralmente, las mentiras – que habrían – justificado sus políticas. ¿Pero frente a un problema moral, por qué cierta opinión publica se inclina en las primeras de cambio, por una actitud maniquea? Primero fue el New York Times, ahora es la BBC que derrapa de igual manera. Bush y Blair, héroes y villanos; ¿será todo tan simple? Entonces si lo importante no es que la coalición haya sacado del
poder a Hussein, para aquéllos que creemos en la democracia, la
libertad, el progreso y que hasta soñamos con instituciones de orden
internacional; ¿Habrá entonces que dejar prosperar – si no es ya
demasiado tarde – a Corea del Norte? Igualmente debemos hacernos los
locos en cuanto a las amenazas nucleares de ciertos países como
Pakistán, por ejemplo. ¿ en qué quedamos? La preocupación y el espíritu, expresados por el gobierno de la
democracia más importante del mundo, no son necesariamente
incorrectos; sin embargo, lo chocante, es el estilo de los halcones de
la Casa Blanca al momento de expresarse y de responder a las
interrogantes que el mundo libre se hace. Unilateralismo e
hipocresía.
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