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Mentiras, medios y política
por Luis DE LION
Lunes, 21 de Julio 2003


¿Quién dijo que gobernar era algo fácil? Al menos la interrogante es valida solo para los líderes democráticos, porque a decir verdad para Castro, Pinochet y Hussein, entre otros que nunca se vieron sometidos a ejercer un mínimo de transparencia en sus actos, tiranizar a sus pueblos fue una tarea relativamente fácil. Excepcionalmente cuando un dictador justifica sus decisiones, lo hace bien sea para cuidar su imagen, o para limpiar – de ser posible - su conciencia; pero en el fondo los dictadores no le rinden cuentas a nadie.

Sin embargo, en la actualidad, para los pichones de tirano, la empresa no es tan fácil; la Democracia se ha ido regando a través del mundo cual plaga, y los tiranitos deben respetar a sus pueblos.

Un ejemplo de la obligación que tienen los demócratas de decir la verdad, lo constituye la candente polémica que viven Bush y Blair respectivamente. Aparentemente, Bush habría mentido para justificar su intervención en Irak; y el affaire Kelly no hace sino aumentar la sospecha de que Blair y su entorno, habrían redundado sobre el peligro iraquí.

Desde ya podemos vislumbrar que ambos pagaran electoralmente, las mentiras – que habrían – justificado sus políticas.

¿Pero frente a un problema moral, por qué cierta opinión publica se inclina en las primeras de cambio, por una actitud maniquea? Primero fue el New York Times, ahora es la BBC que derrapa de igual manera. Bush y Blair, héroes y villanos; ¿será todo tan simple?

Entonces si lo importante no es que la coalición haya sacado del poder a Hussein, para aquéllos que creemos en la democracia, la libertad, el progreso y que hasta soñamos con instituciones de orden internacional; ¿Habrá entonces que dejar prosperar – si no es ya demasiado tarde – a Corea del Norte? Igualmente debemos hacernos los locos en cuanto a las amenazas nucleares de ciertos países como Pakistán, por ejemplo. ¿ en qué quedamos?

La preocupación y el espíritu, expresados por el gobierno de la democracia más importante del mundo, no son necesariamente incorrectos; sin embargo, lo chocante, es el estilo de los halcones de la Casa Blanca al momento de expresarse y de responder a las interrogantes que el mundo libre se hace. Unilateralismo e hipocresía.
Pero si los Estados Unidos son la democracia más grande, es entre otras cosas, porque para ellos la eficacia siempre dice la ultima palabra.


En ese sentido, cual será el papel de ese otro extenso y rico territorio democrático que es Europa; es importante la actitud de la segunda referencia democrática del planeta. Si bien para la defensa de los valores democráticos universales, es indispensable una potencia política y militar; entonces ojalá Europa se ponga manos a la obra, y que su actitud y su posición en la reciente crisis iraquí no haya representado su ultima palabra.