Inicio | Editor | Contáctenos 
 

La ruta del gorila
por Macky Arenas
martes, 27 enero 2009


La demagogia es el don de hipnotizar para convencer de aquello en lo no se cree. Mientras lo crean los demás es suficiente. Eso permite ganar tiempo en el camino hacia un estadio en el cual no haga falta la demagogia porque no será sino la obediencia. Es la ruta de todo gorila, de esos que han proliferado a lo largo de la historia.

Pero el caso es que aquello que les sirve para convencer a las masas es insuficiente para mantenerlos fieles a sus propias convicciones. Eso, en el entendido de que tengan alguna distinta a mantenerse en el poder. Suelen ser pesados y compactos como una cosa bruta. De allí que el hastío popular los haya bautizado "gorilas". Son romos de mente, vulgares, fanáticos de la estridencia, monumentales para no dejar espacio a los matices. Quisieran ser dramáticos, pero la tragedia es que ni siquiera son serios. A falta de convicciones, el juego se agota. Y el gorila se desploma, pesado como una vieja máquina de escribir.

Creen que después de ellos viene el diluvio y ese es el camerino detrás del cual esconden la usurpación. Todo fascista confunde utilidad con verdad. Se presentan como el dique de contención de males mayores, de guerras civiles y de apocalípticas revueltas, cuando en realidad representan para sus pueblos lo que ellos no desean sino para sus enemigos.

Son "mágicos" por lo versátiles, pero asombra hasta el delirio su inconsistencia. Por eso es que no escuchan crecer la hierba y, un buen día, amanece amotinado el rebaño que se despierta de "creer, obedecer y luchar". Y jamás llegan a comprender cómo fue que la ruta hacia la monarquía absoluta los condujo directo al desván de la historia.

Cómo fue que Mussolini, soñando con ser Emperador de Europa, terminó edecán de un cabo austríaco: Adolfo Hitler? Cómo pudo suceder que el ideólogo del terror francés, arquitecto de las los "Colectivos" de la Revolución, el Abate Siegès, fuera a parar en redactor del entramado legal del autócrata Napoleón? Mucho más sencillo es comprender que este igualado, con ínfulas de Libertador, carenara arrimado al Fidel de la decrepitud. Ir a contracorriente de la historia lo hace insignificante hasta como enemigo.

Nadie quiere anotarse en la ruta del gorila. Por muy sugestivo que llegue a ser el mito en el poder, ya es sólo una patética minoría la que se come el cuento de que "la Revolución es una idea con bayonetas". Porque nadie come de las ideas y menos de las bayonetas. Por eso, uno más color-pueblo que él lo emplazó a que abra el puño y desinfle el pecho, porque eso no pasa de ser una infelíz caricatura del mandante. Ciertamente no hay epitafio más miserable para una vida, que ser recordado como aquél cuya grandeza consiste en lo que pudo haber hecho por su país y cuya pequeñez reside en lo que hizo.

mackyar@gmail.com


© Copyright 2007 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.