Hay un dicho
criollo muy sabio: “No gastes pólvora en zamuros”. Para
resolver un problema hay que ir al centro, a la causa, a la
razón por la cual la solución se retarda. Si merodeamos los
alrededores, jamás saldremos del lío, cualquiera que sea.
Posponer ciertas cosas podría ser fatal. Otra de nuestras
consejas reza: “No dejes para mañana lo que puedes hacer
hoy”. Algo similar recomienda el que te sugiere: “El mal
camino, andarlo pronto”.
Los venezolanos,
tanto en política como en cualquier otro aspecto de la vida
social, siempre hemos sido directos porque básicamente hemos
sido sinceros, francos, diría que hasta ingenuos. Puede ser
que vivos y hasta motolitos, pero buena gente. De eso se
aprovechan quienes saben que no tenemos el alma sucia ni la
capacidad para engañar al punto de perjudicar a conciencia.
Por eso ha prolongado su dominio este modelo
castrista-comunista, extraño a nosotros, basado en el fraude
y la mentira. Por eso creemos que darle tiempo al tiempo
podría desandar este camino. Y también, todavía, hay quienes
piensan que los males que padecemos son culpa de
funcionarios que traicionan al Presidente y entonces vemos
como cierta gentecita, agobiada por las penurias, de buena
fe, claman ante un micrófono: “Presidente, lo están
engañando, por favor escúchenos!”. Esa gentecita, tanto
como muchos líderes que lo llaman al diálogo y a la
reconciliación, gastan pólvora en zamuros. Ni lo están
engañando ni es posible entenderse con este régimen, a menos
que sea andando a cuatro patas.
Aquí no hay sino
un camino: salir de Chávez y de esa costra de comunistas a
quienes le ha entregado el país y que se han cogido la vega
pa’potrero. Rescatar nuestra legalidad, hacer respetar
nuestros derechos, impedir que nos impongan leyes que violan
la Constitución, rechazar las humillaciones con que ese
impostor nos insulta cada día. Reivindicar la dignidad de
nuestra nación. Esta sociedad debe resistirse a entrar por
el riel de estas leyes “prèt-a-porter” que Chávez ha
trazado, a sabiendas de que con ello desconoce la voluntad
que el pueblo dejó clara el 2D. No hay que darle largas. Hay
que levantar estructuras para el desacato. ¿El desconoce la
Constitución y nuestra mayoritaria voluntad? Pues en
legítima defensa, el país lo desconocerá a él y a cuantos
lo secunden. Hacia allá vamos. En esos términos él lo ha
planteado y tendrá que enfrentar las consecuencias.
¿Qué sentido
tiene engancharse con los payasos cuando el tema es el dueño
del circo? Un ministro –aún el más empinao- pinta tanto como
un malandro de La Piedrita. Hoy cacarea como gallo y mañana
llora como gallina. Todo depende de aquél que cree que este
país es su hacienda personal y se pasea como elefante en
cristalería llevándose por delante lo que señala con su dedo
índice. Por menos los hondureños se sacudieron, también los
bolivianos; y los argentinos, que de nada le montan un paro
que eriza de pies a cabeza a la altiva señora Kichner. Como
un instrumento que si no se practica se pierde, el amor
propio, la estima, si no se hacen respetar hasta se olvidan.
Aquí no se trata
de una ley, se trata de un alambrado de púas que convertirá
en legal todo aquello que es ilegal, inmoral, antivenezolano.
Podrá haber leyes más sensibles que otras para uno u otro
sector. Pero el asunto es que, sin excepción, van dirigidas
a anclar la dominación como forma de gobierno en Venezuela.
De nosotros depende si lo permitimos o no. No gastemos
pólvora en zamuros.
mackyar@gmail.com