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La SIP en Caracas
por Macky Arenas
lunes, 24 marzo 2008


Esta semana se cumplirá una nueva jornada por la defensa de la libertad de expresión en el continente americano y el epicentro será Caracas. Los más destacados editores, directores de diarios, periodistas, organizaciones sociales, sectores académicos y de la cultura en general, fundaciones y personalidades de las Américas, se dan cita en los encuentros hemisféricos que promueve la Sociedad interamericana de Prensa. Los gobernantes, Presidentes, Jefes de Gobierno y Primeros Ministros, son invitados a inaugurar las  deliberaciones y su palabra es escuchada por quienes mueven las comunicaciones en esta parte del mundo. 

Los convoca la profunda convicción de que la libertad de prensa, como sinónimo de la libertad de expresión a través de los medios técnicos de comunicación social masiva, integra la categoría de libertades estratégicas, presupuesto indispensable para preservar y consolidar las restantes libertades que conforman la dignidad humana.  

Los estadistas, los pensadores eminentes y quienes ejercen un periodismo profesional, con arreglo a valores, comprenden sin dificultad que la etapa de la historia de la humanidad a la cual nos enfrentamos comporta una novedad: es la era de la comunicación social, que no admite fronteras ni mucho menos está supeditada al poder del Estado o intereses sectoriales; que rechaza las ideologías y toda preconcepción sobre una visión estática de la vida social. 

Otro detalle es que este período coincide con la formación de una sociedad supraestatal, en cuyo seno se gesta un proceso de creciente desregulación en los medios de prensa que excluye la intromisión gubernamental para limitar sus contenidos. Estos son los grandes temas que marcan la actualidad en los foros del mundo. 

Sin embargo, a pesar de las firmes tendencias que propician la desregulación de la libertad de prensa,  hay dos factores  que impiden disfrutar de los beneficios de la libertad de pensamiento y expresión: las normas jurídicas que regulan esas libertades en 24 países americanos y la impunidad que se alza como un negro velo sobre los crímenes contra periodistas.  

No obstante la adhesión a la Declaración de Chapultepec, cuyo concepto básico es que “ninguna ley o acto de gobierno puede limitar la libertad de expresión o de prensa, sin importar el medio de que se trate”, los gobiernos aún presentan resistencias a la realidad de que la subsistencia de un sistema político está condicionada a la necesidad de armonizar los reclamos de la sociedad, transmitidos por los medios de comunicación. 

Escuchamos señalamientos contra los medios, a veces cargados de agria hostilidad, pero vienen de quienes, manifestándose públicamente a favor de la libertad de prensa,  viven con  un lema: “Muera quien no piensa igual que yo”. Y como las libertades no llegan por actos de magia, si no hay firmeza,  convicción y persistencia en asumir su defensa en cada espacio y en cada momento, el riesgo de perderla o el drama de jamás disfrutarla, serán una amarga condena.

mackyar@gmail.com


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