Entre la
vergüenza
y la
guerra por
Macky
Arenas
lunes, 21
enero 2008
Durante
la II Guerra Mundial y ante la cobarde capitulación de
Munich, Churchill pronuncio un discurso ante Chamberlain y
sus colegas en el cual les dijo: " Se os dio a elegir entre
la vergüenza y la guerra. Habéis escogido la vergüenza y
tendréis la guerra". Eso fue un duro reproche a los
responsables de una decisión timorata que costo mucho, no
solo a Inglaterra, sino a toda Europa. Churchill fue un gran
visionario cuando resumió en esa frase lo grave que pueden
resultar ciertas decisiones políticas que se toman corriendo
arrugas en función de lo que llaman "el menor costo". Muy
pronto comprobarían cuanta razón le asistía.
El domingo, de nuevo, ocho millones de cubanos acudieron a
las urnas para conformar un nuevo parlamento. Como
autómatas, caminaban hacia los centros electorales entre
vallas publicitarias que les recordaban votar "por nuestras
ideas y nuestros valores", cuando todos sabemos que se
impondrían indefectiblemente las ideas y los valores de la
jerarquía del régimen y que, una vez mas, los delegados a
las asambleas nacionales y provinciales del poder popular
serán los que designen quienes mandan en Cuba. Es imposible
conocer, bajo esas circunstancias, lo que verdaderamente
piensa y desea el pueblo cubano. En eso tienen medio siglo.
En Venezuela sabemos perfectamente, sin necesidad de un
Churchill que se adelante a los hechos, a que nos estamos
exponiendo. Tenemos permanentemente exhibido en vitrina, lo
que significa que no se haya actuado a tiempo para evitar
tantos anos de vergüenza y dolor al pueblo cubano; sabemos
lo que ha sufrido y sigue sufriendo el pueblo colombiano,
nuestro vecino puerta con puerta, con las distorsiones y
tragedias que ha traído a esa sociedad la narco guerrilla.
Se nos esta dando a escoger entre detener la locura de
nuestra anexión al terrorismo internacional y jugarnos el
todo por dar un giro radical a la situación que vivimos. El
"todo" porque todos estamos en serio peligro.
Quienes ahora podrían influir decisivamente en el
desencadenamiento de acciones que pusieran fin al proyecto
que se adelanta para convertir a Venezuela en el aliviadero
de cuanto forajido pulule por los alrededores, encuentran
muchas dificultades para unir esfuerzos. Quienes hoy pueden
hacer peso para conseguir que nuestro país salga de la
humillación de orbitar en torno al vetusto eje castrista,
piensan que tal vez sea menos traumático dejar hacer y dejar
pasar, a ver que sale y cuando se sale.... Mientras tanto,
el "virrey" (nuevo nombre del embajador) cubano se da el
impúdico lujo de repartir dólares venezolanos con la
chequera y la concupiscencia de Chávez. Seguiremos "de la
vista gorda"? Es probable que tengan ante si los voceros
políticos de este país la hora de escoger entre la vergüenza
y la guerra. No sabemos si la verán. Pero lo único seguro es
que si la elección es equivocada, tendremos ambas.