Una
pregunta que recurre a mi mente desde el súbito nombramiento
de Isaías Rodríguez en el TSJ : por qué no se restituye a
los inhabilitados electorales en el disfrute de sus derechos
políticos? No sólo el delito que motiva del proceso sino la
responsabilidad del cargo que ejerció el ex –Fiscal,
constituyen un agravante en su caso que contrasta de manera
patética con cualesquiera sean las razones detrás de la
medida contra los demás.
Después de todo, sobre estos no pesa el señalamiento tan
grave que ha llevado al régimen a blindar a aquél, al punto
de colocarle la armadura de “magistrado”. Caballero del
Régimen. Como aquél Gouveia que mató y voló, con alas rojas-
rojitas. Nada más y nada menos que autor intelectual de un
crimen. Es obvio el que fundadas sospechas, serias
acusaciones y aterradores testimonios han llevado a la
desesperada protección de uno de los que aparece al extremo
del índice acusador. La misma acusación que, sin indicios ni
pruebas y mucho menos testigos, se lanzó contra la
periodista Patricia Poleo y que la mantiene exiliada de su
país, sin blindaje y sin recurso. Dicen que la maldad “se
devuelve”. En el caso del ungido del régimen, todos a una,
como Fuenteovejuna, lo cubrieron con sus cuerpos en un
inédito e impúdico escudo protector.
Es evidente que el asunto huele a podrido y tratan de
perfumar el caso, sin recordar que la esencia sobre la
hedentina es igual a pachulí. Es claro que importantes
tuercas de la maquinaria oficialista se están aflojando y no
todos están dispuestos a reforzarlas. Es allí donde entra en
juego un paraván judicial que asegure las orillas de la
alfombra.
La puntilla que acaba con la poca confianza que alguno
podría mantener en el máximo referente judicial en
Venezuela, se la acaban de hundir en el plexo solar, al más
impecable estilo Chacumbele. Un “flaicito de los dioses”,
como diría el ilustre Oscar Yánes, que lanzan desde el
tambaleante poder: cómo ofrecer un salvavidas al Fiscal y no
tirar ni una cuerdita a los inhabilitados? Será que no
batearán tampoco esta vez? En política hay un solo sentido
que no se puede perder, el de la oportunidad. O todos
terminamos hediondos a pachulí. Llegarán hasta donde los
dejemos llegar.