Un día después del
enfrentamiento civil en Cochabamba que dejó dos muertos, el
escritor y hombre de izquierda, José Antonio Quiroga,
conversó con La Razón para analizar el nuevo episodio de la
crisis política del país. Quiroga, un intelectual, estuvo
muy cerca del actual Primer Mandatario. Lo acompañó en sus
tiempos de líder cocalero, al punto que Morales quiso
convertirlo en su candidato a la Vicepresidencia para las
elecciones del 2002. Éste es el diálogo.
¿Encuentra una visión clara en el proyecto de cambio que
impulsa el presidente Evo Morales?
 |
José Antonio Quiroga |
A estas alturas distingo dos
cosas claras. Uno, el MAS tiene una estrategia de poder,
pero lo que no tiene es un proyecto nacional. En el discurso
que el vicepresidente García Linera pronunció en Warisata,
en septiembre pasado, dijo que el MAS había ganado el
gobierno, pero que aún no tiene el poder. Y esto lo repite
Evo Morales con mucha frecuencia. Y tener el poder, según
García Linera, es tener todo el poder político, el económico
y el simbólico. En ese discurso, dijo también que el sujeto
histórico de este proyecto, son los pueblos indígenas. Es
decir que todos los demás sectores sociales deben
subordinarse a esa centralidad de lo indígena.
Lo que vemos en las últimas semanas es el despliegue de esta
estrategia, ya en su fase ampliada. Han controlado la Corte
Suprema de Justicia, ahora viene una campaña de
hostigamiento a los prefectos, destinada a anularlos o
sacarlos del cargo.
Hace un mes y medio, en un congreso o ampliado, el MAS
desconoció las autonomías departamentales y la sustituyó por
la autonomía indígena. Y la negativa de reconocer la
legitimidad de la demanda autonómica ha llevado a un clima
de confrontación en todo el país, que atraviesa
horizontalmente a toda la sociedad boliviana.
¿Podría identificar las corrientes del MAS que se impusieron
internamente para aplicar esa estrategia?
El MAS no es una organización democrática. No tolera
procesos internos de deliberación. Eso lo sustituye con
ampliados masivos que hace principalmente en el Chapare. Por
ejemplo en la Constituyente no se admite disenso ni la
deliberación interna.
¿Es decir que los ampliados que el MAS lleva adelante no
tienen sentido?
Los ampliados en el MAS se hacen para convalidar la decisión
a la que el jefe llegó con un pequeño grupo de
colaboradores. Los principales decisores del Gobierno y del
MAS no son masistas, son gente que se incorporó en la etapa
última.
¿De quiénes está hablando?
 |
Alvaro García Linera
Vicepresidente de Bolivia |
Estoy hablando de Álvaro García
Linera, de Juan Ramón Quintana, de Wálter Chávez, quien
tiene una importancia enorme en este Gobierno. Por eso, en
una oportunidad, lo llamaron el primer ministro de Evo
Morales; también está Álex Contreras, en fin. Si se ven los
registros del MAS, ninguno de ellos estaba antes de la
campaña electoral del 2005, se han incorporado tardíamente,
pero ese pequeño grupo toma las decisiones que luego son
validadas por el ampliado. En los ampliados podría haber un
matiz, pero se hace lo que dice el jefe.
El miércoles un dirigente sindical de Cochabamba declaró que
el MAS estaba utilizando a los sectores sociales de
Cochabamba. ¿Usted considera que los movimientos sociales
son manipulados?
Este Gobierno se presenta como el de los movimientos
sociales, pero eso no ocurre en los hechos. Éste es el
gobierno de una pequeña camarilla que rodea a Evo Morales,
es decir Morales y un pequeño grupo, que tiene una gran
capacidad para movilizar ciertos sindicatos, y ciertos
núcleos sociales, algunos de ellos muy numerosos. Sin
embargo, no son todos los movimientos sociales, ni todos los
sindicatos, ni todos los pueblos indígenas del país.
Pasará un tiempo para que en el movimiento popular se
diferencien las posiciones favorables al partido de gobierno
de las otras. Sin embargo, claramente la Central Obrera
Boliviana no está adscrita a este proyecto, critica a
Morales por no haber hecho la nacionalización de los
hidrocarburos.
Sin embargo, ¿cómo entiende que los campesinos, los
indígenas, las personas de sectores populares defiendan con
pasión al Presidente?
Se sienten identificados con Evo Morales. Evo Morales es la
más clara expresión del autoritarismo sindical, sin embargo,
todos los sindicatos que apoyan al MAS se sienten muy
representados, y, además, algunos sectores de etapas medias
y muchísimos intelectuales. Hay una adscripción a este
proceso, porque es lo más distinto al sistema de la
democracia pactada y lo más próximo a un ideal de la
izquierda de los 70, el de la Revolución Cubana, el del
partido único del socialismo. Éste es el ideal de revolución
que se obtiene por la lucha armada y en otros por la vía de
las urnas.
El Presidente ha iniciado el año con señales políticas que
parecen apuntar a que ha cambiado de rumbo, para determinar
su proyecto político. ¿Realmente es así?
Claramente comenzamos con la aplicación de lo que el MAS
decidió en su último congreso, que fue a fines del año
pasado, y que Román Loayza la sintetizó en cuatro palabras:
"Presión, presión, presión y presión". Y el punto de quiebre
para esta decisión fue la realización de los cabildos a
favor de la autonomía en cuatro departamentos, y
posteriormente el cabildo de Cochabamba. Le han mostrado al
MAS la dimensión que ha cobrado la oposición en las tierras
bajas de Bolivia y en Cochabamba. Y Álvaro García la llamó
"la nueva derecha".
El error más grave que ha cometido el MAS es hacer una
campaña por el NO en el referéndum autonómico. Hoy, el MAS
optó por desconocer las autonomías departamentales, y por
imponerse a la "media luna", con el argumento de que si no
lo hace, ellos van a terminar imponiéndose. Esta lógica no
admite ningún pacto ni acuerdo. Es la teoría del empate
catastrófico de la que hablaba Álvaro García; esta visión no
es democrática, porque en la democrática nadie termina
imponiéndose sobre nadie.
Este Gobierno quiere hacer toda la revolución en un año, eso
no es viable ni razonable. Y toda esa idea de que la
Asamblea debería ser originaria, autónoma, se vino abajo por
obra del propio MAS que hizo incluir que la Asamblea era
fundacional, la Constituyente depende del Poder Ejecutivo.
¿Es decir de ese grupo reducido de personas que maneja el
Gobierno?
Claro. En la última reunión que tuvieron con Evo Morales,
los asambleístas se quejaron de la intromisión de este grupo
de 4 ó 5 personas en la Asamblea. Denunciaron claramente a
Héctor Arce, pero Evo Morales hizo lo que siempre hace. Los
acusó de ser agentes de Podemos, de Goni, o de la CIA. Por
primera vez, un grupo grande de asambleístas le dijeron que
no iban a tolerar más intromisiones del Poder Ejecutivo,
pero el Presidente fue muy claro, les dijo que se va a hacer
lo que él dice.
El autoritarismo llegó al momento más elevado. El MAS está
yendo al control absoluto del poder, y va a tener una
resistencia muy grande y creo que va a fracasar en el
intento.
¿Usted cree que la estrategia que se ha manifestado esta
semana estaba prevista así?
Han intentado quebrar lo que seguramente pensaban era el
eslabón más débil. La idea en Cochabamba es sacar al
Prefecto, porque no les cae bien, porque quiere hacer un
referéndum sobre autonomías, lo que a mí me parece
inoportuno. Yo habría esperado a que concluya la Asamblea, a
que defina la autonomía y entonces habría hecho un nuevo
referéndum nacional para ver si los departamentos en los que
ganó el NO, quieren adscribirse al régimen autonómico. El
proceso demostrará que la autonomía es favorable para todos.
Para el MAS, los prefectos no pueden durar porque no son del
MAS. Ésa es una visión poco democrática. Esta gestión
política gubernamental es lamentable y va a llevar al MAS
hacia el fracaso estrepitoso y podría llevar al país a un
enfrentamiento que no hemos visto jamás en la historia
contemporánea del país.
¿Por qué dice que el proyecto del MAS podría fracasar?
Porque no hay salidas. El MAS plantea los conflictos sin
margen para la negociación ni para los acuerdos. El MAS
plantea los conflictos al punto de que cualquier retroceso
suyo es una traición inaceptable para los sectores sociales
que representa. Más aún, el Gobierno promueve la
confrontación; eso no lo habíamos visto en ninguno de los
gobiernos anteriores, tal vez sí en el gobierno del MNR en
1952.
¿Cree que el Gobierno avanza hacia un régimen totalitario?
Evo Morales quiere todo el poder, no le ha sido suficiente
la mayoría abrumadora. Bolivia está en una situación
económica sin precedentes, pero nunca la gestión política ha
sido tan desacertada. En lugar de que este Gobierno sea el
inicio de un nuevo ciclo estatal, podría convertirse en el
último capítulo de la crisis de Estado que estamos viviendo
desde el año 2000. Las cosas han llegado al punto en que la
única salida es que o el MAS retroceda y dé un viraje de 180
grados en su visión política, o estamos en las puertas de
una salida autoritaria.
Todo indica que estamos en el inicio de un periodo con un
país más enfrentado…
Estamos ya en una crisis política. Lo que está en juego en
Cochabamba es el destino del actual Gobierno, el del actual
proceso de cambio. Es la opción por la vía de la
confrontación revolucionaria. Creo que ya cruzamos la
delgada línea roja. Esto podría llevarnos a una
confrontación ampliada, a un golpe de Estado propiciado
desde el Gobierno o en contra de él, a la fragmentación
territorial o a la guerra civil.
* |
Artículo publicado originalmente en el diario, La
Razón |