Inicio | Editor | Contáctenos 
 

¿El ocaso de una luna de miel?
por Liko Pérez
martes, 29 febrero 2007


Sin discusión alguna, Suecia disfruta una de las democracias más “correctas” del planeta.

La sociedad sueca siempre está, y siempre ha estado, alerta a contrarrestar prejuicios y dar oportunidades, de muy buena fe, a las distintas propuestas democráticas que pululan el gran mundo.

De esta manera, y hasta ahora, Chávez había disfrutado de un silencio (y hasta de una aprobación tácita) que poco a poco se ha ido convirtiendo en un lastre de grandes proporciones.

La izquierda tradicional sueca, con su insana tendencia a insuflar novelescos sueños que reivindiquen la panacea social, siente poco a poco el terrible error en que ha incurrido.

De unos meses para acá, y luego de las constatadas jugarretas antidemocráticas del jefe bananero venezolano (La Habilitante como colmo), se respiran verdaderos aires de desconfianza contra la peregrina propuesta del socialismo del siglo XXI.

Los periodistas de tendencia izquierdista, poco a poco, no sólo han dejado de aupar la gran mentira sino que “avergonzados” tratan de recuperar un poco de la confianza que han perdido tras el devaneo del oro venezolano.

A pesar de los esfuerzos publicitarios de la chequera venezolana, los dividendos cada vez van siendo más escasos.

El periodista Håkan Forsberg (experto en Latinoamérica) del importante diario Svenska Dagbladet, publica el día lunes 26 de febrero del 2007 una entrevista digna de ser comentada.

http://www.svd.se/dynamiskt/utrikes/did_14703415.asp

Ya no encontramos en esta publicación las liviandades de hace unos meses atrás; aunque la discreción del periodista sigue siendo un poco lamentable.

Se trata de una entrevista a Carlos Escarrá donde la leyenda bajo su foto, reza de la siguiente manera: Carlos Escarrá es uno de los parlamentarios que apoyan al mandatario Hugo Chávez, a pesar de la crítica internacional por el poder absolutista del presidente.

Ante preguntas más tajantes que las utilizadas por el periodista en otras oportunidades, al referirse a la revolución venezolana, Escarrá (ante el lector sueco) deja mucho que desear desde el punto de vista democrático.

El sarcasmo, cosa muy odiada en la idiosincrasia sueca, juega un papel preponderante en las contestaciones del prácticamente desapercibido visitante venezolano (a no ser por la pequeña reseña de Forsberg en el diario sueco).

De la misma manera, en cada país de Europa percibimos el ocaso de una luna de miel que ha agotado su fascinación.

El divorcio Euro-venezolano del siglo XXI, gracias a los palpables y repetidos atropellos antidemocráticos de Hugo Rafael Chávez Frías, es algo que ya no se puede evitar.

Y hasta hacer negocios con la Venezuela de hoy, conlleva el peligro de exponerse a ser tildado de sobornado o manipulado por la malgastadora chequera del dictador tropical.
 


© Copyright 2007 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.