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Cucarachas y castillos
por Lucy Gómez  
domingo, 26 julio 2009


Creo que mi primer contacto con  Franz Kafka, a través de un tipo  llamado Gregorio Samsa, fue en bachillerato. Tenía unos profesores empeñados en la verdadera literatura y  con ella me dejaron problemas, como las pruebas de la existencia de  inconformes sociales   y como eliminarlos, que han sido para mí bombas  sembradas todo este tiempo en la mente.

Una de ellas es el recuerdo deslavado de alguien que despertó convertido en una cucaracha, un día cualquiera en su cuarto. Resultó ser Gregorio en el libro La Metamorfosis. Aunque después de la visita de un escarabajo pelotero a mi balcón, en estos días, creo que  he  estado equivocada de insecto.

En fin, me importa mas, a los fines de este artículo, otra obra  del padre de Gregorio, que recordé inmediatamente : El Castillo.

Ya sé donde se encuentra el  corazón del infierno  llamado   burocracia.  Vienen y van  a mi mente las palabras de Kafka en estos días, cuando   trato de descifrar, fracaso tras fracaso, los secretos de mi pulsión por obtener uno de los máximos objetos de deseo en Venezuela, los dólares a precio  oficial.

No se imaginan. Hay una sola  página, un  instructivo ofrecido gozosamente al público, de cómo hacer estas cosas, que publica  72 trámites, cada uno con tres o cuatro páginas de instrucciones.

Se llama  Acta de Consignación de Documentos. Usted la puede bajar e imprimir si es  lo que desea. O si quiere torturarse adecuadamente, léala y vuélvala a leer, bajela, compárela con otros objetos  poéticos modernos para  que se entienda la riqueza  existente en  trámites de tortura legal en mi país.

Cada  uno  de los documentos que se solicita  debe ser ofrecido en  carpetas marrones,” de fibra”.  Con etiquetas blancas escritas en tinta negra ( no azul, ni roja ¡¡¡por favor¡¡¡).

Hay que copiar cuidadosamente en la etiqueta de cada carpeta, el nombre del trámite con todas aquellas equivocaciones redaccionales terribles que pululan en el lenguaje burocrático criollo: “Solicitud de Registro y Autorización de Adquisición de Divisas para el Pago de Tarjetas de Crédito Consumo de Bienes y Servicios en el Exterior ( Viajes)  ( sic)”.

Hay que llevar  los “insumos” con la cabeza ( de uno )  en un ángulo aceptable, las carpetas marrones ( de fibra) debajo del brazo, para tomar un número en un banco, que también ha impreso sus instructivos ( totalmente divergentes del  gubernamental).

En la sala de espera  se encuentra uno con muchas otras personas con otras carpetas  diferentes, que  nos  dicen machaconamente  como y porqué la carpeta de uno no sirve.

Entonces, suena una alarma, sale nuestro número y nos enfrentamos a  la oficial de  verificación.

Ella ve las seis carpetas que llevamos para dos trámites y empieza raspándonos de una : “Hay que recortar  la  joroba de papel que tienen estos  separadores para destacar al cerrar la carpeta. Hay que colocar una hoja blanca con el nombre exacto del procedimiento, anotando el folio en la esquina superior derecha, también en tinta negra antes de cada documento solicitado, en letras y  el número entre paréntesis en la parte superior derecha. Esto está en azul de bolígrafo” ( Asco!!! ).

Los documentos deben ser presentados en las carpetas,  en estricto orden. Primero, el Acta de  Consignación de documentos, después la hoja blanca que debe decir  Solicitud de Registro, foliada. Luego la copia de la solicitud. Foliada. Otra hoja blanca o separador, que diga “Cédula de Identidad”, pero que no diga el número de cédula. Otra que diga Pasaporte, pero sin el número de pasaporte”.

Anoté cuidadosamente, si había que poner mi nombre o no, pero se me olvidó preguntar si tenía que poner primero mis dos apellidos y luego el nombre,  o al revés, así que bajé de la computadora el instructivo de nuevo y lo imprimí de las dos maneras. Porsia.

En fin , es posible que esta experta bancaria, difiera  en los próximos días de la de Cadivi. Serán parecidas, pero no pueden ser  gemelas, Hay un dibujo siniestro, que me ha perseguido toda la noche, porque la bancaria me proveyó de un  instructivo especial fotocopiado, donde  la rebaba de cartón  que identifica  la carpeta marrón “de fibra” si uno la mete en un archivador ,  no queda  ni arriba ni en el medio, sino abajo .   Cuando  pregunto  en las librerías y  negocios de artículos de oficina  si esta carpeta existe y les enseño como pieza de convicción  la fotocopia del banco, me miran como si estuviera loca.  En uno de los negocios me dijeron que cada banco,  tenía su propia manera de interpretar la instrucción de presentar  cédula de identidad  agrandada, ya que la piden de distintos tamaños,  no hablemos de las carpetas.

Este lunes me toca ir de nuevo. Llevaré bolígrafos azules, y negros, varias impresiones de actas y planillas, Ocho copias  del boleto aéreo, de la cédula y del pasaporte. Cuatro instructivos diferentes

Es difícil enfrentarse a esta burocracia con este calor. Aún con el  frío europeo,  Gregorio terminó en cucaracha y el agrimensor K en icono.

lucgomnt@yahoo.es

 
 

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