Creo que
mi primer contacto con Franz Kafka, a través de un tipo
llamado Gregorio Samsa, fue en bachillerato. Tenía unos
profesores empeñados en la verdadera literatura y con
ella me dejaron problemas, como las pruebas de la
existencia de inconformes sociales y como eliminarlos,
que han sido para mí bombas sembradas todo este tiempo en
la mente.
Una de
ellas es el recuerdo deslavado de alguien que despertó
convertido en una cucaracha, un día cualquiera en su
cuarto. Resultó ser Gregorio
en el libro La Metamorfosis. Aunque después de la visita
de un escarabajo pelotero a mi balcón, en estos días, creo
que he estado equivocada de insecto.
En fin,
me importa mas, a los fines de este artículo, otra obra
del padre de Gregorio, que recordé inmediatamente : El
Castillo.
Ya sé
donde se encuentra el corazón del infierno llamado
burocracia. Vienen y van a mi mente las palabras de
Kafka en estos días, cuando trato de descifrar, fracaso
tras fracaso, los secretos de mi pulsión por obtener uno
de los máximos objetos de deseo en Venezuela, los dólares
a precio oficial.
No se
imaginan. Hay una sola página, un instructivo ofrecido
gozosamente al público, de cómo hacer estas cosas, que
publica 72 trámites, cada uno con tres o cuatro páginas
de instrucciones.
Se llama
Acta de Consignación de Documentos. Usted la puede bajar e
imprimir si es lo que desea. O si quiere torturarse
adecuadamente, léala y vuélvala a leer, bajela,
compárela con otros objetos poéticos modernos para que
se entienda la riqueza existente en trámites de tortura
legal en mi país.
Cada
uno de los documentos que se solicita debe ser ofrecido
en carpetas marrones,” de fibra”. Con etiquetas blancas
escritas en tinta negra ( no azul, ni roja ¡¡¡por
favor¡¡¡).
Hay que
copiar cuidadosamente en la etiqueta de cada carpeta,
el nombre del trámite con todas aquellas
equivocaciones redaccionales terribles que pululan en el
lenguaje burocrático criollo: “Solicitud de Registro y
Autorización de Adquisición de Divisas para el Pago de
Tarjetas de Crédito Consumo de Bienes y Servicios en el
Exterior ( Viajes) ( sic)”.
Hay que
llevar los “insumos” con la cabeza ( de uno ) en un
ángulo aceptable, las carpetas marrones ( de fibra) debajo
del brazo, para tomar un número en un banco, que también
ha impreso sus instructivos ( totalmente divergentes del
gubernamental).
En la
sala de espera se encuentra uno
con
muchas otras personas con otras carpetas diferentes, que
nos dicen machaconamente como y porqué la carpeta de uno
no sirve.
Entonces,
suena una alarma, sale nuestro número y nos enfrentamos a
la oficial de verificación.
Ella ve
las seis carpetas que llevamos para dos trámites y empieza
raspándonos de una : “Hay que recortar la joroba de
papel que tienen estos separadores para destacar al
cerrar la carpeta. Hay que colocar una hoja blanca con el
nombre exacto del procedimiento, anotando el folio en la
esquina superior derecha, también en tinta negra antes de
cada documento solicitado, en letras y el número entre
paréntesis en la parte superior derecha. Esto está en azul
de bolígrafo” ( Asco!!! ).
Los
documentos deben ser presentados en las carpetas, en
estricto orden. Primero, el Acta de Consignación de
documentos, después la hoja
blanca que debe decir Solicitud de Registro, foliada.
Luego la copia de la solicitud. Foliada. Otra hoja blanca
o separador, que diga “Cédula de Identidad”, pero que no
diga el número de cédula. Otra que diga Pasaporte, pero
sin el número de pasaporte”.
Anoté cuidadosamente,
si había que poner mi nombre o no, pero se me olvidó
preguntar si tenía que poner primero mis dos apellidos y
luego el nombre, o al revés, así que bajé de la
computadora el instructivo de nuevo y lo imprimí de las
dos maneras.
Porsia.
En fin
, es posible que esta experta bancaria, difiera en los
próximos días de la de Cadivi. Serán parecidas, pero no
pueden ser gemelas, Hay un dibujo siniestro, que me ha
perseguido toda la noche, porque la bancaria me proveyó de
un instructivo especial fotocopiado, donde la rebaba de
cartón que identifica la carpeta marrón “de fibra” si
uno la mete en un archivador , no queda ni arriba ni en
el medio, sino abajo . Cuando pregunto en las
librerías y negocios de artículos de oficina si esta
carpeta existe y les enseño como pieza de convicción la
fotocopia del banco, me miran como si estuviera loca. En
uno de los negocios me dijeron que cada banco, tenía su
propia manera de interpretar la instrucción de presentar
cédula de identidad agrandada, ya que la piden de
distintos tamaños, no hablemos de las carpetas.
Este lunes me toca ir
de nuevo. Llevaré bolígrafos azules, y negros, varias
impresiones de actas y planillas, Ocho copias del boleto
aéreo, de la cédula y del
pasaporte.
Cuatro instructivos diferentes
Es difícil enfrentarse
a esta burocracia con este calor.
Aún con el frío europeo,
Gregorio terminó en cucaracha y el agrimensor K en icono.
lucgomnt@yahoo.es