No
se por qué se me parecen tanto las reuniones del PSUV y la
de Podemos a la de los adecos y copeyanos en su época de
esplendor.
Es que son igualitos. Hay unos
líderes ortodoxos, unos clones mas chavistas que Chávez,
que se parecen guardando las distancias a los fundadores
de aquellos partidos y su relación posterior con quiénes
los rodearon. Por ser los iniciadores, se consideraban
"puros" y se separaban con desprecio de carlosandrecistas
y lusinchistas, por ejemplo.
La divergencia era entre
corruptos y originarios, entre Piñerúa (se parece tanto a
Muller, con su cara de Gollum y su gesto francamente feo y
antipático) y los gobernadores, alegres adecos que
rodearon a Pérez al final de su segunda presidencia. Son
igualitos a Diosdado Cabello, y a hombres como Tarek
William Saab y Acosta Carlez. La única diferencia es el
origen militar de algunos de los corifeos, Pero se les
reprocha la misma cosa: la cercanía a los reales, la
corrupción y la superficialidad ideológica. Sus consignas
son sus razonamientos: el jaleo del líder, el eructo, la
adulancia.
Casi puedo ver a de nuevo un
gobernador de Anzoátegui de los setenta, pasando de mano a
mano billetes de mil en un acto público. Tuve algunos
sinsabores por escribir crónicas de los actos de
aniversarios de aquellos partidos de la cuarta, llenos de
ron , de bailes y de gritos para saludar al líder con voz
aguardentosa, sin nada que razonar, sin nada que
considerar, pegando gritos de adhesión indivisa al
candidato. El único razonamiento era: "Ese es el hombre,
ese es el que va a ganar. Pégate ahí.
Me dicen algunos que el nivel
de obsecuencia y de jaladera de bolas es mucho mayor ahora
que antes. Pero yo, francamente para juzgar eso tendría
que haber vivido en 1945 cuando una raza violenta de
políticos dejó también muchas heridas sin cerrar en
Venezuela, no sólo por sus juicios sumarios y sus
persecuciones sino por la falta de crítica de sus
seguidores y el endiosamiento de sus caudillos.
Lamentablemente no veo nada
nuevo en los líderes que surgen. La misma voz engolada de
los mítines del nuevo Circo, esta vez, delante de un
micrófono de una sala de hotel, la misma risa triunfante
que hace pensar a los venezolanos de a pie, ¿de qué se
estarán riendo estos, si vivimos una tragedia?
Hubo avances en la cuarta y no
los niego, pero el crecimiento del poder de los líderes
políticos que impulsaron una Venezuela llena de desarrollo
no fueron acompañadas de grandeza, sino de estrechez de
miras, de corrupción y de descaro. Por eso llegaron estos
nuevos, que lamentablemente se diferencian poco o nada de
sus antecesores. Ni siquiera tienen la vergüenza de gastar
alguna parte del dinero que reciben en obras públicas
visibles, en educación o tan siquiera lo guardan para
hacer ver que son honrados.
Se han derrumbado sus
misiones, sus barrios adentros, estafan a sus mismos
partidarios, viajan en helicóptero para no ver a sus
votantes, se pasan de bando con una rapidez increíble y se
arrastran tanto, que uno piensa que es imposible que
alguien les gane. En fin, esta etnicidad política que nos
hace marcar el paso al ritmo de mediocres, parece que nos
la tenemos merecida Iremos con ella al próximo noviembre.
lucgomnt@yahoo.es